Un dĆa de 2002 se reunieron en la misma mesa cinco destacados compositores contemporĆ”neos. El motivo: conversar sobre el impacto de la tecnologĆa digital en la nueva mĆŗsica. El moderador fue Philip Glass, cĆ©lebre por sus composiciones minimalistas y sus piezas para cine. Los otros cuatro mĆŗsicos fueron Morton Subotnick (Los Ćngeles, 1933), pionero de la mĆŗsica electrĆ³nica; John Moran (Nebraska, 1965), mĆŗsico, diseƱador y coreĆ³grafo; Michael Riesman, director y productor del Ensamble Philip Glass; y Paul Miller (Washington D.C., 1970), alias DJ Spooky, mezclador, artista conceptual y autor de Rhythm Science (2004), entre otros libros.ā N. de la R.
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ĀæCĆ³mo ha modificado la tecnologĆa digital sus procesos de composiciĆ³n?
Morton Subotnick: Yo he trabajado con tecnologĆa e intentado desarrollar mĆŗsica tecnolĆ³gica desde finales de la dĆ©cada de los cincuenta. En mi opiniĆ³n, la mĆŗsica tecnolĆ³gica es distinta de la mĆŗsica instrumental; de otra forma no habrĆa razĆ³n para hacerla. La tecnologĆa digital cumple el sueƱo de toda una vida. Nunca pensĆ© que serĆa tan provechosa; me ha ayudado a que esto que hago sea mĆ”s completo. Me resulta en verdad difĆcil decir cĆ³mo sobrevino exactamente este cambio, ya que he trabajado con tecnologĆa desde el principio.
Michael Riesman: Al igual que muchos de mi generaciĆ³n, todavĆa escribo mĆŗsica con un lĆ”piz y frente a un escritorio. Pero lo que ha cambiado es para quĆ© la escribo. Debo decir que el adelanto mĆ”s importante de la tecnologĆa digital ha sido el desarrollo de la sĆntesis digital y la tecnologĆa de sampleo. Los demĆ”s desarrollos del reino digital ācomo el CD, el DVD, el procesamiento digital de seƱal y la grabaciĆ³n en disco duroā son cĆ³modos y Ćŗtiles, pero no han creado nuevas formas de producir mĆŗsica como sĆ lo han hecho los sintetizadores y los sĆ”mplers. Ahora, cuando compongo, estoy bien al tanto de las capacidades del medio electrĆ³nico y gran parte de lo que hago involucra sonidos tanto sintĆ©ticos como acĆŗsticos.
La tecnologĆa digital tambiĆ©n ha modificado este proceso en la medida en que, incluso en un mĆ³dico estudio casero, resulta relativamente fĆ”cil producir una pista electrĆ³nica que tenga el sonido de una orquesta completa. Cuando empecĆ© a escribir mĆŗsica, la Ćŗnica forma de escuchar una nueva pieza de mĆŗsica orquestal era copiando todas las partes y haciendo que la orquesta la tocara. Si uno no era un compositor reconocido, esta no era empresa fĆ”cil. No sonarĆ” igual, pero una orquesta sintetizada proporcionarĆ” una interpretaciĆ³n lo suficientemente buena como para aprender de ella.
Paul Miller: Yo concibo la tecnologĆa como una extensiĆ³n de algo que sucede desde hace ya mucho tiempo. Si se le compara con la notaciĆ³n de la mĆŗsica clĆ”sica europea o con los patrones rĆtmicos de la mĆŗsica del occidente africano, la computadora es una extensiĆ³n de esos mismos procesos. Una computadora logra que todo aquello orientado hacia lo formal y lo estructural quede implĆcito en la configuraciĆ³n bĆ”sica de la interfaz. Me viene a la mente la manera en que John Cage solĆa simplemente mirar el piano en sus piezas silentes. El instrumento era un punto de despegue, una interfaz con muchas rutas disponibles. Cage querĆa subrayar el aspecto meditativo del acto de creaciĆ³n. Me gusta pensar en la tecnologĆa como un conducto para esos mismos impulsos. La tecnologĆa me permite, ademĆ”s, trabajar con una amplia variedad de material al mismo tiempo. Es este tipo de simultaneidad lo que realmente distingue la composiciĆ³n digital de la anĆ”loga, por no mencionar la ādesmaterializaciĆ³nā fĆsica actual. En otras palabras, no necesito una orquesta; puedo simular una muy bien, gracias. Para no hacer el cuento largo, la tecnologĆa no ha cambiado mi proceso de composiciĆ³n, sĆ³lo lo ha expandido hacia nuevos Ć”mbitos.
