Maneras de ser viejos

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lint Eastwood nunca trabajรณ de actor con John Ford ni con Howard Hawks, pero yo veo en su รบltima etapa como director un aliento fordiano y una manera hawksiana de tratar las diferencias de edad y sus enseรฑanzas. Tras su destacada funciรณn en Million dollar baby, en Gran Torino y en Mula, el tema de las paternidades fronterizas reaparece en Cry macho, desafortunado tรญtulo de una pequeรฑa y deliciosa parรกbola en la que Eastwood, que ya ha cumplido 91 aรฑos, evita siempre que puede los primeros planos y muestra ante la cรกmara las limitaciones de su cuerpo cuando estรก en movimiento, sin por ello perder la ironรญa ni la ocurrencia del magnรญfico director que es. Hay cosas que el antiguo jinete de tantos westerns, los genuinos y los de spaghetti, ya no puede hacer, aunque no figure entre ellas el coqueteo y tal vez el amor; la relaciรณn que Mike, su personaje de envejecida estrella del rodeo, establece con la dueรฑa mexicana de la cantina de carretera tiene el carรกcter de una seducciรณn asistencial que podrรญa tal vez terminar en matrimonio o no pasar del petting. De ambas cosas hay sugerencias, pero no evidencias.

Se trata ademรกs de una pelรญcula histรณrica, puesto que se indica que la acciรณn sucede en 1978, si bien tanto Texas como Tijuana aparecen intemporales, como ciudades de hoy; hay lugares que cambian en sรญ mismos para permanecer. A Mike, un hombre sin recursos en su decadencia, un amigo al que le debe un gran favor le pide cruzar la frontera para convencer a su hijo prรณdigo de que vuelva con รฉl al sur de los Estados Unidos, sacando al chico de su mala vida y alejรกndolo de las artes seductoras, y tal vez pedรณfilas, de una exesposa mexicana y cabaretera. Mike inicia asรญ el paso y la road movie, que es mejor a la vuelta que a la ida: la frontera se salva sin problemas, el muchacho acepta ir con รฉl, los esbirros de la madre cabaretera les siguen, y entonces empieza de verdad la trama. La del hombre viejo que amรณ a los caballos en los que ya no puede montarse, y la del adolescente medio mexicano que, para dar mรกs color local y mayor substancia, es poseedor y nunca se separa de un gallo de pelea, el macho del tรญtulo, que desempeรฑa un papel convincente, siendo la fauna avรญcola tan hรญspida a la imagen fรญlmica.

En su segunda parte, Cry macho no hace llorar, aunque amenaza con hacerlo. Los personajes adquieren mรกs colores, y Mike se autorrevela: hay ritornelos de su pasado esplendor domando la furia de los caballos salvajes, pero ese don, que ya no estรก en su mano ejercer, deja paso a sus otros saberes. Los saberes del hombre viejo. El hombre que, ademรกs del dominio de los caballos, puede curar las mรกs variadas dolencias de los animales, y en especial las cabras, asรญ como entender el lenguaje de signos de los sordomudos. Y ser tambiรฉn un hombre parco en palabras y recto. Un hombre justo. Hay, entre otras que llamarรญamos educativas, una escena nocturna entre Mike y el joven mexicano que trae resonancias del Rรญo rojo de Hawks, con el dรบo que en aquella obra maestra encarnaban John Wayne y Montgomery Clift. Hawks era un maestro del understate- ment, mientras que Clint Eastwood tiene un probado fondo sentimental, que disimula; bordea en mรกs de un momento de Cry macho las lรกgrimas, pero las contiene, y asรญ nosotros evitamos las falacias patรฉticas.

Aprovechando las ocasiones y actos de recuerdo y homenaje a Fernando Fernรกn-Gรณmez por su centenario, volvรญ a ver, en coincidencia con el estreno de Cry macho, una de las mejores pelรญculas de aquel, El extraรฑo viaje, un retrato de adultos retorcidos y malignos, aunque cultivados, en un poblacho cazurro de aspecto tranquilo. Se trata de una farsa muy espaรฑola, lo que no significa que estemos ante una espaรฑolada. Inspirada en un suceso (real) murciano, el llamado crimen de Mazarrรณn, si quisiรฉramos buscarle una regiรณn de origen habrรญa que mirar a Galicia, pues de allรญ proviene, gracias a la figura de su creador, el esperpento valleinclanesco. Fernรกn-Gรณmez no pretende esconder esa filiaciรณn o afinidad, pero tampoco se contenta con ella, por lo que lo galaico-esperpรฉntico se hace sainetesco e incluso astracanado en las escenas populares, en los colmados, en las verbenas, en los autobuses de lรญnea y en el habla de sus moradores. Ahora bien, el poblacho tiene en un chaflรกn de su plaza mayor una buena casa, como se decรญa antiguamente (antes de que se prefiriera el barbarismo casoplรณn), con su fachada opaca y su interior fabulado y temido por los que nunca pueden franquearlo. El lugar de los tres hermanos, Ignacia, la mayor (Tota Alba) y los, digamos, pequeรฑos, Paquita (Rafaela Aparicio) y Venancio (Jesรบs Franco).

Uno de los aciertos de este filme singular dentro del cine espaรฑol de su รฉpoca (1964) es el carรกcter metafรณricamente aniรฑado de su trรญo protagonista, unos seres de edad insondable. Ignacia tiene rasgos fรญsicos de seรฑora mayor (lo era entonces esta gran actriz, nacida en Argentina y fallecida en 1983), ejerciendo su mayorazgo de manera cruel y caprichosa. A su lado, la Paquita de Rafaela Aparicio, cuyo volumen corpรณreo y su invariable vocecilla hacen difรญcil calcularle la edad sin ir a los diccionarios, y Jesรบs Franco, que atipla la voz y viste como un polichinela oriental (ยฟun eunuco sin harรฉn?) pero tenรญa cuando se rodรณ la pelรญcula tan solo 33 aรฑos. Jesรบs, Jess Franck para sus incondicionales, cambiรณ poco de fรญsico en las siguientes dรฉcadas, como si su corsaria manera de dirigir pelรญculas por docenas o ristras le diera el elixir de una eterna y traviesa juventud. Su creaciรณn timorata de Venancio es memorable, representando รฉl, junto a la divertida ramplonerรญa de Paquita y la procacidad mandona de Ignacia, el verdadero lugar de los juegos prohibidos. Son viejos sin serlo, o viejos que aspiran a serlo, en el marco de una casa encantada y con la mezcla macabra de alcohol y el crimen gratuito.

ยฟUna rareza, El extraรฑo viaje? Yo pienso que, lejos de serlo en la filmografรญa tan desigual de Fernรกn-Gรณmez, aquella fue una obra de ambiciosa exploraciรณn quebrada por la brutalidad de la censura, su mala carrera comercial y su propia condiciรณn de flor mefรญtica y anรณmala. La seguirรญa cultivando intermitentemente el gran actor y director en el teatro, en el cine y en su genial manera de ser y escribir hasta el fin de su larga vida. La de un viejo sabio. ~

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Vicente Molina Foix es escritor. Su libro
mรกs reciente es 'El tercer siglo. 20 aรฑos de
cine contemporรกneo' (Cรกtedra, 2021).


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