Carlos Manuel Ćlvarez RodrĆguez
La tribu. Retratos de Cuba
Ciudad de MĆ©xico, Sexto Piso, 2017, 264 pp.
Desde 1901, 1933 o 1961 sabemos que dos o tres aƱos son suficientes para dar un vuelco a la historia de Cuba. Sin embargo, en mĆ”s de medio siglo, esa regla de la historia nacional pareciĆ³ alterarse para siempre. En la isla del Caribe las cosas cambian, pero a una lentitud que hace imperceptible el cambio. De ahĆ las enormes expectativas que suscitĆ³ la serie de eventos que se enmarca entre el anuncio del restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el 17 de diciembre de 2014, y la muerte de Fidel Castro el 25 de noviembre de 2016.
El joven escritor cubano Carlos Manuel Ćlvarez (Matanzas, 1989) ha publicado un libro de crĆ³nicas que hace de esos dos aƱos una trama inteligible. Una trama narrada en retratos de un conjunto extravagante de personajes: los cinco agentes de la seguridad cubana encarce- lados en Estados Unidos y liberados por Barack Obama; el pĆcher JosĆ© Ariel Contreras que desertĆ³ en 2002 y fuera fichado por los New York Yankees; Juan Formell, legendario lĆder de la banda Los Van Van, cuya muerte en 2014 dejĆ³ un silencio sonoro; el trovador Ray FernĆ”ndez, autor del himno de la miseria cubana āLucha tu yuca, taĆnoā; el ortopĆ©dico internacionalista Rodolfo Navarro que, luego de una vida ārevolucionariaā, acaba exiliĆ”ndose; dos estigmatizados: el poeta Rafael Alcides y la artista Tania Bruguera…
Personajes que atraviesan la sociedad cubana de punta a cabo y se vuelven anĆ³nimos, fantasmales, como cuando Ćlvarez describe el microcosmos del MalecĆ³n habanero o las tribus migrantes que, desde Ecuador, peregrinan por toda Colombia, el DariĆ©n, CentroamĆ©rica, MĆ©xico y llegan a Estados Unidos, para iniciar otra travesĆa, la de la green card norteamericana. Y entre todos los personajes, Fidel Castro, como uno mĆ”s, escenificando su muerte desde la sinonimia que el discurso del poder impuso en la isla durante seis dĆ©cadas. Si Fidel es la Patria, la RevoluciĆ³n, la NaciĆ³n y el Socialismo, ĀæcuĆ”ntas cosas mueren con Ć©l?
Ćlvarez constata la āmagnitudā de esos eventos. El restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba pone fin a un modus vivendi de 53 aƱos en el Caribe. La muerte de Fidel desaparece de golpe la perpetua referencia a un ser fĆsico que encarnaba la RevoluciĆ³n, lo que equivale a decir, el sentido de la historia contemporĆ”nea de Cuba. Y, sin embargo, todo lo que sucediĆ³ en esos dos Ćŗltimos aƱos no parece alterar la rutina de los cubanos. DespuĆ©s de Fidel, siguen ahĆ āla desidia, el inmovilismo y la amnesiaā, pero tambiĆ©n āel esquema mental de la Guerra FrĆa, la muy ideolĆ³gica educaciĆ³n sentimental, la prolĆfera burocracia, la infraestructura social devastadaā. Dice Ćlvarez: āPor no correr riesgos, Cuba ha corrido el mayor de todos: no correr ninguno. Como si el gobierno nos hubiera entrenado durante dĆ©cadas en la creencia de que la prueba de la Historia, la que habĆa que librar, era un maratĆ³n, y de repente, con el inicio del deshiele, no. La distancia era āson yaā los cien metros planos, y competimos contra un paĆs dopado.ā
Ese āpueblo grogui y hermoso que vamos siendoā, dice tambiĆ©n, reescribiendo al Virgilio PiƱera de La isla en peso (1943). El libro de Carlos Manuel Ćlvarez sugiere que, si esos dos aƱos que debĆan estremecer a Cuba no la estremecieron, tal vez haya que buscar la marca del cambio en otro lado: en la situaciĆ³n lĆmite del mĆ©dico revolucionario que abandona la RevoluciĆ³n justo cuando cruza la lĆnea de la sombra o del poeta honesto que advirtiĆ³ muy pronto que la mayor astucia de Fidel Castro fue ponerle una cara, la suya, a una RevoluciĆ³n que, como toda RevoluciĆ³n, carecĆa de rostro, y atribuirle a ese fenĆ³meno histĆ³rico, y por tanto efĆmero, una perpetuidad.
Graduado de periodismo, Carlos Manuel Ćlvarez pertenece a una generaciĆ³n que llega a la literatura con la revoluciĆ³n tecnolĆ³gica del siglo XXI. Tal vez, como ninguna otra, esa generaciĆ³n entiende el acto de la escritura como un ejercicio del derecho a la libre expresiĆ³n personal, en un paĆs donde el Estado controla todos los medios de comunicaciĆ³n, impresos, visuales o electrĆ³nicos. Si escritores anteriores como Norberto Fuentes o Eliseo Alberto hicieron periodismo a travĆ©s de la literatura, Ćlvarez y los suyos siguen el itinerario opuesto y hacen literatura por medio del periodismo. Reintegran el periodismo y, especĆficamente, la crĆ³nica, a la estirpe de un gĆ©nero literario que en Cuba tuvo cultivadores tan cĆ©lebres como JosĆ© MartĆ y Alejo Carpentier.
En un conocido reportaje publicado en The New Yorker, Jon Lee Anderson decĆa, a propĆ³sito de Leonardo Padura, Pedro Juan GutiĆ©rrez, Wendy Guerra y otros narradores cubanos, que la ausencia de prensa independiente obligaba a esos escritores a tratar los problemas de la vida cotidiana en sus ficciones. La novela se convertĆa en un subgĆ©nero del periodismo que afianzaba el realismo como designio de las poĆ©ticas literarias de la isla. Carlos Manuel Ćlvarez reta ese designio con un libro de crĆ³nicas que reconcilia la mejor literatura con las voces de la calle y formula las preguntas necesarias, las que tantos eluden, al enigma de la voluntad general de los cubanos en el siglo XXI. ~
(Santa Clara, Cuba, 1965) es historiador y crĆtico literario.