Lo que se escucha en los conciertos

En estos tiempos donde echamos de menos los conciertos y miramos con recelo a quien tose, recuperamos este ensayo que se publicรณ en el nรบmero 194 de Vuelta, en enero de 1993. Esta secciรณn ofrece un rescate mensual del material de la revista dirigida por Octavio Paz.
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ยฟPor quรฉ tose la gente en los conciertos? ยฟY por quรฉ se contagia la tos en los conciertos, como en todas partes los bostezos, hasta desencadenar una verdadera epidemia entre movimiento y movimiento de la obra que habรญa ido uno a escuchar en su desnuda pureza? Por supuesto, es de sospecharse que la abrumadora mayorรญa de las veces no es irreprimible esa tos, como sรญ suele serlo un estornudo. Luego, ยฟpor quรฉ tose la gente en los conciertos?

Quizรก sea como respuesta mecรกnica al estรญmulo de la mรบsica, al modo en que acostumbra serlo el aplauso. Quizรก como recurso inconsciente para reafirmar nuestra personalidad en medio del torbellino de la mรบsica. Escribรญa Eduard Mรถrike en su relato sobre Mozart: โ€œEl hombre quiere y teme a un tiempo ser arrancado a su ser ordinario, siente que lo infinito lo rozarรก, que su pecho se encoge cuando ese infinito aumenta y pretende arrebatar su espรญritu por la fuerza.โ€ Se puede inferir que la tos es nuestra รบltima ancla contra la sensaciรณn de que la mรบsica nos ha anulado o arrancado brutalmente de nuestros asientos. A una tos sigue otra y a esta, otra, y a ellas, muchas mรกs, lista de asistencia, coro de toses que exclaman: โ€œยกAquรญ estoy!โ€ โ€œยกY yo tambiรฉn!โ€ โ€œยกY yo!โ€ โ€œยกYo tambiรฉn sigo aquรญ!โ€ โ€œยกTambiรฉn yo he sobrevivido!โ€ โ€œยกY yo y yo y yo…!โ€

No hace tiempo abriรณ inscripciones una Academia de Tos en que, como su nombre lo indica, se imparte a la gente, en especial asistentes a conciertos y neurรณticos, la tรฉcnica y el conocimiento de los momentos propicios para toser. En sus pasillos de recreo se fomentan los resfrรญos, el tabaquismo y el esmog. Pues el mal no estรก en fumar ni en los padecimientos pulmonares o de las anginas, sino en toser de modo incorrecto. Y si en la clase prรกctica se imparten y ejercitan las tรฉcnicas mรกs avanzadas para toser de la forma adecuada, en la hora teรณrica se provee al educando de una sรณlida cultura musical que le permita toser con pertinencia y buen gusto durante los conciertos. Para el objetivo, circulan ya discos grabados ex profeso que contienen exclusivamente finales de movimientos y pausas de extensiรณn mรญnima y mรกxima entre movimiento y movimiento de obras famosas e incluso no tan famosas. Ya se verรก que esto es tan arduo como estudiar en el Conservatorio y aprender a entrar con el instrumento en el momento preciso que seรฑala la partitura. La Academia no regala tรญtulos, y por eso, cuando algรบn estudiante mediocre o mero neรณfito tose sobre la mรบsica, no tardarรกn los doctos de la tos en reprenderlo con estridentes, duraderos y seriales โ€œยกSshh!โ€ de cuya tรฉcnica y ejecuciรณn exacta tambiรฉn provee la escuela al pupilo.

Acaso la consecuencia de un odio sin lรญmites al silencio, acaso un alivio para gente que no puede soportar mucho rato sin despegar los labios o un tic nervioso que desencadena la tensiรณn emotiva de la mรบsica. Quizรกs un consuelo para melรณmanos que no llegaron a cantantes. Quizรกs un vanidoso afรกn de fusiรณn con la mรบsica, sobre todo cuando hay grabaciones en vivo de por medio, como en ciertas grabaciones de Furtwรคngler, en que, acota Eduardo Lizalde, alcanza a oรญrse la tos de Hitler.

Contra la Academia, Vick y RCA Victor se aliaron sin frutos, para proponer que a la entrada de la sala se suministraran de modo gratuito abundantes pastillas, diseรฑadas como disquitos, contra la resequedad de la garganta. Entre otras cosas, pasaron por alto que de ese modo no queda mรกs remedio al respetable pรบblico que difundir ruidos con la envoltura de papel de las pastillas, asรญ como un surtido repertorio de sutilezas percusivas con la lengua y la dentadura. La alternativa es servir cucharaditas de jarabe contra la tos en las puertas de acceso. Pero siempre habrรก quienes detesten los jarabes. Y entre ellos nunca faltarรก, como nunca falta quien se cuela a la sala sin boleto, quien se cuele sin la previa ingestiรณn reglamentaria. Ese toserรก, y harรก olvidar a los demรกs el hecho de que tomaron jarabe, de manera que la tos esparcirรก su acostumbrado dominio.

En resumen, parecerรญa que por mรกs mutaciones que pueda sufrir la humanidad, como si se tratara de un gesto ritual inveterado, acaso ontolรณgicamente esencial, de una epidemia incurable y perenne, seguirรก habiendo tos en los conciertos, y, la verdad sea dicha, las preguntas que surgen hoy en la hora teรณrica de la Academia son de mรกs actualidad e interรฉs: ยฟpor quรฉ no tose la gente en el cine?, ยฟno serรญa un concierto sin toses como un cine sin palomitas?, ยฟpor quรฉ habrรก tos sin concierto?, ยฟcuรกndo redactarรก la vanguardia un concierto para tos y orquesta? Y si se redactara, ยฟquรฉ tan vรกlido serรญa que la gente tosiera durante el mismo? ~

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fue un poeta, narrador, ensayista, crรญtico musical y ajedrecista mexicano.


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