El error de Napoleรณn
Pierre Vilar resumiรณ en pocas palabras cรณmo se hundieron en 1808 las expectativas suscitadas por el reformismo ilustrado: โEs cierto que entre 1810 y 1812, las Cortes de Cรกdiz llevan a cabo, en la cima, una revoluciรณn jurรญdico-polรญtica, pero este cambio tiene lugar cuando las ruinas de la guerra, y sobre todo la separaciรณn del Imperio colonial, destruyen las precondiciones adquiridas en el siglo xviii.โ La estimaciรณn del historiador francรฉs subraya el corte registrado entre la รฉpoca de las Luces y la convulsa formaciรณn de la Espaรฑa liberal.
En el Memorial de Santa Elena, Napoleรณn reconociรณ el gran error cometido al resolver la crisis espaรฑola en 1808 con el cambio de dinastรญa y โesa desgraciada guerraโ. Hubiera podido convertirse en gobernante efectivo y popular de Espaรฑa, manteniendo bajo tutela a Fernando vii. Se lo habรญa aconsejado Escรณiquiz, el preceptor, en el curso de una agitada conversaciรณn en Bayona a fines de abril. A posteriori, Napoleรณn pensaba que desperdiciรณ la posibilidad de establecer en Espaรฑa un gobierno liberal, digno del pueblo que le venciรณ, y lamenta que este cayera bajo la tiranรญa de Fernando. Pero habรญa preferido fundar su dinastรญa y โencadenar Espaรฑa a los destinos de Franciaโ.
Lo cierto es que si las precondiciones ideolรณgicas estaban conseguidas en 1808, la situaciรณn financiera iba a una inevitable quiebra por la enorme deuda pรบblica acumulada con la cadena de guerras. El imperio americano estaba tรฉcnicamente perdido despuรฉs de Trafalgar y el declive de la producciรณn agraria se habรญa traducido en graves hambrunas, como la de 1805, anticipo de la terrible de 1812. Aun sin la guerra contra Napoleรณn, un Vietnam del Antiguo Rรฉgimen, faltaban los recursos para asegurar la traducciรณn polรญtica de la modernizaciรณn cultural experimentada hasta 1789. Y ya estaban en curso, sobre todo en Mรฉxico, los brotes de rebeldรญa en Amรฉrica frente al depredador dominio colonial de Espaรฑa, y las incursiones inglesas en torno al rรญo de la Plata despuรฉs de Trafalgar. Los dรญas de la Espaรฑa imperial, tambiรฉn los de la Espaรฑa de Goya, estaban contados.
Un reformismo cercado
El establecimiento de una cronologรญa del reformismo en el xviii espaรฑol descansรณ sobre unos supuestos imprecisos: pensar que la penetraciรณn de nuevas ideas arrancaba del reinado de Felipe V, y en segundo lugar, que la Ilustraciรณn se ajustรณ al de Carlos III. Hoy sabemos que los cรญrculos de novatores estaban presentes en la Espaรฑa de Carlos II (Lรณpez Piรฑero), que el diagnรณstico de la decadencia ha de ser revisado (Fernรกndez Albadalejo) y que las sombras dominan sobre la renovaciรณn bajo Felipe V (Mestre, Ruiz Torres), mientras que la labor de Ensenada, con su catastro, revela la existencia de una burocracia abierta a las reformas, desde sus precursores Patiรฑo y Campillo (Gรณmez Urdรกรฑez). Pudo tambiรฉn comprobarse que las posibilidades de una ampliaciรณn del panorama cultural y polรญtico resultaban bloqueadas por la supervivencia de la Inquisiciรณn. El proceso de Macanaz bajo Felipe V y el de Olavide bajo Carlos III demostraron que los Borbones aceptaban el papel del Santo Oficio como bastiรณn del orden, y que en tales circunstancias resultaba inviable la incorporaciรณn plena al concierto europeo de las Luces.
