I
A cien aรฑos de su natalicio, sigo viendo a mi padre como un perpetuo creador de grandes proyectos. Lo recuerdo como un obsesivo y apasionado arquitecto de tiempo completo. Con la vehemencia que le era propia, en los viajes nos despertaba para recorrer a ritmos acelerados las ciudades y visitar los edificios icรณnicos antes de las horas de trรกfico. Para planear el proyecto de la Central de Abastos de la Ciudad de Mรฉxico, visitamos los mercados centrales de las principales ciudades. Uno de los mejores, el de Parรญs, ofrece a los compradores mayoristas brindis con pan, queso, uvas y vino a las cuatro de la madrugada.
Mi padre siempre traรญa un lรกpiz para poder hacer bosquejos en cualquier momento. En nuestras comidas familiares, tanto en casa como en los restaurantes, dibujaba sus croquis en las servilletas. Estaba tan inmerso en sus diseรฑos que a menudo no se concentraba en la forma adecuada de agarrar los cubiertos. Como resultado, no todo lo comestible llegaba siempre a su boca y acababa con algunas pequeรฑas raciones en sus camisas. Mi madre, quien siempre lucรญa impecable, reaccionaba con una amorosa mirada de reproche, y sus manos se mostraban siempre atentas para remover los residuos de comida en la indumentaria de su descuidado esposo.
En mi temprana infancia, la mayorรญa de las veces las huellas que hacรญan mal lucir la ropa de mi padre no eran de comida sino las del polvo y restos de cemento que impregnaban sus zapatos y la parte baja de sus pantalones despuรฉs de regresar de la supervisiรณn de sus obras. Y es que, como lo explica el actual director de la Facultad de Arquitectura de laย UNAM, Juan Ignacio del Cueto, desde que estudiaba โtrabajรณ como constructor y contratista, lo que le permitiรณ formarse de una manera mรกs completa y ver el quehacer arquitectรณnico con un enfoque pragmรกtico; la preocupaciรณn por los procesos constructivos serรญa, a partir de entonces, una constante en su obraโ.
Durante esta primera parte de su vida profesional se dedica fundamentalmente a proyectos de vivienda entre los que destacan el edificio de Fundiciรณn y la casa Sacal, donde se usa por primera vez el concreto cincelado que estarรก presente en sus obras posteriores. Como explica Manuel Larrosa, en la siguiente etapa de su desarrollo profesional da un viraje y voltea al โgran teatro del mundoโ mostrando โuna fecunda reiteraciรณn compositiva, semejante a la que ofrecen, en la mรบsica, las fugas de Johann Sebastian Bachโ. Desde los aรฑos sesenta, la arquitectura teatral no se habรญa visto tan enriquecida en nuestro paรญs como con los recintos concebidos por mi padre, pues piensa la arquitectura monumental como una tarea democrรกtica: lo mismo sirven esos recintos para una pelea de box que para una fiesta de quince aรฑos, una conferencia, una obra de teatro, un concierto o un mitin polรญtico.
Al referirse a la que se puede considerar una segunda etapa de su obra, Miquel Adriร afirma que esta se caracteriza por la construcciรณn de un nuevo lenguaje masivo y monumental, basado en el uso exclusivo del concreto cincelado, que vistiรณ buena parte de los edificios emblemรกticos de la sociedad mexicana. Este โmaterial รบnico permitiรณ cierto sincretismo entre la modernidad y la arquitectura prehispรกnicaโ y โdotรณ al poder civil con signos de identidad colectivaโ, como lo muestran los proyectos realizados en colaboraciรณn con Teodoro Gonzรกlez de Leรณn: el edificio del Infonavit, El Colegio de Mรฉxico, el Auditorio Nacional y el Museo Tamayo.
Durante sus รบltimos aรฑos mi padre continuรณ con el diseรฑo de auditorios, museos y centros de convenciones que se terminaron despuรฉs de su muerte gracias al impulso y compromiso de mi madre. Como lo ha seรฑalado Felipe Leal, โsi alguien sabรญa de composiciรณn arquitectรณnica era Abraham Zabludovsky y Alinka Kuper era una arquitecta honorariaโ. Entre estos espacios, destacan el Museo del Niรฑo de Villahermosa y el Auditorio y Centro de Convenciones de Coatzacoalcos. En 2004, asistimos a la inauguraciรณn con un concierto memorable de Pavarotti quien se expresรณ sorprendido en lo que รฉl describiรณ como un lugar con una de las mejores acรบsticas del mundo.