ĀæPodrĆan hablarnos sobre los nuevos desarrollos tecnolĆ³gicos (tanto positivos como negativos) para la propagaciĆ³n de la mĆŗsica nueva?
Riesman: No cabe duda de que el mayor desarrollo para la propagaciĆ³n de la nueva mĆŗsica ha sido la combinaciĆ³n de internet y el disco duro. Internet, junto con el desarrollo del streaming y la compresiĆ³n MP3, ha introducido nuevas formas de escuchar y adquirir mĆŗsica. Internet tambiĆ©n ha hecho posible que la nueva mĆŗsica encuentre un pĆŗblico mĆ”s rĆ”pidamente que en el pasado, cuando los compositores se veĆan obligados a depender del submundo de foros para presentaciones en vivo. Internet representa la libertad de las ondas de radio. En tĆ©rminos generales, concibo esto como algo positivo, pero en mi calidad de intĆ©rprete y productor me pregunto cĆ³mo puede afectar de manera adversa a la industria de la mĆŗsica.
Subotnick: Si de mostrar tu mĆŗsica se trata, la red lo facilita mucho, porque no requieres una disquera. Ahora esta tecnologĆa lo democratiza todo. Cualquiera puede mostrar su mĆŗsica de persona a persona. Por otra parte, la cantidad de mĆŗsica que las grandes disqueras manejan se verĆ” reducida. El aumento de grabaciones independientes derivarĆ” en nuevos formatos de mĆŗsica que serĆ”n mĆ”s autosuficientes: grupos pequeƱos de intĆ©rpretes y mĆŗsica creada directamente en formato digital. El impacto de la democratizaciĆ³n y la reducciĆ³n de los fondos de por sĆ limitados para las grandes compaƱĆas probablemente hagan que sean menos los compositores que escriban Ć³peras y piezas largas.
John Moran: Se suele decir que internet lograrĆ” que la mĆŗsica de todos los compositores sea asequible. Pero en el ambiente mediĆ”tico de hoy no estoy tan seguro de cĆ³mo competirĆ”n los artistas no comerciales con la cantidad de dĆ³lares de publicidad que las grandes corporaciones pueden aportar para cerrarle el paso a ciertos individuos. En alguna ocasiĆ³n, el director de Sony Classical me dijo con total certeza que, a menos que comenzara a componer mĆŗsica para pelĆculas de Hollywood, morirĆa desconocido, y que nadie escucharĆa nunca mi obra. PensĆ© que era muy inspirador. Tal vez tenĆa razĆ³n.
ĀæEs posible anticipar una reacciĆ³n ante la dependencia tecnolĆ³gica por parte de las futuras generaciones?
Miller: Salvo que ocurra alguna catĆ”strofe inmensa, la tecnologĆa llegĆ³ para quedarse. Yo la concibo como algo que existe en una escala evolutiva; en realidad, es un primer paso hacia la transformaciĆ³n de la especie. Todo, desde la secuenciaciĆ³n del ADN hasta los vuelos espaciales y la filmaciĆ³n de pelĆculas, todo apunta en un mismo sentido, el del entorno como informaciĆ³n que cambia de manera constante. Las futuras generaciones no serĆ”n ādependientesā respecto de la tecnologĆa. La tecnologĆa serĆ” un aspecto central de su existencia, como los lenguajes que hablamos, el aire que respiramos y la comida que comemos. Concibo esta clase de āsistemasā como mĆ”quinas abstractas, a la manera en que los filĆ³sofos Gilles Deleuze y FĆ©lix Guattari lidiaban con estas cuestiones. Ya se trate de cajas de ritmos o de aborĆgenes tocando el didgeridoo en el desierto australiano, lo que los mantiene unidos es la cultura en tanto sistema organizativo. En ese contexto, sĆ, la tecnologĆa es mucho mĆ”s que una persona que se sienta a usar la primera computadora que se encuentra. La dependencia es, bĆ”sicamente, parte del proceso de ser humano.
Riesman: No creo que haya una reacciĆ³n porque no hay tal dependencia. Siempre tendremos la voz humana y el sonido de los instrumentos de cuerdas, de aliento y de percusiĆ³n; la mĆŗsica acĆŗstica no se ha ido a ningĆŗn lado ni se irĆ” jamĆ”s. Como intĆ©rprete, nunca dejo de sentirme gratamente sorprendido por la apariciĆ³n del pĆŗblico en los conciertos. Albergo el temor de que, algĆŗn dĆa, dejarĆ”n de venir y de que, un dĆa, darĆ© un concierto y nadie aparecerĆ”. Pero este temor aĆŗn no ha demostrado ser realista.
