Reyna Grande naciĆ³ en Iguala, Guerrero, en 1975, a casi un aƱo del asesinato de Lucio CabaƱas. La extrema pobreza, negligencia, represiĆ³n y desigualdad social que atenazan actualmente al estado de Guerrero, y que para muchos de nosotros cobraron realidad apenas el 26 de septiembre de 2014, parecen haber existido desde siempre en el relato de Reyna de su primera infancia. Cuando su pequeƱo cuerpo de cinco aƱos temblaba de rabia y de tristeza cada vez que la gente de su pueblo la llamaba huĆ©rfana. Reyna no era huĆ©rfana, era hija de migrantes que habĆan ido a trabajar a California sin poder llevarla, y para esa orfandad simbĆ³lica no hay un tĆ©rmino apropiado. (āLuego de un rato, se detuvo en un mapa. TrazĆ³ una lĆnea entre dos puntos y, como yo todavĆa no sabĆa leer, no sabĆa quĆ© decĆa allĆ. āAquĆ estĆ” Iguala. Y aquĆ, Los Ćngeles, y esta… ādijo arrastrando el dedo entre un punto y el otroā es la distancia entre nosotros y nuestros padres.ā) Ella y sus hermanos tuvieron que quedarse a cargo de sus abuelas, quienes recibĆan dinero de vez en cuando para alimentarlos, pero nunca el necesario.
Una casa de ladrillos para vivir todos juntos en Iguala habĆa sido la promesa que sus padres hicieron al marcharse, pero Iguala, ya para esos aƱos, estaba lleno de niƱos cuyos padres habĆan prometido lo mismo y un dĆa simplemente dejaron de llamar o de enviar dinero. De muchos jamĆ”s se supo siquiera si habĆan logrado cruzar la frontera. Los niƱos que los migrantes, voluntaria o involuntariamente, dejaron atrĆ”s tambiĆ©n son hijos de desaparecidos.
Pero ambos padres de Reyna volvieron, su madre solo para abandonarla varias veces mĆ”s, ya no persiguiendo una casa, sino la promesa del amor romĆ”ntico, que ella materializaba en cada nuevo hombre que conocĆa. Su padre, en cambio, volviĆ³ para despedirse definitivamente de Reyna y sus hermanos, pero sucumbiĆ³ a sus ruegos y terminĆ³ por llevĆ”rselos con Ć©l a California.
A los nueve aƱos, en 1984, Reyna Grande fue deportada dos veces en su intento de cruzar la frontera caminando por el desierto junto con su familia. La primera vez, ardiendo en fiebre a causa de una infecciĆ³n. En su tercer intento, su padre decidiĆ³ que cruzarĆan de madrugada en lugar de al amanecer, pero si no lo lograban Reyna y sus hermanos tendrĆan que volver a Iguala y Ć©l cruzarĆa solo. āPor favor, Dios, no dejes que nos vean. Por favor, Dios, dĆ©janos llegar a salvo al otro lado. Quiero vivir en el lugar perfecto. Quiero tener un padre. Quiero tener una familia.ā
Al final, lograron llegar a Los Ćngeles despuĆ©s de dos dĆas de camino. Cuando Reyna preguntĆ³ a su padre quĆ© tan lejos estaban de su hogar en Iguala, Ć©l respondiĆ³: āeste es tu hogar ahoraā, pero ella en el fondo sabĆa que, a partir de ese momento, no importaba cuĆ”ndo pudiera volver a MĆ©xico, no importaba incluso si no podĆa volver nunca mĆ”s, ahora siempre tendrĆa dos hogares.
En Los Ćngeles, Reyna se convirtiĆ³ en escritora, y tambiĆ©n en la primera mexicana en recibir un American Book Award por su novela de 2006, Across a hundred mountains, que no ha sido publicada en MĆ©xico hasta ahora. En ella narra la historia de la amistad entre dos mujeres que se conocen en una cĆ”rcel de Tijuana. A partir de entonces, la amistad y los lazos entre mujeres, atravesados siempre por la migraciĆ³n y el abandono del hogar, se convirtieron en los temas principales de su obra. En 2012, despuĆ©s de mucho pensarlo e incluso rechazar varias veces la idea, publicĆ³ La distancia entre nosotros, su autobiografĆa, y el Ćŗnico de sus libros que se consigue en espaƱol. Narrada desde su edad adulta, pero con la voz (y el corazĆ³n) de la niƱa de cinco aƱos que ha perdido a sus padres del otro lado, Reyna registra con implacable ternura y desconsuelo la vida interior de una niƱa migrante, desde el cansancio y el terror de los dĆas pecho tierra en el desierto, hasta asistir a una escuela y aprender matemĆ”ticas en un idioma que desconoces.
Reyna no es la primera escritora migrante en Estados Unidos, pero sĆ es la primera escritora mexicana en tocar el tema de la migraciĆ³n infantil. Desde la candidez y la empatĆa, logra convertir debates polĆticos en asuntos domĆ©sticos. No necesita posicionarse ni ideologizar, porque no teoriza sobre la migraciĆ³n, la encarna. El enorme acierto de Reyna Grande en La distancia entre nosotros es que, despuĆ©s de leerla, es imposible volver a olvidar que ella y los miles de niƱos como ella son mucho mĆ”s que cifras, historias y reportajes. ~
Ciudad de MĆ©xico, 1986, es ensayista, editora y traductora.