Soy
el que te ve nacer
por las mañanas,
al llamado imperioso
del reloj
y entre bostezos;
el que distingue
la rara beatitud
de tu perfil
desnudo de cosméticos,
la excitante humildad
de tus pies con curitas
y en sandalias.
Soy el que
colmado de ternura
te ve orinar todas las noches
y te descubre estática,
frágil y absorta
como animal
en descampado.
Devoto de tu piel
sin lociones ni adornos,
de tu olor comedido,
de tus mañas
más íntimas,
soy
el que ha soñado
en despertar contigo
hasta el día del horno
y las cenizas. ~