Enrique Krauze: historiador, editor, defensor de la democracia

Una de las principales contribuciones de Enrique Krauze es su enfoque multidisciplinario que combina la historia con la sociologรญa, la literatura, el arte y la polรญtica, sin olvidar el impredecible factor humano, tan despreciado por la historiografรญa moderna.
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Enrique Krauze naciรณ en la Ciudad de Mรฉxico en 1947, en el seno de una familia de origen judรญo-polaco que llegรณ a ese paรญs huyendo del antisemitismo. Desde muy joven mostrรณ su interรฉs por la historia, la polรญtica y la literatura, y aunque se formรณ como ingeniero industrial en la UNAM pronto se doctorรณ en historia en el Colegio de Mรฉxico (de tantas resonancias hispรกnicas), bajo la tutela de Daniel Cosรญo Villegas, sobre el que escribirรก una magnรญfica biografรญa. Pero se enorgullece tambiรฉn de haber sido alumno de Josรฉ Gaos, el รบltimo de los โ€œtransterradosโ€, cuya herencia en Mรฉxico ha reivindicado en numerosas ocasiones. โ€œNo soy un hispanista, ni tampoco un indigenistaโ€, ha repetido en varias ocasiones, โ€œpero Mรฉxico es un paรญs incomprensible sin Espaรฑaโ€. En el precioso libro Spinoza en el parque Mรฉxico Enrique Krauze ha hecho un apasionante relato de su biografรญa que es, al tiempo, un repaso a la historia de Mรฉxico y de toda la intelectualidad latinoamericana.

Es casi usual ya destacar tres dimensiones de su enorme actividad: la acadรฉmica, la editora y, finalmente, su valiente activismo democrรกtico. Estas tres rรบbricas van a orientar esta laudatio.

Krauze es sobre todo un historiador, y en su libro De hรฉroes y mitos confiesa las dos pasiones que le persiguen desde que, niรฑo aรบn, le contaron la โ€œhistoriaโ€, mรญtica por supuesto, de la Revoluciรณn mexicana: el interรฉs por los โ€œhรฉroesโ€, tambiรฉn entre comillas, y la pregunta sobre la revoluciรณn. Y aรฑadรญa: โ€œhe escrito biografรญas escรฉpticas sobre hombres de poder con el propรณsito de conocerlos y comprenderlos, nunca deificarlosโ€. โ€œComprenderlosโ€, dice, con palabra de honda tradiciรณn intelectual y weberiana, verstehen. Y casi como una advertencia para espaรฑoles, aรฑadรญa Krauze: โ€œMรฉxico ha vivido de hรฉroes y mitos, y esa condiciรณn nos ha costado cara porque ha engendrado en nosotros falsos recuerdosโ€ฆ ha mantenido viejas llagas, nos ha hecho dogmรกticos e intolerantes, nos ha quitado realidad y sentido prรกctico.โ€

La presencia del pasado, donde desarrolla el tema de la memoria, es un libro de lectura obligada para quienes โ€“como dijo Octavio Pazโ€“ debemos reconciliarnos con el pasado.Pero no se puede hablar de Enrique Krauze sin mencionar su obra maestra: la Trilogรญa histรณrica de Mรฉxico, que comienza con Siglo de caudillos (1993, VI Premio Comillas), pues fueron ellos los que, en el siglo XIX, encarnaron las tensiones histรณricas de Mรฉxico, con liberales y conservadores asumiendo tonos de guerra santa en un paรญs al tiempo โ€œcastellano y morisco, rayado de aztecaโ€, como lo define.

La trilogรญa continรบa con una inmensa Biografรญa del poder (1987), centrada en la revoluciรณn y organizada en torno a los carismรกticos personajes que la guiaron: el espiritista Madero, prefiguraciรณn mexicana de Gandhi; el legendario Zapata, anarquista natural en busca de un paraรญso mรญtico; el terrible Pancho Villa, sediento de sangre y justicia; el patriarca Carranza, que encauzรณ la lucha por vรญas constitucionales; el invicto general Obregรณn, enamorado de la muerte; el severo general Calles, reformista implacable y enemigo de la Iglesia catรณlica; y el humanitario Lรกzaro Cรกrdenas, militar con sayal de franciscano. A todos los impulsaba una similar vocaciรณn mesiรกnica, una actitud, tan tentadora como peligrosa, que parece no haber muerto.

