Poesía: El testigo y el juez

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La revista Istor, editada en el CIDE (istor@cide.edu) y dirigida por el historiador Jean Meyer, cumple un año. Esta publicación, que ha intentado proyectar la disciplina de la historia más allá de la endogamia nacionalista, dedica su último número a un tema, al parecer, emblemático de los inicios del siglo XXI: la relación entre memoria y justicia o las tensiones entre el olvido, la verdad y el derecho. El dossier de esta última entrega está conformado por la introducción al Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Sudáfrica, escrita por el arzobispo anglicano y premio Nobel de la Paz Desmond Mpilo Tutu, por ensayos de Guillermo Guajardo y Henry Laurens sobre los casos de Chile y Palestina, y por un sugerente artículo de José Antonio Crespo, titulado "México necesita su glasnost histórica".
     El tema ha tenido alguna resonancia en la opinión pública mexicana a raíz del discurso del canciller Jorge G. Castañeda, en Madrid, durante los festejos por el 25 aniversario de El País. Allí Castañeda retomó una promesa de campaña de Vicente Fox, que anunciaba el establecimiento de una Comisión de Verdad y Justicia en México, la cual investigaría los casos de desaparecidos políticos durante los años sesenta y setenta, la guerra sucia, Tlatelolco, fraudes, malversaciones y corrupción de los últimos gobiernos priistas… En las últimas décadas se han acumulado varios modelos de confrontación de una democracia naciente con su pasado autoritario: la reconciliación nacional sudafricana, el ajuste de cuentas en Europa del Este, el "borrón y cuenta nueva" español, la ley de "punto final" argentina, el juicio a Pinochet en Chile… Aunque la impunidad del autoritarismo mexicano no llegara a los extremos de aquellos casos, el canciller insistía en que cualquiera que fuera la variante adoptada, ésta debía estar precedida por un debate público que confirmara, simbólicamente, el cambio de régimen.
     La lectura del último número de Istor es muy recomendable para los intelectuales y políticos mexicanos involucrados en dicho debate. En un discurso a los alumnos de algún liceo parisino, recobrado por los editores, Paul Valéry decía que "la historia no nos permite prever, pero puede ayudarnos a ver mejor". En su artículo "Del antijudaísmo al genocidio", Jean Meyer recupera la noción de istor —el que "ve", el que "sabe", el testigo— de Herodoto, a cuya invocación está encomendada su revista, y advierte sobre el "conflicto entre memoria e historia y la distancia que separa al investigador (istor)" de la víctima o el testigo, "con los cuales —dice— no comparte el deber de la memoria". El historiador es, por tanto, un testigo que, aunque no juzga, puede reclamar justicia, como lo hacen casi todos los colaboradores de este número de Istor. Quien juzga es el magistrado, el político, el miembro del jurado, el juez, a quienes más les vale escuchar bien al testigo si quieren aproximarse al conocimiento de la verdad y a la aplicación de la justicia. –

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(Santa Clara, Cuba, 1965) es historiador y crítico literario.


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