Una coyuntura favorable, en el medio siglo que discurre entre 1740 y 1789, hizo sin embargo posible la eclosiรณn del reformismo. Dรฉcadas de paz interior e incremento de la poblaciรณn, asรญ como de la producciรณn agraria, alentaron una voluntad de transformaciรณn que desde el aparato de Estado โlos Campomanes, Floridablanca, Arandaโ se transmitiรณ a instituciones que asumieron el papel de intermediarios (las Sociedades Econรณmicas, la propia Academia de la Historia) y a hombres entregados a la difusiรณn de las Luces, primero en el orden cultural y, en la dรฉcada de 1780, tambiรฉn en el econรณmico y polรญtico. Pequeรฑas rendijas normativas abrieron la puerta a una verdadera explosiรณn de ideas de cambio, de Montesquieu y Genovesi a Rousseau y Adam Smith, incluso a la de una constituciรณn inspirada en la Revoluciรณn americana. El cierre llegรณ ya entre 1787 y 1788, antes del โcordรณn sanitarioโ frente a la Revoluciรณn francesa, prueba de que eran mรญnimas la tolerancia del rรฉgimen y de la Inquisiciรณn. Esta ya apenas quemaba, pero mantenรญa su presiรณn sobre los pensadores y sus ideas. Y torturaba. De ahรญ la escasa entidad cuantitativa de la Ilustraciรณn espaรฑola respecto de su entorno europeo.
La brillantez del pensamiento alternativo, en el cual ha de incluirse la obra de Goya, se explica por transparencia de las graves rรฉmoras que afectan a la vida social espaรฑola โreflejadas en los Caprichosโ y tambiรฉn por el gran esfuerzo de indagaciรณn que llevan a cabo los hombres del despotismo ilustrado. El resultado fue un censo completo de los grandes problemas del paรญs, empezando por la fiscalidad y la ley agraria, que no podrรกn resolverse ya que los privilegiados siguen controlando el sistema de poder. Se sabe lo que es preciso reformar, pero el gato no va a ponerse el cascabel. La nueva generaciรณn de ilustrados descubre entonces, segรบn explicรณ Artola, que no hay soluciรณn alguna sin derribar la estructura del privilegio, tanto nobiliario como eclesiรกstico, y esto requiere un nuevo rรฉgimen liberal. Solo que a partir de 1789, el posible cambio se ve clausurado con la Revoluciรณn francesa, mรกs el malgobierno de Godoy, el cierre cultural y sobre todo la catรกstrofe financiera.
La ruina inevitable
Es un lugar comรบn considerar que el estallido de la Revoluciรณn francesa decide la suerte del reformismo ilustrado, ante la puesta en peligro de la monarquรญa. De una u otra forma, resultaba lรณgica la actitud de una defensa a ultranza como la instaurada por el conde de Floridablanca con su โcordรณn sanitarioโ. No obstante, el tiempo de tolerancia respecto de las ideas innovadoras ya habรญa acabado antes de la muerte de Carlos III. La sucesiรณn de Carlos III por Carlos IV y Marรญa Luisa marcรณ el cambio de รฉpoca y la Revoluciรณn contribuyรณ a acentuar las pautas reaccionarias que presidieron la agonรญa de nuestro Antiguo Rรฉgimen.
La Revoluciรณn conmovรญa los pilares de la polรญtica internacional de Espaรฑa. Planteaba un dilema en que las dos opciones eran perdedoras. La salvaguardia del rรฉgimen, mรกs el magnicidio de Luis XVI, parecรญan llevar a la alianza contrarrevolucionaria, pero como hizo notar el conde de Aranda, ese viraje ponรญa a Espaรฑa en manos de Inglaterra, principal amenaza para el imperio. La bรบsqueda de una salida racional, anticipรกndose a la derrota en la guerra de la Convenciรณn, provocรณ su exclusiรณn y destierro en marzo de 1794, dejando el gobierno en manos de Godoy, favorito de la reina.
Fue el punto de inflexiรณn del reinado. Los severos administradores del despotismo ilustrado resultaron sustituidos por un joven de escasos conocimientos y ansioso por consolidar su autoritarismo y enriquecerse. La โtrinidad sobre la tierraโ, como la definiera Marรญa Luisa de Parma, provocรณ de modo inevitable el desprestigio de la monarquรญa. Napoleรณn fue consciente muy pronto de las ventajas que a Godoy proporcionaba la posiciรณn del โmayordomo de palacioโ alzado sobre unos โreyes holgazanesโ. Desde 1801 desprecia a Godoy y estรก dispuesto a servirse de รฉl. Mรกs tarde lo califica de โbribรณn que me abrirรก las puertas de Espaรฑaโ.
