A principios de marzo de 2021, estallรณ un escรกndalo entre los accionistas de Siglo XXI Editores, S. A. de C. V., por la conducta de Jaime Labastida, principal accionista y director.
En la prensa y las redes resonรณ el documento โSiglo XXI: respuesta a un atropelloโ firmado por mรกs de treinta intelectuales, la mayorรญa accionistas. Siguieron declaraciones a la prensa y artรญculos en el mismo sentido de Javier Aranda Luna, Tatiana Coll, Elena Poniatowska, Ivรกn Restrepo y otros.
Los minoritarios acusaron a Labastida, en primer lugar, de falta de transparencia. No estaban enterados de que tenรญa el 58.7% de las acciones ni de cรณmo las habรญa acumulado.
Cabe seรฑalar que el artรญculo 73 de la Ley General de Sociedades Mercantiles las obliga a llevar un libro de socios, donde conste el nombre, domicilio y participaciรณn de cada uno, asรญ como los cambios en la composiciรณn accionaria por transmisiรณn de la propiedad de las acciones. Ahรญ debe constar cada transmisiรณn: de cuรกntas acciones, entre quiรฉnes, domiciliados dรณnde, en quรฉ fecha. Y la transmisiรณn no surtirรก efecto respecto de terceros sino despuรฉs de la inscripciรณn en el libro de socios, que debe ser publicada en el Registro Pรบblico de Comercio de la Secretarรญa de Economรญa. Tambiรฉn establece que cualquier persona (socio o no) con interรฉs legรญtimo comprobado tendrรก la facultad de consultar el libro de socios.
El 19 de marzo, la asamblea general de accionistas, convocada para ratificar a Labastida como director y presentar al nuevo dueรฑo del 58.7% de las acciones, fue suspendida porque la compraventa no constaba en el Registro Pรบblico de Comercio. Es posible que la serie de compras de Labastida con las que fue acumulando el 58.7% tampoco consten, lo que permitirรญa una acciรณn legal en su contra.
Lo acusaron, ademรกs, de vender sus acciones a una empresa de Chihuahua desconocida en el mundo del libro: Merkcent Consulting and Funding, S. A. de C. V.
Pero no es desconocida solo en ese mundo: es ampliamente desconocida. No aparece en Google, fuera de la compra de Siglo XXI. Si en vez de buscar la razรณn social completa se busca รบnicamente Merkcent, aparece una pรกgina, creada en 2021, donde se presenta a sรญ misma (https://merkcent.com): โMerkcent nace en 2017โ. โNos especializamos en gestiรณn empresarial, finanzas corporativas y gestiรณn jurรญdica.โ
Por รบltimo, lo acusaron de vender su participaciรณn en siete millones de dรณlares: un โbotรญn personalโ, โacto infameโ y โtraiciรณnโ al legado histรณrico de la editorial. Elena Poniatowska lo calificรณ de Judas.
Siglo XXI naciรณ como respuesta de la sociedad civil al presidente Gustavo Dรญaz Ordaz, que en 1965 despidiรณ a Arnaldo Orfila Reynal, director del Fondo de Cultura Econรณmica, por un libro que publicรณ en octubre de 1964 y se agotรณ en semanas: Los hijos de Sรกnchez del antropรณlogo Oscar Lewis. Era el testimonio de cรณmo vivรญa una familia pobre al margen del paraรญso que supuestamente era el paรญs. El 9 de febrero de 1965, la Sociedad Mexicana de Geografรญa y Estadรญstica declarรณ el libro obsceno y denigrante, una difamaciรณn de Mรฉxico perpetrada por dos extranjeros: el norteamericano Lewis y el argentino Orfila. Procediรณ a demandarlos, pero la Procuradurรญa General de la Repรบblica no encontrรณ elementos legales para proceder en su contra, y el presidente optรณ por el simple despido laboral.
La ridรญcula acusaciรณn pasaba por alto lo que Orfila, como director del Fondo, habรญa dado al paรญs en libros y prestigio internacional, desde 1948.
Fue inusitado. Por entonces, el presidencialismo sujetaba los grandes medios (televisiรณn, radio, cine y periรณdicos) al visto bueno de la presidencia. Pero dejaba en libertad los medios de escaso pรบblico (libros, teatro y bellas artes).
Tambiรฉn fue inusitada la respuesta social, encabezada por Fernando Benรญtez, que convocรณ a ponerle casa editorial aparte a Orfila; por Elena Poniatowska, que prestรณ una casa para eso; y de cientos de autores y lectores que compraron acciones de $1,000 cada una.
Eso explica una singularidad de Siglo XXI. Fuera de la Bolsa, lo comรบn es que las empresas mexicanas tengan un solo dueรฑo. En las sociedades anรณnimas, la ley obliga a que tengan cuando menos dos. Pero es insรณlito que tengan cientos, como Siglo XXI.
Si el 58.7% de las acciones vale 7 millones de dรณlares, el 100% vale casi 12, algo difรญcil de creer. Los activos de una editorial estรกn formados esencialmente de las cuentas por cobrar (si son cobrables), los inventarios (si son vendibles) y el inmueble (si es propio). Restando el pasivo: las cuentas por pagar a los proveedores, las regalรญas por pagar a los autores y los crรฉditos de bancos y otros acreedores, queda el capital social. Es dudoso que el de Siglo XXI valga 12 millones de dรณlares.
ยฟPor quรฉ Merkcent paga unos 150 millones de pesos difรญcilmente recuperables con la ediciรณn y venta de libros? Mรกs aรบn, si no tiene experiencia editorial.
ยฟQuรฉ gana Siglo XXI con la compraventa? Nada, porque el dinero no entrรณ a la editorial, sino a los bolsillos de Labastida. Para que el dinero entrara a Siglo XXI, el vendedor de las acciones deberรญa ser Siglo XXI, emitiendo nuevas para un aumento de capital.
ยฟY quรฉ gana Merkcent con aportar millones que no entran a la empresa, sino que se van con el accionista que se va? Mรกs aรบn, frente a la โoposiciรณn abierta y constanteโ de sus consocios, anunciada en el documento de protesta y que ya entrรณ en acciรณn descarrilando la asamblea.
ยฟQuรฉ ganan los accionistas minoritarios? Menos que nada: pierden. El valor de sus acciones era ante todo simbรณlico. Representaba la continuidad con el acto fundador de la casa. Labastida los despoja de ese significado. No es lo mismo ser partรญcipes de un legado de dignidad intelectual que consocios de una empresa fantasma que busca legitimarse. ~
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.