Entre los historiadores mรกs originales e interesantes del panorama espaรฑol actual sobresale, por mรฉritos propios, el medievalista Josรฉ Enrique Ruiz-Domรจnec (Granada, 1948). Ha publicado, en los รบltimos lustros, algunas obras de referencia: El Gran Capitรกn (2002), El reto del historiador (2006), Espaรฑa, una nueva historia (2009), Europa, las claves de su historia (2010) o, entre otras, El dรญa despuรฉs de las grandes epidemias (2020). Pienso que la trayectoria de este autor puede dividirse en dos etapas nรญtidas: en la primera, en el siglo xx, sus escritos deben mucho al influjo de Georges Duby y la nouvelle histoire francesa y se centran en los mundos feudal, cortesano y caballeresco, con un especial interรฉs por el papel de las mujeres (La mujer que mira, 1986); en la segunda, ya en la actual centuria, abundan sus obras de sรญntesis, ensayos historiogrรกficos, biografรญas (Isabel la Catรณlica, el Gran Capitรกn, Leonardo da Vinci) e incursiones en distintos momentos de la historia de la humanidad, siempre con una escritura abocada a lo narrativo. Entre una y otra etapa, un gran libro: Rostros de la Historia (2000), que consagraba a unos historiadores y unas maneras de hacer historia que, en las dรฉcadas anteriores, habรญan sido menospreciados en Espaรฑa por ciertos mandarines marxistoides. El tiempo le habรญa dado la razรณn. Ruiz-Domรจnec combina de forma impecable cuatro componentes que considero bรกsicos para cualquier historiador en nuestros dรญas: curiosidad, erudiciรณn, imaginaciรณn โimaginaciรณn moral o literaria, como la denominan, cada uno a su manera, Carlo Ginzburg y Martha Nussbaumโ y narraciรณn.
El รบltimo libro publicado por Josรฉ Enrique Ruiz-Domรจnec tiene por tรญtulo El sueรฑo de Ulises. El Mediterrรกneo, de la guerra de Troya a las pateras. Aparece ahora, pero puede considerarse como el resultado de unos esfuerzos documentales y comprensivos a lo largo de casi cuarenta aรฑos. Estamos ante una historia de larga duraciรณn sobre el Mediterrรกneo y, mรกs especรญficamente, sobre su imaginario. Enmarcada por la larga duraciรณn braudeliana, existe en ella una decidida voluntad de desentraรฑar la estructura latente que fundamenta e impregna de razรณn, como en todas las civilizaciones, la civilizaciรณn mediterrรกnea. El gran legado del Mediterrรกneo, que forjรณ efectivamente Europa, no es otro que lo que Ruiz-Domรจnec denomina el โsueรฑo de Ulisesโ โesto es, un viaje de regreso a casa colmado de รฉxitosโ; los resultados de este, agrega, deben ser combinados con los efectos sociales de judaรญsmo, cristianismo e islam. La apertura al mundo, la lectura de los clรกsicos y la atenciรณn a la historia o bien la diversidad civilizatoria en la civilizaciรณn, con paz y convulsiones segรบn el caso y el momento, singularizan un espacio vital. El desafรญo al destino, hoy como en el lejano ayer homรฉrico, estรก a la orden del dรญa.
Consta la obra de un total de siete capรญtulos, divididos a la vez en varios apartados. La introducciรณn y el epรญlogo marcan adecuadamente las bases y las pautas. Las fechas que separan cada uno de los bloques de esta obra resultan tan originales en su elecciรณn como bien reflexionadas. 1177 a.c.: colapso y fin de las grandes civilizaciones de la Edad de Bronce, irrupciรณn de los llamados pueblos del mar y ulterior emergencia de las civilizaciones griega y judรญa. 622 d.c.: ruptura del Mare nostrum, con el definitivo hundimiento del Imperio romano y la llegada de los รกrabes al Mediterrรกneo. Entre dichos primeros puntos de inflexiรณn iba a pasarse de los panteones politeรญstas a unos templos (sinagoga, iglesia, mezquita) de un solo dios. 1291: caรญda de San Juan de Acre en manos de los mamelucos egipcios. De esta manera terminaban siglos de conquistas y reconquistas, peregrinajes y cruzadas, sin olvidar una autรฉntica revoluciรณn comercial. La cristiandad ya no era, a finales del siglo xiii, el centro del mundo. Empezaba una รฉpoca representada por los viajes de Marco Polo, la Divina Comedia de Dante, el Decamerรณn de Boccaccio y el esplendor de la Alhambra.