En su Reformismo e Ilustraciรณn, Pedro Ruiz Torres opina, pensando en Godoy, que la idea del papel decisivo de los gobernantes pertenece a โla vieja historiaโ. La ejecutoria del valido al frente de la monarquรญa prueba lo contrario. Tal vez esta se hubiera hundido con las crisis agrarias sumadas a la fragilidad del imperio, pero resulta innegable que la polรญtica de guerras constantes, sometida que no aliada Espaรฑa a Francia, llevรณ a la quiebra financiera y al desastre en Trafalgar. No fueron simples errores. A partir de 1804, harto de gobernar una Espaรฑa hambrienta y enferma, Godoy decide jugar su propia baza al lado de Napoleรณn, instrumentalizando a la monarquรญa, con tal de recibir una corona como premio a los servicios prestados al emperador. Es un episodio que sirve para entender cรณmo la traiciรณn de Godoy crea las condiciones para el desastre definitivo, la guerra de Independencia.
La total degradaciรณn del absolutismo, con el poder transferido a un โguardia de corps entronizadoโ, quien lo utiliza para sus propios fines, supone el desenlace agรณnico del absolutismo reformador. Es el de Godoy un โdespotismo ministerialโ, ejercido de 1804 a 1808, por encima del Consejo de Estado, sobre la รบnica base de la ciega confianza de los monarcas, y que partiendo de una relaciรณn bilateral con el emperador decide sobre todo lo esencial. Desde la eliminaciรณn de una princesa de Asturias peligrosa para ambos al tratado de Fontainebleau que autorizรณ la ocupaciรณn militar de Espaรฑa por el imperio, a cambio de un principado portuguรฉs para Godoy. Todo a espaldas del gobierno de Madrid. Solo faltรณ la nota corsa de sustituir a los Borbones por el linaje Bonaparte, para que la farsa acabase en tragedia. Al comentar la amenaza a โla libertad de mi patriaโ, Jovellanos menciona cรณmo en 1807 esa patria se ve โentregada al capricho de dos monstruos [Godoy y Napoleรณn], cuya pรฉrfida inteligencia y conspiraciรณn para oprimirla se columbraba ya en la acorde conducta de entrambosโ. Una visiรณn exacta.
Aun sin conocimiento de la conspiraciรณn de Napoleรณn y Godoy, la amenaza que hacรญan recaer sobre Espaรฑa resulta perceptible en la dรฉcada anterior a 1808. Escritores como Manuel Josรฉ Quintana van perfilando una idea de Espaรฑa como naciรณn, al mismo tiempo forjada en la historia y vinculada a la libertad, esto es a la exigencia de resistir a una opresiรณn que se anunciaba como demasiado real. El estudio de Miguel Artola sobre la formaciรณn de Juntas supremas en mayo-junio de 1808 muestra que la idea de naciรณn informa el levantamiento y no es su consecuencia, de la misma manera que desde el primer momento, incluso para Murat, el mismo 2 de mayo, la lucha popular surge por la independencia negada por la invasiรณn francesa. La reducciรณn de la guerra a simple mito, difundida a partir del libro clรกsico de Josรฉ รlvarez Junco, carece de base documental. El texto del juramento en la primera Junta, la de Asturias, en mayo de 1808, disipa cualquier duda: โsostener la libertad e independencia de la Naciรณnโ. ~
Tambiรฉn aquรญ, en la idea de naciรณn, la revoluciรณn liberal encuentra el antecedente del absolutismo ilustrado, al contemplar este la naciรณn como sujeto colectivo a cuya prosperidad han de entregarse el esfuerzo y la inteligencia del ciudadano (Campomanes). Orientaciรณn expansiva que entra en crisis a lo largo del siglo XIX. ~
Antonio Elorza es ensayista, historiador y catedrรกtico de Ciencia Polรญtica de la Universidad Complutense de Madrid. Su libro mรกs reciente es 'Un juego de tronos castizo. Godoy y Napoleรณn: una agรณnica lucha por el poder' (Alianza Editorial, 2023).