Durante la segunda mitad del siglo XIX la caricatura en Mรฉxico delineรณ minuciosamente a uno de los personajes de la vida pรบblica: el candidato presidencial. Y al surgir bajo esta identidad, al fin de la primera dรฉcada del XX, la retรณrica del escarnio en la prensa periรณdica se volcรณ sobre la novedad de Francisco I. Madero.
La vida activa de quienes integraban la sociedad polรญtica en tiempos de Porfirio Dรญaz era corta. Para apreciarlo puede ser รบtil atender algo de la esencia de su primer y por lo general รบltimo acto: el paso de todos y cada uno de estos actores por el cedazo de la prensa periรณdica de temporal. Hija de los bajos fondos de la polรญtica, asรญ como de la cultura de la pobreza en las barriadas de la misma ciudad capital, esta prensa se debรญa enteramente a las pasiones e intereses del poder y se le empleรณ para destrozar las aspiraciones individuales por medio de la ironรญa, diseminar el descrรฉdito y la duda por medio del ridรญculo, y abrir un hoyo en la mera confianza de los ciudadanos. El candidato Madero, esto es, el adversario de la reelecciรณn del presidente Dรญaz en 1910, recibiรณ sus primeras aguas lustrales de las caricaturas que prodigaron El Ahuizote, El Debate, Frivolidades y Los Sucesos Ilustrados.
Un aรฑo despuรฉs, al cabo del triunfo de la revoluciรณn maderista y la renuncia de Porfirio Dรญaz en mayo de 1911, los caricaturistas de Gil Blas, El Mero Petatero, Multicolor, Ojo Parado, La Risa y La Sรกtira sumaron sus tam tam a la nueva elecciรณn presidencial.
Esta prensa, en conjunto, trabajรณ la misma caricatura del escรกndalo. Se sabe que ninguna de las publicaciones mencionadas provenรญa del รกmbito del Estado, pero en cambio aรบn no se conoce a cabalidad cuรกles minorรญas dinรกmicas, entre aquellas a las que beneficiaba el statu quo porfirista, fueron las que las pagaron e impulsaron. Es hora de llegar a algo mรกs concreto que las primeras y vagas definiciones en torno a los grupos conservadores y catรณlicos del Mรฉxico de Dรญaz.
Es una verdad incontestable que esta prensa se desataba al asomar por ahรญ un aspirante presidencial, que sus pรกginas circularon sin cortapisa alguna ni por parte de Porfirio Dรญaz ni por la de Francisco Leรณn de la Barra, y que la insistente prรฉdica de su grรกfica construyรณ a un Madero segundรณn y risible, uncido en primer lugar a la carrera de otro aspirante incรณmodo, el general Bernardo Reyes, y que luego trabajaron hasta el extremo de la difamaciรณn la figura de un polรญtico bisoรฑo, autoritario, raro, locuaz, errรกtico. De nada valiรณ el รฉxito del movimiento armado de Madero pues al dejar de ser el caudillo para transitar de nuevo hacia la figura del candidato la prensa reaccionรณ. Los caricaturistas mรกs destacados en esta empresa fueron Josรฉ Guadalupe Posada desdeย Gil Blas,ย El Vale Panchitoย y las hojas volantes de Vanegas Arroyo, y Ernesto Garcรญa Cabral desdeย El Ahuizoteย yย Multicolor. En este sentido son indispensables los trabajos de exhumaciรณn en torno a esta caricatura realizados por Manuel Gonzรกlez Ramรญrez, Rafael Barajas Durรกn y Juan Manuel Aurrecoechea. Aparte de un Posada que vive en plenitud de sus facultades el รบltimo capรญtulo de su vida y de un muy joven Garcรญa Cabral que llama a la puerta de la celebridad, otros caricaturistas tambiรฉn metieron mano en el desmantelamiento y la ruina de Madero, como Santiago R. de la Vega, Fox, Clemente Islas Allende, Rafael Lillo, Atenedoro Pรฉrez y Soto, Eugenio Olvera, Josรฉ Clemente Orozco. Uno de ellos ensayรณ una apropiaciรณn de John Tenniel, su versiรณn del Sombrerero Loco deย Alicia en el Paรญs de las Maravillas, para fijar al Madero acusado de imponer a su vicepresidente, Josรฉ Marรญa Pino Suรกrez. Pero en general ninguno de estos caricaturistas dejรณ para otro dรญa ni la burla de la presencia fรญsica de Madero ni el escarnio sobre su aficiรณn al espiritismo. Nada cambiรณ una vez que Madero candidato transitรณ a Madero presidente. El escarnio de su figura pรบblica, por el contrario, alcanzรณ niveles inรฉditos en los usos y costumbres de la opiniรณn pรบblica. En julio de 1912, De la Vega mostrรณ al ya presidente Madero al desposar a una novia intensa y egรณlatra llamada Impopularidad.
A duras penas se hallarรก algo comparable en la historia de la caricatura mexicana del siglo XIX, aunque ahรญ estรฉn las raรญces de este registro enardecido. En los bajos fondos de la polรญtica, y con la colaboraciรณn de una bohemia excรฉntrica, recรณndita y desgarrada, cercana a las atmรณsferas del teatro de barriada de la misma ciudad capital, el enlodamiento de la persona de Madero divirtiรณ a los menos y desinformรณ a los mรกs durante tres intensos aรฑos. Se dio en el centro de la lucha por el poder. Y desembocรณ en una tragedia. ~
Este texto fue publicado originalmente en Letras Libres en febrero de 2013.
(Torreรณn, 1957) es historiador, ensayista, editor y traductor. Es autor, entre otros tรญtulos, de 'Una visita a Marius de Zayas' (Instituto Veracruzano de Cultura, 2009).