1396: batalla de Nicรณpolis, en la que los ejรฉrcitos otomanos del sultรกn Bayaceto se impusieron a caballeros hรบngaros, valacos y franceses, agrupados alrededor del rey Segismundo de Hungrรญa, por el control estratรฉgico del bajo Danubio. Se abrieron las puertas, en otro orden de cosas, a la belleza mediterrรกnea del Renacimiento y al descubrimiento de nuevos mundos. 1527: saco de Roma. Unas dรฉcadas despuรฉs, en 1571, tuvo lugar un acontecimiento capital en la historia mediterrรกnea: la batalla de Lepanto. โLepanto hizo mรกs por hundir el Mediterrรกneo que por sacarlo de su declive. Tal vez porque Europa comenzรณ a dirigir su mirada hacia el Atlรกnticoโ, asegura Ruiz-Domรจnec. En los siglos modernos se concretรณ, con el desplazamiento del centro de la economรญa y con la irrupciรณn de la รฉtica protestante, la escisiรณn perdurable entre el norte y el sur de Europa.
1815: cierre de la aventura napoleรณnica, Congreso de Viena y preliminares de la creaciรณn del Mediterrรกneo romรกntico, una suerte de espejo deformado de Oriente. Inaugurado por el romanticismo, el sexto capรญtulo se cierra con el futurismo. Se trata de un gran momento de fijaciรณn de los tรณpicos todavรญa en boga sobre la mediterraneidad, desde el color azul de las aguas hasta la famosa dieta de marras. 1948: nacimiento del Estado de Israel. El Mediterrรกneo de los รบltimos tres cuartos de centuria estรก conformado por varios espacios geopolรญticos que condicionan, en todo momento, una hipotรฉtica unificaciรณn tricontinental, en aras de la globalizaciรณn, de la cuenca marรญtima. Finalmente, 2020, el hoy del autor y ayer ya para los lectores: pandemia, inestabilidad, refugiados y muchas pateras. ยฟEs 2020 un contrapunto contemporรกneo de 1177 a.c.? โHay que volver a medir el Mediterrรกneo, verlo mentalmente como un acto de creaciรณn poรฉticaโ, propone el autor a guisa de colofรณn. Regresar, en fin de cuentas, a Ulises.
Fechas, lugares, acontecimientos y procesos estรกn habitados, en todo momento, por personas y personajes. โLa voluntad humana se concreta como la รบnica vรญa de entender la vidaโ, nos advierte el autor ya en las primeras pรกginas de El sueรฑo de Ulises. Las consagradas a escritores, artistas y cineastas resultan especialmente logradas: Herรณdoto, Dante, Ambrogio Lorenzetti, Boccaccio, Brunelleschi, Giorgione, Miguel รngel, Cervantes, Vivaldi, Giacomo Casanova, Chateaubriand, Rossini, Cรฉzanne, Aristide Maillol โy su preciosa escultura de una mujer, titulada precisamente El Mediterrรกneoโ, DโOrs, DโAnnunzio, Camus, Costa-Gavras, Angelopoulos. No se quedan atrรกs, sin embargo, las protagonizadas por otros grandes personajes de la historia del Mediterrรกneo: Sรณcrates, Alejandro Magno, San Agustรญn, Teodora, Carlomagno, el rey zirรญ granadino โAbd Allรขh, Federico II, Marco Polo, Cristรณbal Colรณn, Gonzalo Fernรกndez de Cรณrdoba (el Gran Capitรกn), el papa Leรณn X, Carlos V, Napoleรณn, Mehmet Alรญ, Ferdinand de Lesseps โel canal de Suez, un hito fundamentalโ, Nasser. Ambas listas podrรญan ampliarse a fin de completar una autรฉntica trama de personajes, โalgunos famosos, otros desconocidos, todos, sin embargo, claves para entender el espรญritu que anida en las tierras que rodean este marโ.