II
Ademรกs de la construcciรณn de estas reconocidas obras, la capacidad creativa de mi padre tenรญa un aspecto mรกs รญntimo y personal que se muestra en el diseรฑo de sus muebles, piezas รบnicas realizadas para su propio hogar y que ahora se encuentran exhibidas en la exposiciรณn Abraham Zabludovsky. 100 aรฑos del Antiguo Colegio de San Ildefonso. Entre estas creaciones estรก una mesa de formica negra en la cubierta y bases de encino que, en su versiรณn original, cumplรญa distintas funciones y era transformable segรบn se colocara: puede ser una mesa alta para comedor o una baja como centro de sala.
En las casas que habitamos siempre habรญa cuatro mesas que se colocaban juntas formando un gran cuadrado, de tal manera que todos los que allรญ se sentaran se vieran y pudieran hablar entre sรญ. Durante mi infancia en una casa en que no habรญa comedor, la mayorรญa del tiempo las mesas estaban en su posiciรณn baja, como una extensiรณn de la sala. Se usaban primordialmente para servir cafรฉ a los invitados o para que las mamรกs que asistรญan a los cumpleaรฑos infantiles contemplaran a sus hijos rompiendo la piรฑata, viendo una obra de tรญteres o participando en otras actividades que se llevaban a cabo en la terraza adjunta.
Pero lo que yo mรกs recuerdo de estas mesas es que durante mucho tiempo sirvieron como base para armar un enorme rompecabezas de la pintura cubista Los tres mรบsicos de Picasso que, por contar con piezas bastante irregulares y pequeรฑas, para mis hermanos y para mรญ constituyรณ un verdadero reto. Una vez que finalmente triunfamos โgracias a la guรญa paciente de mi madre, y bajo la mirada de satisfacciรณn y conspiraciรณn de mi padreโ, nos resistimos a removerlos. Asรญ es que Los tres mรบsicos ocuparon las mesas durante un periodo tan amplio que creรญ oรญrlos tocar unas piezas cuando yo me acercaba.
Durante mi adolescencia nos mudamos a una casa mรกs grande. Las mesas estuvieron la mayorรญa del tiempo en su posiciรณn vertical y las ocupรกbamos como comedor. Ahรญ, mis padres recibieron mรบltiples y variados comensales. Ellas atestiguaron encuentros familiares y reuniones con integrantes del mundo de la arquitectura y el arte. Entre los mรกs asiduos: Olga y Rufino Tamayo, y Mathias Goeritz con su pareja, la periodista Bambi. Ahรญ presenciรฉ intensos debates culturales, histรณricos y polรญticos que mi padre frecuentemente iniciaba con un exitoso รกnimo provocador. La gran mesa cuadrada (compuesta de cuatro) alcanzaba para sentar a diecisรฉis personas. Cuando eran mรกs invitados se separaban para que cupieran mรกs sillas. Mi madre, que era una excepcional anfitriona, las vestรญa con flores y accesorios capaces de, en cada ocasiรณn, hacerlas parecer piezas originales de la autora.
En 1954, mi padre diseรฑรณ la cuna que lleva mi nombre. Esta pieza original y รบnica estรก ahora expuesta en el Colegio de San Ildefonso. Como sus otros muebles, tambiรฉn tiene mรบltiples posiciones y se amolda segรบn la edad de los niรฑos. La cuna me acogiรณ primero a mรญ y luego a mis hermanos. Mรกs tarde empezรณ a rotarse entre los reciรฉn nacidos de la familia. Ahรญ durmiรณ mi prima Diana โque tiene diez aรฑos menos que yo, hija de Jacoboโ. Luego fue ocupada por mis sobrinas, las hijas de mi hermano Moisรฉs, y los nietos y nietas de mi hermano Jaime. Antes de su traslado a la exposiciรณn actual yo la tenรญa en mi casa para cobijar a unos mellizos que tienen ahora un aรฑo y me han estrenado como abuela.
Pienso que esta cualidad versรกtil, lรบdica y mutable que estรก presente en los muebles ideados por mi padre durante mi niรฑez, tambiรฉn es un rasgo fundamental de sus obras de la รบltima dรฉcada: espacios culturales de usos mรบltiples que sirven para espectรกculos de teatro, fiestas de graduaciones, o explanadas de juegos. Al visitar la exhibiciรณn actual en el Palacio de San Ildefonso, uno puede constatar que, como bien lo seรฑalรณ Larrosa, Abraham Zabludovsky ofrece a los usuarios una arquitectura que no caduca pues โsus residencias o departamentos, contemporรกneos al aviรณn de hรฉlice, siguen formando parte de la ciudad y son tan modernos como las mรกs avanzadas cosmonavesโ. ~
es doctora en Sociologรญa y profesora-investigadora definitiva de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Polรญticas y Sociales de la UNAM.