Subotnick: LlegĆ³ para quedarse y nadie se va a alejar de ella. Ahora bien, cuando llegaron la tecnologĆa digital y la computadora, tratamos de hacer todo con ellas, y, bueno, resultĆ³ que algunas cosas son mejores si no las hacemos en lĆnea. Lo que va a ocurrir no es un alejamiento respecto de la tecnologĆa; mĆ”s bien, una vez que termine el enamoramiento, empezaremos a decir: āTodavĆa me gusta mĆ”s hacer el cafĆ© en una olla.ā Algunas tecnologĆas viejas regresarĆ”n porque funcionan mejor, y no porque le estemos dando la espalda a la nueva tecnologĆa. Se trata de tener la libertad de hacer las cosas de un modo u otro.
A estas alturas deberĆamos asumir una responsabilidad personal para hacer que la tecnologĆa sea todo lo que pensamos que puede ser, mĆ”s que aprovecharla sĆ³lo para publicitar nuestra mĆŗsica.
ĀæPodrĆan sugerirles a los jĆ³venes compositores y, en cierta medida, a los escuchas interesados algunas maneras de captar los conceptos fundamentales de la nueva tecnologĆa musical?
Miller: Creo que los jĆ³venes compositores necesitan pensar sobre el mundo que les rodea. Se trata de un entorno hecho de redes inalĆ”mbricas, transmisores celulares, sistemas hĆbridos, filosofĆas desarraigadas, inmigrantes de paĆses al borde de la transformaciĆ³n, etcĆ©tera. Hay demasiada gente mirando atrĆ”s, al material de doce tonos y a Wagner. (Resulta increĆble cuĆ”ntas bandas sonoras de pelĆcula suenan como adustos tratamientos de las oberturas de Wagner.) En los paĆses industrializados un niƱo promedio entiende los videojuegos, cĆ³mo usar un telĆ©fono y cĆ³mo navegar la superestructura urbana. Todo forma parte del paisaje cotidiano, constantemente actualizado, en que vive. QuizĆ” los compositores deberĆan examinar lo que estĆ”n haciendo los niƱos.
Riesman: Es posible expresar el concepto fundamental en una sola frase: cualquier cosa que podamos escuchar puede tener una representaciĆ³n digital, ser almacenada, transformada y reproducida, sujeta a las limitaciones de los dispositivos de input (micrĆ³fono) y output (bocinas).
Moran: Creo que de la misma manera en que compositores como Rimski-KĆ³rsakov y Stravinski comenzaron a expresar ideas ārealistasā con la mĆŗsica (por ejemplo, el trueno o el canto de una ave), los compositores pueden expresar los matices de acontecimientos muy especĆficos de maneras que son a la vez musicales y realistas. Creo que las implicaciones de la idea son extremadamente interesantes.
ĀæLa nueva tecnologĆa musical implica formas de escuchar distintas?
Riesman: No. SĆ³lo hay mĆŗsica y sĆ³lo hay escucha. No creo que haya distintas formas de escuchar; sĆ³lo hay diversos mecanismos de entrega y diferentes niveles de atenciĆ³n. A menos que alguien invente alguna tecnologĆa de entrega con la que ya no tengamos que utilizar nuestros oĆdos. Esa serĆa una manera distinta de escuchar, sin duda.
Miller: Para mĆ no es asĆ. Los seres humanos tienen una cierta arquitectura perceptiva, y la estructura bĆ”sica es la membrana basilar del oĆdo; el sentido de gravedad y equilibrio que tenemos vienen de ahĆ,
y las frecuencias a las que podemos o no podemos responder tambiĆ©n vienen de ahĆ. MĆ”s allĆ” de eso, siempre he sido un optimista: no creo que hayamos captado aĆŗn cuĆ”nto podemos escuchar. Estamos condicionados a aceptar las ramificaciones sociales de las numerosas tecnologĆas como āconstantesā del entorno, pero estĆ”n tan abiertas a la fluctuaciĆ³n como las sociedades que las generaron. Todo lo cual apunta al hecho de que no se necesitan tanto nuevas formas de escuchar como nuevas percepciones de lo que podemos escuchar.