Tres elementos aportan profundidad al juego de pasados y presentes โy a unos futuros, que, como afirma Ruiz-Domรจnec, mucho deben al pasadoโ que sugiere, en todo momento, el libro. Para empezar, la combinaciรณn entre referencias literarias, tanto clรกsicas como contemporรกneas, y el cine: La Ilรญada y la Troya de Brad Pitt; Mirabilia Rome, de 1520, y La gran belleza de Paolo Sorrentino, con Toni Servillo en el papel protagonista; los Decamerรณn de Boccaccio y de Pier Paolo Pasolini, o El Gatopardo de Lampedusa y de Luchino Visconti, o la Muerte en Venecia de Thomas Mann y, de nuevo, de Visconti; Zorba el Griego โo Vida y andanzas de Alexis Zorba, en el texto original de Kazantakisโ y Los caรฑones de Navarone, ambos tambiรฉn en novela y en filme; El exilio y el reino, de Albert Camus โo El extranjeroโ, y La batalla de Argel de Pontecorvo y Los paraguas de Cherburgo. La Odisea y La mirada de Ulises, de Theo Angelopoulus, merecen una menciรณn aparte, puesto que indican en el libro un principio y un principio del fin, respectivamente. En segundo lugar, las comparaciones sugerentes y enormes, no tanto en el sentido estructural que otorgara Charles Tilly a esta categorรญa, sino de puesta en diรกlogo de situaciones muy distantes en el tiempo y enmarcadas por circunstancias histรณricas harto dispares. Es lo que acaece al confrontar 1527 y 2001 โel 6m del saco de Roma y el 11s de los atentados en Estados Unidosโ, o bien la campaรฑa del rey persa Cosroes II en tierras bizantinas a principios de la segunda dรฉcada del siglo VII y la Blitzkrieg alemana de 1940. Por รบltimo, el manejo de una bibliografรญa impresionante, extensa โcuarenta pรกginasโ, pertinente y en varias lenguas.
Ante un despliegue tan apabullante y primorosamente combinado de imaginaciรณn y erudiciรณn resulta difรญcil seรฑalar puntos dรฉbiles. Me atrevo a sugerir, en este sentido, un par de cuestiones que merecerรญan, en mi opiniรณn, un tratamiento o un anรกlisis mรกs extenso en el libro. De lo รบltimo me parecen necesitadas las dos รบnicas pรกginas dedicadas a la Segunda Guerra Mundial. No permiten acabar de entender la trascendencia que este conflicto tuvo para las sociedades mediterrรกneas de una y otra orilla. Ciertamente soy consciente de lo que significa la administraciรณn de espacios en un ensayo de tan largo recorrido, pero, aรบn asรญ, en este aspecto me quedรฉ con hambre, como se dice popularmente en francรฉs o como expresara en el terreno histรณrico John Lukรกcs (El futuro de la historia). La ausencia de referencias a la guerra franco-prusiana y al conflicto simbรณlico e intelectual fin-de-siglo entre razas latinas y anglosajonas, decadentes unas y pujantes las otras, en cambio, sรญ se me antoja algo mรกs problemรกtica. Provocรณ una divisiรณn norte-sur en Europa โy en Amรฉrica, entre el norte y el sur del rรญo Bravoโ que en algunos aspectos, como los estereotipos y prejuicios, se extiende hasta nuestros dรญas. Estos comentarios no empaรฑan en nada, evidentemente, el enorme libro que nos ofrece Josรฉ Enrique Ruiz-Domรจnec, uno de nuestros grandes historiadores, dedicado al mar de la historia: el Mediterrรกneo. ~
Jordi Canal (Olot, Girona, 1964) es historiador. Es catedrรกtico de la รcole des Hautes รtudes en Sciences Sociales, de Parรญs. Su libro mรกs reciente es '25 de julio de 1992. La vuelta al mundo de Espaรฑa' (Taurus, 2021).