La trilogรญa termina con La presidencia imperial (2021), que traza un penetrante retrato psicolรณgico de nueve presidentes mexicanos (desde Manuel รvila Camacho hasta Carlos Salinas de Gortari), todos ellos pertenecientes al partido รบnico, el pri, la โ€œdictadura perfectaโ€ (que dijo Vargas Llosa), una suerte de โ€œcrรณnica de la corrupciรณn nacionalโ€.

Es solo una muestra de la inmensa actividad de Enrique Krauze, que tiene editados hasta veinte libros mรกs. Su estilo literario cautivador, su rigor acadรฉmico, su capacidad para comunicar de manera clara y accesible, todo ello apoyado en una meticulosa investigaciรณn, y erudiciรณn, han convertido a Krauze en un referente obligado para aquellos interesados en ese gran paรญs.

Historiador, desde luego, pero no solo, pues Krauze hace historia total. Una de sus principales contribuciones es su enfoque multidisciplinario que combina la historia con la sociologรญa, la literatura, el arte y la polรญtica, sin olvidar el impredecible factor humano, tan despreciado por la historiografรญa moderna. Una interdisciplinariedad que enriquece sus anรกlisis y nos permite apreciar la enorme complejidad de los procesos histรณricos.

La segunda dimensiรณn de Krauze es la de editor. Su carrera intelectual se iniciรณ colaborando en el semanario Siempre!, donde publicรณ su primer artรญculo sobre la matanza estudiantil de 1971, de la que fue testigo. Luego ingresรณ a la revista Plural, dirigida por Octavio Paz, su gran mentor, y a quien dedicรณ una excelente monografรญa (El poeta y la Revoluciรณn, 2014), y mรกs tarde a la revista Vuelta.

En 1999, tras la muerte de Paz, fundรณ Letras Libres, desde la que se ha convertido en un promotor incansable de la difusiรณn de la cultura y el pensamiento crรญtico en Mรฉxico con dos notables caracterรญsticas. En primer lugar, un compromiso radical con la libertad de expresiรณn. Letras Libres ha abordado temas controvertidos y ha dado voz a escritores y periodistas que, a menudo, son censurados en otros medios. Esto le ha otorgado un estatus de referencia en toda Amรฉrica Latina.

La revista se ha distinguido ademรกs por su calidad editorial y su cuidado en la selecciรณn de contenidos. Los artรญculos y ensayos de Letras Libres son conocidos por su rigor acadรฉmico, su estilo literario y su profundidad analรญtica, lo que ha afianzado su reputaciรณn como una publicaciรณn de excelencia.

Finalmente, Enrique Krauze es un intelectual radicalmente independiente comprometido con su paรญs y con su tiempo, que ha defendido los valores democrรกticos, liberales y humanistas frente a los autoritarismos, los populismos y los dogmatismos, de izquierdas o de derechas. Y sigue haciรฉndolo ahora en viva polรฉmica, por ejemplo, con el presidente de su paรญs.

Intelectual pรบblico con cientos de conferencias y artรญculos en los principales periรณdicos del mundo, Krauze es sin duda uno de los pocos, poquรญsimos, intelectuales latinoamericanos de alcance continental e incluso transatlรกntico.La revista Foreign Policy le incluyรณ en 2012 en la lista de los cincuenta intelectuales iberoamericanos mรกs influyentes junto con personalidades como Mario Vargas Llosa, Enrique Iglesias y los expresidentes Felipe Gonzรกlez, Ricardo Lagos y Fernando Henrique Cardoso.

โ€œComo liberal โ€“ha escrito Roger Bartraโ€“ su tarea ha sido la de mantenerse independiente y lรบcido, sin otro compromiso que el de la luz de su inteligencia.โ€

Puede que muchos de mis compaรฑeros recuerden que en junio del aรฑo 2019 propuse a esta academia dedicar un recuerdo a la conferencia que Max Weber pronunciรณ en Mรบnich hacรญa entonces un siglo: โ€œLa polรญtica como vocaciรณnโ€, una magistral puerta de entrada a los dilemas de la acciรณn polรญtica en el mundo moderno. Y lo hicimos con varias presentaciones. Y en la mรญa, recordaba que, frente a la Erklรคren positivista, la explicaciรณn de la conducta en tรฉrminos de leyes o determinantes externos (que implica observar el comportamiento humano como se observa el de las hormigas), Weber argumentarรก que explicar es comprender, verstehen, pues solo comprendiendo los motivos de la conducta humana esta se hace explicable. Si los primeros comprendรญan explicando, Weber nos invita a explicar comprendiendo. Hay que abrir la black box, la caja negra de la subjetividad del actor, cerrada para el positivismo, para penetrar en el sentido de su conducta.