Subotnick: La tecnologĆa digital se ha vuelto totalmente democrĆ”tica, gracias a lo barata que resulta hoy. En lugar de comprar un piano y tomar lecciones de piano durante aƱos, puedes comprar una computadora increĆblemente buena por quinientos dĆ³lares en Radio Shack y estar equipado para crear mĆŗsica. Esto por sĆ mismo representa un cambio inmenso. Hacer una declaraciĆ³n musicalmente compleja nunca ha sido tan posible. Por otra parte, hasta hace poco cualquiera que escribiera con instrumentos tenĆa entrenamiento musical. Ahora puedes hacer todo sin un bagaje musical, de manera que el tipo de mĆŗsica que se hace serĆ” diferente. La gente que estĆ” haciendo mĆŗsica no viene de Beethoven y Brahms sino de la mĆŗsica pop. Su enfoque de la historia es completamente diferente. Tendemos a pensar que la mĆŗsica de vanguardia surge siempre de la mĆŗsica artĆstica. Lo irĆ³nico es que hoy, en los festivales de mĆŗsica electrĆ³nica, se estĆ”n produciendo paisajes sonoros y ruidos, el tipo de material crudo que podrĆas asociar con los futuristas desde principios del siglo pasado. Pero esta vez provienen de la mĆŗsica pop y del mundo techno.
No cabe duda de que los nuevos desarrollos de la tecnologĆa digital han resultado en gran medida positivos para la composiciĆ³n y grabaciĆ³n de mĆŗsica nueva. ĀæQuĆ© impacto puede tener y tendrĆ” esto sobre la forma en que se ganan la vida compositores e intĆ©rpretes?
Subotnick: No veo ahĆ un gran problema. Las grandes compaƱĆas de Ć³pera y orquestas no van a desaparecer del mundo de los conciertos, y el potencial para ganarse la vida no disminuirĆ” mucho. HabrĆ” muchas mĆ”s oportunidades para el compositor conforme emplee la tecnologĆa. He conocido a personas que han estudiado conmigo y terminan haciendo mĆŗsica para las caricaturas de Nickelodeon. Es un trabajo para vivir, y aĆŗn hacen su propia mĆŗsica. Eso es nuevo para nosotros. TĆŗ, Philip, tuviste que manejar un taxi. Ahora hay muchas oportunidades para los compositores que tienen las cualidades tecnolĆ³gicas adecuadas. Los compositores instrumentales siempre estarĆ”n en el mismo barco. Mi consejo para los jĆ³venes compositores es mantenerse conectados a la tecnologĆa. No necesariamente por su propia mĆŗsica sino por la oportunidad de ampliar las posibilidades de ganarse la vida y, por ende, de ser capaces de mantenerse en el mundo musical. Sin conocer la tecnologĆa, serĆ” difĆcil lograrlo.
Miller: Veo que hay mucha gente talentosa esperando ser notada, y veo que hay mucha gente talentosa poniendo su material gratis en la red. Ambas categorĆas de gente no estĆ”n ganando mucho dinero. Lo hacen por amor a la mĆŗsica. Me gusta esa postura, pero odio estar en quiebra. Creo que en un ambiente donde bĆ”sicamente todo lo que haces es shareware habrĆ” muchas mĆ”s oportunidades de trabajo. Eso ya estĆ” sucediendo pero, si estĆ”s en la encrucijada, puede resultar difĆcil ganarse la vida asĆ. Al final del dĆa, la gente tiene que ponerse creativa para buscar actuaciones que dejen dinero: componer mĆŗsica para tonos de telĆ©fono, bandas sonoras de pelĆcula, comerciales de televisiĆ³n, o jingles para sitios de internet. El mundo definitivamente necesita mucha mĆ”s mĆŗsica. La gente sĆ³lo tiene que ingeniĆ”rselas para que las cosas funcionen de tal manera que les permita ganar dinero. Muchas veces me conecto a internet y veo que mi mĆŗsica estĆ” disponible en todos lados como archivo MP3, y no gano ningĆŗn dinero por eso. Tan pronto como pones tu mĆŗsica ahĆ fuera, alguien puede copiarla, y se va, asĆ que lo principal es encontrar alternativas. Yo trato de difuminar lo que hago en un montĆ³n de contextos y plataformas distintas. Eso implica un montĆ³n de multitasking, pero esto, sin duda, es mejor que estar en quiebra. ~
TraducciĆ³n de Marianela SatoveƱa
Ā© Andante