La dignidad bajo ataque

MĆ©xico entrĆ³ al siglo XXI caminando por la ruta progresiva de crear una nueva cultura para la promociĆ³n, defensa y protecciĆ³n de los derechos humanos. Sin embargo, desde 2018, el paĆ­s ha ido en sentido contrario.
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El 10 de diciembre de 1948 se firmĆ³ en ParĆ­s, Francia, la DeclaraciĆ³n Universal de los Derechos Humanos, con el fin de establecer un sistema en el ā€œque la libertad, la justicia y la paz en el mundoā€tuvieranā€œpor base el reconocimiento de la dignidad intrĆ­nseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humanaā€. En el documento se garantiza el disfrute de la libertad de palabra, de autodeterminaciĆ³n y de creencias, gracias al establecimiento de la dignidad humana como el mĆ”ximo valor relativo de algo que es bueno en sĆ­ mismo, y la convergencia de tres principios fundamentales en ella: la autonomĆ­a de la persona, el principio de beneficencia (que encierra el derecho del acceso a un trabajo digno remunerado, la salud, educaciĆ³n y expresiĆ³n de las ideas para la convivencia armĆ³nica y el sano desarrollo social, entre otros) y el principio de privacidad en el individuo.

La DeclaraciĆ³n Universal de los Derechos Humanos ha sido base para mĆ”s de setenta tratados sobre derechos humanos a nivel mundial, entre ellos la ConvenciĆ³n Americana sobre Derechos Humanos. MĆ©xico se adhiriĆ³ formalmente a esta convenciĆ³n en 1981, lo que a la postre dio origen a la reforma constitucional publicada el 10 de junio del aƱo 2011, durante la presidencia de Felipe CalderĆ³n Hinojosa, que incorporĆ³ a la ConstituciĆ³n mexicana en sus primeros 28 artĆ­culos todos los derechos humanos reconocidos en los tratados internacionales como derechos constitucionales, y sentĆ³ el mandato de crear una nueva cultura para la promociĆ³n, defensa y protecciĆ³n de los derechos humanos. Culminaba asĆ­ una larga historia de luchas ciudadanas por el respeto y la garantĆ­a de los derechos polĆ­ticos y las libertades individuales y colectivas, que en su momento dieron origen a la creaciĆ³n de organismos autĆ³nomos como la CNDH en 1990, el IFE en 1996 o el IFA en 2002. MĆ©xico entrĆ³ al siglo XXI caminando por la ruta progresiva de la protecciĆ³n del derecho a ser Ćŗnico, distinto e igual ante la ley de cada hombre y mujer nacido en este paĆ­s, asĆ­ como al reconocimiento de la vulnerabilidad de determinados grupos minoritarios para su protecciĆ³n especial con miras a alcanzar la equidad y la paridad.

Sin embargo, desde 2018, el paĆ­s ha ido en sentido contrario. Hay que decirlo claro: a lo largo de cuatro aƱos en el poder, el presidente AndrĆ©s Manuel LĆ³pez Obrador ha intentado sistemĆ”ticamente imponer la polĆ­tica del miedo. Para ello, ha echado mano principalmente de dos recursos: primero, ha atacado insistentemente la expresiĆ³n de la autonomĆ­a individual, polĆ­tica y social ciudadana con un discurso violento a travĆ©s de la mĆ”xima plataforma de comunicaciĆ³n social del gobierno. En segundo lugar, ha desaparecido, debilitado y sustituido los planes, programas e instituciones autĆ³nomas creadas para la defensa de los derechos de las minorĆ­as, por razones de mero corte ideolĆ³gico.

AsĆ­, desde el ataque sistemĆ”tico a la dignidad personal de los individuos ā€“sea en el ejercicio de la libertad de expresiĆ³n, de elecciĆ³n de una profesiĆ³n, de asociaciĆ³n para un fin legĆ­timo para el beneficio colectivo, de la libertad religiosa o de la legĆ­tima aspiraciĆ³n a la mejorĆ­aā€“, hemos sido testigos de las agresiones contra periodistas como Carmen Aristegui o Carlos Loret de Mola, a quien el presidente amenazĆ³ con hacer pĆŗblicos sus ingresos, sin reparar en que tal revelaciĆ³n constituye en sĆ­ un delito penal o fiscal; contra intelectuales como HĆ©ctor Aguilar CamĆ­n, a quien expuso en una conversaciĆ³n que compete al Ć”mbito privado del individuo; contra legisladores de oposiciĆ³n, como la senadora XĆ³chitl GĆ”lvez, a la que, luego de una calumnia, le negĆ³ el derecho constitucional a la rĆ©plica.

LĆ³pez Obrador ha acusado de traiciĆ³n a la patria a los diputados que han votado en contra de sus iniciativas, a pesar de que el derecho a deliberar y votar en contra es facultad constitucionalmente protegida a favor de los parlamentarios. Ha calificado de ā€œaspiracionistaā€ a la clase media, y ha condenado a quienes buscan mejorar sus habilidades profesionales en el extranjero. En su momento, acusĆ³ a las feministas de intentar desestabilizar a su gobierno siguiendo ā€œintereses oscurosā€; llamĆ³ ā€œmercantilistas de la saludā€ al personal mĆ©dico en plena pandemia. Bajo el pretexto de una polĆ­tica incongruente de austeridad, redujo salarios a burĆ³cratas, ha retenido aguinaldos y ha quitado derechos adquiridos, en franca violaciĆ³n a la ley laboral. AcusĆ³ a los padres de niƱos y niƱas enfermos de cĆ”ncer de ser tĆ­teres de las farmacĆ©uticas, ante la crisis del desabasto de medicamentos oncolĆ³gicos.

