Estimado Mario Escobar :
Cuando usted tenga la formación, la integridad, la capacidad crítica y el sentido de lo político de Ibsen Martínez, quizá se pueda plantear una sana discusión. Lo que ocurre acá en Venezuela es muy grave incluso para los propios adeptos del gobierno del presidente Chávez. Sólo piense en una cosa muy sencilla: todo depende del parecer, del actuar, de una sola persona. Desde una política macroeconómica a una reforma del poder judicial, desde la entrega de una cédula o un pasaporte hasta el simple aumento de los sueldos de un gremio. Todo pasa por las manos de nuestro presidente y eso es contrario a toda práctica democrática. Si, como dice Gabriel Zaid, la cultura es diálogo, en Venezuela estamos muy mal. No se puede dialogar si todos nos tenemos que poner las particulares franelas o camisas rojas. Lea más a Martínez y verá otras facetas. Sigue siendo una voz lúcida en medio de esta voracidad llamada revolución. –
La fuga
Aquella madrugada me había despertado la urgencia de orinar, como me sucede muy a menudo desde que me hice la vasectomía. Se trata de un efecto secundario de la operación, aunque el urólogo,…
¿Existe un surrealismo mexicano?
Hoy se cumplen nueve años de la muerte de Octavio Paz. A propósito de este aniversario, quizás valga la pena releer “Unidad”, poema de Pere Gimferrer dedicado al poeta y a su…
Contar historias
I Inventar y contar historias es tan antiguo como hablar, un quehacer que debió nacer y crecer con el lenguaje, cuando de los gruñidos, los…
Borrar todas las huellas
No era tan tarde cuando Savarini llegó. Meses más tarde, cuando tuvieron que hacer memoria e intentar recordar a qué hora exactamente hizo su entrada en el local,…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES