El poder de las ideas

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Masha Gessen

El futuro es historia. Rusia y el regreso del totalitarismo

Traducciรณn de Josรฉ Adriรกn Vitier

Madrid, Turner, 2018, 600 pp.

 

En el prรณlogo de El futuro es historia, la periodista Masha Gessen dice que mientras tejรญa las historias del libro se imaginaba โ€œescribiendo una larga novela rusa de no ficciรณn que intentara capturar tanto la textura de las tragedias individuales como los eventos e ideas que las moldearonโ€. Es un reto ambicioso que cumple con รฉxito. El futuro es historia cuenta las vidas de individuos que nacieron en los ochenta, durante los aรฑos de la perestroika, y que llegaron a la edad adulta (y a la concienciaciรณn polรญtica) bajo la presidencia de Vladรญmir Putin. En ocasiones, Gessen se centra en las historias personales y deja de lado acontecimientos importantes. En otras, en cambio, analiza con detalle la evoluciรณn de la ideologรญa, del poder y de las ideas en Rusia desde Gorbachov hasta Putin. (ยฟEs la Rusia de Putin un Estado totalitario o autoritario? ยฟEs una democracia iliberal o un rรฉgimen hรญbrido, como se llegรณ a denominar? El teรณrico polรญtico hรบngaro Bรกlint Magyar da quizรก la mejor definiciรณn: โ€œEstado mafioso poscomunistaโ€.) A menudo no puede elegir entre las historias personales y la polรญtica: como en los totalitarismos, en la Rusia de Putin es difรญcil separar lo personal de lo polรญtico.

El libro llega a una conclusiรณn deprimente: el homo sovieticus no ha muerto, se ha adaptado desde el totalitarismo soviรฉtico al Estado mafioso, oligรกrquico y autoritario de Putin. La lรณgica de โ€œdoblepensarโ€ orwelliana del individuo soviรฉtico, que debรญa estar siempre atento a las seรฑales del poder y su arbitrariedad para poder sobrevivir, vuelve con Putin. Hay un deseo de estabilidad, que solo puede traer un lรญder fuerte y con gran autoestima, y una nostalgia por la urss, a la que se asocia con victorias รฉpicas como la Gran Guerra Patriรณtica contra los nazis. El nacionalismo, que era un cรกncer pequeรฑoburguรฉs para la ideologรญa soviรฉtica, es ahora la ideologรญa oficial.

Gessen hace el intento imposible de psicoanalizar su paรญs. Y lo hace de una manera original e interesante: a partir de las historias e investigaciones de quienes, despuรฉs de setenta aรฑos de cerrazรณn soviรฉtica, intentaron analizar Rusia: โ€œEn los aรฑos ochenta, los cientรญficos sociales trabajando en la Uniรณn Soviรฉtica no solo carecรญan de la informaciรณn sino tambiรฉn de las habilidades, el conocimiento teรณrico, y el lenguaje necesarios para entender su propia sociedad.โ€ El sociรณlogo Yuri Levada intentรณ en los aรฑos ochenta desentraรฑar las caracterรญsticas bรกsicas del homo sovieticus: โ€œEl miembro exitoso de la sociedad soviรฉtica creรญa en el autoaislamiento, el paternalismo estatal, y en lo que Levada denominรณ โ€˜igualitarismo jerรกrquicoโ€™, y sufrรญa de un โ€˜sรญndrome imperialโ€™.โ€ A travรฉs de las encuestas y estudios de Levada, Gessen empieza a observar cรณmo la aparente apertura de los noventa es un espejismo: entraron ideas nuevas y aire fresco, pero mรกs como consecuencia de la dejadez y el estupor que provocรณ la caรญda de la Uniรณn Soviรฉtica que por un interรฉs o deseo de mayor tolerancia democrรกtica. Aunque hubo represiรณn, violencia, e incluso una guerra contra Chechenia, el Estado bajo el presidente Yeltsin dejรณ huecos sin ocupar.