Ha sometido en lo particular a jueces de distrito al escarnio y al linchamiento mediĆ”tico por actuar en ejercicio de sus funciones y en defensa del orden constitucional, lo que constituye tambiĆ©n una indebida injerencia en la esfera de competencia del poder judicial. Desde hace poco mĆ”s de un aƱo, institucionalizĆ³ la secciĆ³n ā€œQuiĆ©n es quiĆ©n en las mentirasā€, en la que una vocera, con recursos pĆŗblicos y el respaldo de su presencia, pretende instaurar como Ćŗnica verdad la visiĆ³n presidencial de los hechos, al tiempo que exhibe y expone al repudio social a ciudadanos y colectivos que, en ejercicio de su derecho de vigilancia del poder, expresan su desacuerdo con las decisiones de quien tiene a su cargo la administraciĆ³n pĆŗblica. Si atendemos a los criterios de la ComisiĆ³n Interamericana de Derechos Humanos, todos estos actos constituyen claros abusos de poder por el atropello a la dignidad y libertad humanas tendientes a establecer la previa censura, contraria a todo rĆ©gimen que se precie de ser democrĆ”tico.

Por el lado de la desapariciĆ³n, debilitamiento, manejo y sustituciĆ³n de los programas sociales, basten dos ejemplos. Nunca antes padres de familia habĆ­an tenido que accionar la justicia a travĆ©s del juicio de amparo para que sus hijos infantes y adolescentes pudieran vacunarse en medio de una pandemia mundial que cobrĆ³ la vida de mĆ”s de 600 mil mexicanos hasta la primera mitad de 2021. La desapariciĆ³n del Sistema Nacional de VacunaciĆ³n, otrora modelo mundial, junto con el manejo polĆ­tico electoral de las vacunas, socavĆ³ la dignidad humana de los ciudadanos que debieron pelear por su derecho de acceso a la salud; a la fecha, solo el 27% de los infantes en MĆ©xico tienen el cuadro completo de vacunaciĆ³n bĆ”sica.

El tamiz neonatal fue suprimido en las instituciones de salud pĆŗblica y, mĆ”s tarde, utilizado como promesa de campaƱa por el partido en el poder. Los programas sociales de apoyo a adultos mayores, a jĆ³venes estudiantes de niveles bĆ”sico e intermedio, asĆ­ como la conservaciĆ³n de la fuente de trabajo, son utilizados como medio de coerciĆ³n para el engrosamiento de las movilizaciones sociales a favor del presidente, de acuerdo con la evidencia que ciudadanos proporcionaron en redes sociales para la marcha del poder del 27 de noviembre. A principios de 2020, la repentina y deficiente implementaciĆ³n del Insabi en sustituciĆ³n del Seguro Popular dejĆ³ a miles de derechohabientes en el desamparo absoluto.

Con la ilegal designaciĆ³n de Rosario Piedra Ibarra al frente de la ComisiĆ³n Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la indefensiĆ³n ciudadana ha alcanzado un nuevo nivel. En los Ćŗltimos tres aƱos al mando de una incondicional de LĆ³pez Obrador, la CNDH ha guardado silencio ante los asesinatos de periodistas y activistas de derechos humanos, ante las demandas de salud de los ciudadanos o ante las agresiones, acusaciones sin fundamento y seƱalamientos que cada maƱana realiza el presidente en contra de distintos sectores sociales. No conforme con eso, la CNDH de Piedra, sin estar facultada para ello, emitiĆ³ la recomendaciĆ³n 46/2022, en la que insta a legisladores federales a reformar el Instituto Nacional Electoral, violando de paso el artĆ­culo 102 constitucional, inciso B, pĆ”rrafo tercero, que establece expresamente la incompetencia del organismo en materia electoral.

AĆŗn no todo estĆ” perdido. A pesar de lo desolado que pueda presentarse el panorama, la dignidad humana contiene en sĆ­ misma el derecho a equivocarse. Y equivocarse protege el derecho al aprendizaje empĆ­rico y al cambio de decisiĆ³n para corregir el rumbo. AsĆ­ lo han expresado mĆ”s de un millĆ³n de mexicanos y mexicanas que salieron a la calle en distintas ciudades el pasado 13 de noviembre, en una marcha de proporciones histĆ³ricas. En ese acto, los ciudadanos manifestaron el sentido de comunidad y el respeto a la diversidad de los otros, a quienes reconocen como pares. Esos millones que, ya sea en las calles o en otros Ć”mbitos, manifestaron su defensa de las instituciones han dejado tambiĆ©n en claro que la razĆ³n para defender un instituto electoral es que la libertad de elegir simboliza el resto de las libertades. ~

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es licenciada en derecho con especialidad en derecho fiscal por la UDLAP. Activista en favor de la cultura de la legalidad.


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