El llamado de la muerte

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Es la historia una destilaciรณn de rumores.

Carlyle

ยฟEl humano es, como todo mundo dice, un animal? En un sentido amplio, obvio y poco interesante, sรญ, es un animal. ยฟQuรฉ iba a ser si no? Pero es preciso admitir que, si es animal, es un animal muy raro.

Porque recordemos que el humano no estรก atado al programa de sus instintos, como los otros animales, sino que es consciente, y por tanto es libre, sin programas para รฉl, obligado, dentro de su medio, a hacer, a tramar una vida. La pregunta es: ยฟPuede un ente consciente ser considerado un animal? No. Pero el humano, desde otro punto de vista, sรญ es animal. El humano es un ser contradictorio, un animal libre de elegir, esto es, que es y no es un animal.

Algo no muy diferente fue la respuesta de Pascal a la repetida pregunta: โ€œยฟEs el hombre bueno o malo?โ€. A ver, deje de leer y piense un poco, dรญgame usted: ยฟEs el humano preponderadamente bueno o preponderadamente malo?

Pascal respondiรณ: es las dos cosas, bueno y malo. Mรกs precisamente es la tensiรณn entre bueno y malo: una tendencia tira para un lado, la otra para el lado contrario. El รกngel luminoso y el oscuro criminal, con todos los grados y matices que se puedan exhibir. Me gusta mucho esta visiรณn porque hace del humano drama, cada humano es un drama viviente. Por eso intentar comprender a cada uno de los humanos que nos rodean, en su intento por resolver sus contradicciones y hacer inteligible la existencia, es la mรกs apasionante de la actividades.

Sigamos. Palmario lugar comรบn es que lo vivo nace, cumple su plazo y muere, porque todo lo vivo estรก en el tiempo. Pero es tambiรฉn manifiesto que el humano es el รบnico animal que no solo vive en el tiempo, como todo lo viviente, sino โ€“como indicaba mi maestro Gaos, a quien sigo en estos razonamientosโ€“ que es el รบnico que vive el tiempo, y sabe de รฉl, sabe lo que es el tiempo. El humano, por ejemplo, es ser que espera, que vaticina con esperanza o con temor; ser que pierde tiempo, que hace tiempo y que mata tiempo. ยฟUna mosca, un loro o una ballena pueden ganar tiempo, o pueden tener tiempo, o pueden perder lamentablemente el tiempo, o pueden hacer tiempo, es decir, pueden, no solo vivir en el tiempo, sino vivirlo, id est, vivir el tiempo y ser conscientes de รฉl? No, es obvio que no, lo cierto es que hierbas y animales no humanos estรกn en el tiempo, pero no lo viven ni tienen conciencia de รฉl. Por eso el humano, si es animal, es animal muy raro.

En este sentido podemos decir que el humano es el รบnico animal que puede tener experiencia de la muerte, es decir, experiencia de la expectativa de la muerte, el reconcomio, miedo, ansias, inquietud y demรกs emociones que engendra la certidumbre y espera de morir. Porque el humano, como dice el filรณsofo, es un ser para la muerte, un ser que no solo vive el tiempo, sino, podemos decir, estรก hecho de tiempo. El humano, considerado desde algรบn punto de vista, es tiempo. Y la espera de morir, por tanto, es parte รญntima de su ser.

Dada la certidumbre de la muerte, la fantasรญa acerca del mรกs allรก de todas las civilizaciones se ha disparado y ha llegado lejos. Digo de โ€œtodas las civilizacionesโ€ menos de la nuestra, que โ€œes โ€“dice Malrauxโ€“ la primera civilizaciรณn capaz de conquistar toda la tierra, pero no de inventar sus propios templos y tumbasโ€. En la mentalidad antigua โ€“la imaginativa, la religiosaโ€“, despuรฉs de la muerte, lo canรณnico es que el alma emprenda un viaje, un extraรฑo viaje, pues el mรกs allรก se sitรบa en la eternidad, y en la eternidad no hay ni espacio (ni tiempo).

Pero suspendamos aquรญ esta indagaciรณn que puede interesar, supongo, a muy poca gente. โ€œLo caracterรญstico de nuestra รฉpoca โ€“dijo, no se dรณnde, Heideggerโ€“ es su obturaciรณn para la dimensiรณn de lo sagrado. Quizรก sea esta la รบnica y radical desdicha de nuestro tiempo.โ€ (Quรฉ bien dicha se encuentra esta declaraciรณn, la palabra โ€œobturaciรณnโ€ es un regalo; otros habrรญan usado โ€œcerrazรณnโ€, que es voz degradada, algo infantil.)

La espera, la expectativa, de la extinciรณn, es lo รบnico que se nos da, no la experiencia propiamente de morir, que no es experiencia, sino un paso, un brinco, que ya no pertenece a este mundo. ~

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(Ciudad de Mรฉxico, 1942) es un escritor, articulista, dramaturgo y acadรฉmico, autor de algunas de las pรกginas mรกs luminosas de la literatura mexicana.


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