Esto es algo que cambiรณ profundamente con Putin, que llegรณ con la idea de reconstruir un Estado total, oligรกrquico y de amiguetes. Putin se ganรณ la simpatรญa de una Rusia con baja autoestima. Capitalizรณ una creciente nostalgia por la urss (en las encuestas de Levada es vista cada vez mejor, y Stalin llega incluso a ser considerado el hombre mรกs importante de la historia) y caracterรญsticas bรกsicas del totalitarismo: la naciรณn, los valores tradicionales, la paranoia ante el enemigo externo (Estados Unidos) e interno (los quintacolumnistas que quieren hacer una โ€œrevoluciรณn naranjaโ€ al estilo de Ucrania) y una idea imperial de Rusia, que denominรณ โ€œel mundo de Rusiaโ€. El origen de esta idea proviene de Aleksandr Duguin, otro de los personajes de El futuro es historia. Duguin es famoso en los cรญrculos de ultraderecha por haber creado la ideologรญa del โ€œeuroasianismoโ€, una especie de supremacismo eslavo antioccidental. Piensa que conceptos como derechos humanos, democracia o progreso no encajan con la identidad y la cultura eslava. En pocos aรฑos, su tesis reaccionaria pasรณ de ser excรฉntrica y minoritaria a ideologรญa de Estado.

En 2014, cuando Rusia invadiรณ Crimea y comenzรณ la guerra en el Este de Ucrania, Putin usรณ los argumentos de Duguin: no solo habรญa que proteger a los rusoparlantes fuera de Rusia sino tambiรฉn garantizar que el espacio de influencia de Rusia no se occidentalizara. Esa occidentalizaciรณn era tambiรฉn un riesgo para los valores tradicionales. En nombre de ellos, y de la familia convencional, el gobierno de Putin, junto a la iglesia ortodoxa, elaborรณ varias leyes contra los homosexuales: al principio se escondรญan tras el argumento homรณfobo clรกsico de la lucha contra la pederastia, luego ni siquiera necesitaron esta excusa. โ€œEl espectro de la liberaciรณn gayโ€, escribe Masha Gessen, โ€œhabรญa surgido como un hombre del saco al estilo de los francmasones, los sionistas o los financieros americanosโ€. Los gays eran no solo un peligro contra la familia tradicional; eran una amenaza demogrรกfica, y contra la identidad cristiana de Rusia.

El futuro es historia no es un libro sobre disidentes sino sobre librepensadores. El concepto suena antiguo o rancio pero tiene sentido en el contexto de la Rusia de Putin: los protagonistas de esta obra intentan pensar por su cuenta (politรณlogos, disidentes, sociรณlogos, psicรณlogos) y tener criterio propio en un paรญs cada vez mรกs autoritario construido sobre los pilares del gran proyecto totalitario del siglo XX: la Uniรณn Soviรฉtica. Gessen narra la historia de Borรญs Nemtsov, asesinado en 2015 a pocos metros del Kremlin, y de su hija Zhanna Nemtsova, que pueden considerarse disidentes clรกsicos, pero tambiรฉn la historia de Marina Arutyunyan, una psicรณloga que se formรณ con libros de Freud, ilegales en los ochenta, y que piensa que la ansiedad de sus pacientes, a pesar de lo que dicen sus manuales de psicoanรกlisis, no tiene nada que ver con lo reprimido, sino con una vida miserable e incierta bajo un Estado arbitrario. Cuenta la historia de disidentes como Alexรฉi Navalny, Vladรญmir Kara-Murza y otros luchadores, pero tambiรฉn la de individuos comunes como Masha o Seryozha, hijos de la oligarquรญa comunista que dicen ser apolรญticos pero a los que la polรญtica acaba forzando a tomar partido, o Lyosha, un acadรฉmico de estudios de gรฉnero en Perm que emigra tras amenazas de muerte por ser homosexual.

Gessen no es muy optimista con el futuro de Rusia. Las escenas finales de su libro narran encarcelamientos, exilios, asesinatos. Solo hay un pequeรฑo rayo de luz. Los adolescentes que protestaron en 2016 y 2017, y cuyas fotos dieron la vuelta al mundo, solo han vivido bajo Putin. Quizรกs ellos, piensa Gessen, al nacer sin el sรญndrome del homo sovieticus, podrรกn plantar cara al putinismo, que en 2020 cumplirรก veinte aรฑos en el poder. ~

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Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).


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