Sobre esta innovadora base conceptual, que hace de la suya una sociologรญa de la acciรณn, una sociologรญa nominalista (que va de lo particular a lo general, del individuo a la colectividad, no al contrario), Weber desarrolla una inmensa obra que abarca casi todas las dimensiones de la vida social.

No es casualidad que Enrique Krauze haya querido dedicar esta primera conferencia entre nosotros justamente al realismo trรกgico que Weber exponรญa brillantemente en aquella charla a los perplejos estudiantes de un Mรบnich revolucionado y confuso.

Si Marx habรญa enfatizado los modos de producciรณn y la economรญa, Weber, sin menospreciar su importancia, pondrรก de relieve la importancia del poder y las formas de dominaciรณn y, en concreto, la burocracia como destino inevitable de la sociedad de masas, la โ€œjaula de hierroโ€ a la que alude al final de La รฉtica protestante y el espรญritu del capitalismo.

No sรฉ si Krauze se sentirรก cรณmodo si le tildo de weberiano. En todo caso, como Weber, sabe que la ciencia social es total, no es historia, o economรญa, o sociologรญa, sino todo eso al tiempo, es sintรฉtica, y solo fluye despuรฉs de muchas lecturas de muchas disciplinas. Como Weber, Krauze es liberal y coloca al individuo en el centro de su pensamiento. Como a Weber, le ha interesado el liderazgo carismรกtico de los โ€œhรฉroesโ€ revolucionarios de su paรญs, por los que siente al tiempo fascinaciรณn y repulsa. Como Weber, sabe que hay que comprender al actor en toda su inmensa complejidad, desde dentro, desde su circunstancia y con sus pasiones y miedos. Y como Weber, es muy consciente de que el poder y la acciรณn polรญtica se constituye en la tensiรณn, trรกgica, irresoluble, entre la รฉtica de la convicciรณn (pues sin ideales la polรญtica es mera corrupciรณn) y la รฉtica de la responsabilidad (pues no siempre del bien sale el bien).

Los nuestros son tambiรฉn tiempos confusos y necesitados de consuelo. Lo son en Mรฉxico, y lo son tambiรฉn aquรญ en Espaรฑa. Hace poco, en 2021, Krauze escribรญa en el diario Reforma: โ€œNo sรฉ cuรกnto durarรก la nueva presidencia imperial, no sรฉ cuรกndo lograremos consolidar una presidencia institucional, pero en todos los casos habrรก que seguir diciendo no al poder, en particular al poder absoluto en manos del presidente en turno.โ€

Enrique Krauze ha sido reconocido con numerosos premios y distinciones, tanto nacionales como internacionales. Liberal que nunca se dejรณ atrapar por los ecos de sirena de la lucha armada, la guerrilla o el terrorismo, tampoco por el integrismo reaccionario de los populismos de derecha, mexicano que reivindica el legado espaรฑol, el virreinato. Escuchado allรญ, escuchado en los Estados Unidos, escuchado en toda Latinoamรฉrica, escuchado aquรญ en Espaรฑa. Una rara avis. Pero mรกs allรก de sus logros acadรฉmicos y profesionales, quiero resaltar la calidad humana de Enrique Krauze. Su generosidad, su afรกn por el diรกlogo y su disposiciรณn para escuchar a los demรกs lo convierten en un intelectual ejemplar y en un ciudadano comprometido con el bienestar de su paรญs. Es un gran honor poder dar la bienvenida, en nombre de esta corporaciรณn, a un gran intelectual mexicano y uno de los grandes intelectuales hispรกnicos. ~

Este texto es una versiรณn editada de la laudatio a Enrique Krauze en su ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Polรญticas.

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es catedrรกtico emรฉrito de sociologรญa y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Polรญticas.


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