Distingamos. Puedes decir (1) “me arrepiento de haber venido a X, el lugar estรก horrible y la voy a pasar mal”; fallaron tus cรกlculos y previsiones, pero de ahรญ no pasa, es un “arrepentimiento mundano”. Pero tambiรฉn puedes decir (2) “me arrepiento de haber hecho X, no debรญ hacerlo, soy una bestia”; ese es el “arrepentimiento moral”, el que aquรญ nos interesa. El segundo tiene que ver con obligaciones de conducta, con imperativos morales; el primero, no. De aquรญ en adelante siempre que se diga “arrepentimiento” se entiende “arrepentimiento moral”.
ยฟEn quรฉ consiste el arrepentimiento?, ยฟcรณmo analizar la experiencia? La teologรญa dice que es una forma de “pesar”, esto es, de “dolor” moral. Es, se dice, “pesar por el pecado en sรญ mismo (que recordamos haber cometido: la memoria es esencial a la acciรณn que describimos), en oposiciรณn al simple remordimiento, que no es mรกs que temor de sus consecuencias”. Tal vez se comience con el remordimiento y cuando รฉste se destila aparece el arrepentimiento, pero quiรฉn sabe, el mecanismo no estรก claro.
Ni tampoco la experiencia misma. Porque si bien en el arrepentimiento hay pesar, tambiรฉn es cierto que hay en รฉl cierta liberaciรณn. ยฟDe quรฉ? De la infecciรณn que produce la culpa no confesa, oculta, puede ser. El arrepentimiento te permite situar la vergรผenza y la culpa, y asรญ dimensionarlas. Porque lo que estรก ahรญ, sin nombre ni identidad, dentro de ti, se agiganta y te tiene en sus manos. Al nombrarlo lo pones a distancia, ya no te invade. Luego, claro, hay que pagar la culpa. ยฟPuede haber arrepentimiento sin penitencia? Bueno, el pesar, el dolor, de la acciรณn culpable, pueden verse como una forma inicial de penitencia.
Pero ยฟcuรกl es el camino del arrepentimiento?, ยฟcรณmo llegas a arrepentirte?, ยฟpor quรฉ puedes no arrepentirte?
En Las dos fuentes de la moral y de la religiรณn, รบltima monografรญa de Bergson, puede leerse un notable anรกlisis del arrepentimiento en tรฉrminos no religiosos, sino mรกs bien de psicologรญa sociolรณgica, si podemos hablar asรญ. Vamos a exponerlo. Con eso cumplo, juzga tรบ si es o no atinada, mรกs allรก de toda duda, la descripciรณn.
“Generalmente, la angustia moral es una perturbaciรณn de las relaciones entre el yo social y el yo individual”. Famosa distinciรณn sociolรณgica: el yo social o, mejor, los yos sociales, son los que te engastan en las relaciones con los demรกs: eres hijo, padre, maestro, alumno, empleado, esposo, amigo; a cada uno de esos roles corresponde un yo social. Todos son universales, esto es, hay diferentes ejemplares, hay muchos hijos, padres, maestros, etcรฉtera. En cambio tu yo individual, รญntimo o particular es sรณlo tuyo, es el que te hace รบnico e irrepetible, persona humana. La distinciรณn es conocida; la aportaciรณn de Bergson es aplicarla al anรกlisis de sentimientos morales como el arrepentimiento. ยฟCรณmo lo hace?
Bergson analiza el…
Bergson analiza el arrepentimiento de un “gran criminal”. No es, desde luego, temor al castigo (en ese caso no serรญa remordimiento). El criminal quiere ocultar su crimen, pero tiene, dice, “angustiosa sensaciรณn de haber descuidado algรบn detalle que la justicia hallarรก como dato revelador”. Pero el criminal, con esto, no quiere tanto evitar el castigo como borrar el pasado y “hacer como si el crimen jamรกs hubiera sido cometido”. Si nadie sabe de X, no existe X. Hay algo de pensamiento mรกgico aquรญ. Trata pues de suprimir el crimen al suprimir todo conocimiento sobre รฉl, pero no puede porque su propio y autobiogrรกfico conocimiento persiste dentro de รฉl y no puede ser aniquilado y “este conocimiento lo empuja cada vez mรกs fuera de la sociedad en cuyo seno pensaba mantenerse borrando las huellas de su crimen”. La sociedad lo estima todavรญa (porque no se ha podido establecer su culpa), pero no precisamente a รฉl, sino a otro hombre que รฉl era (antes del crimen), pero que ya no es. Su yo estรก dividido. Y รฉl, en su verdadero yo, se siente aislado entre los hombres, mรกs aislado de lo que podrรญa estar en una isla desierta.
Aquรญ entra un punto crucial: si confesara su crimen se reintegrarรญa a la sociedad a la que pertenece. Serรญa tratado como se merece, serรญa castigado, pero serรญa situado junto a ellos, los otros humanos. Esta es la fuerza, sostiene Bergson, que impulsa al criminal a entregarse. A veces, sin llegar a tanto, confiesa su crimen a un amigo o a una persona honesta, “adentrรกndose en la verdad, si no a los ojos de todos, sรญ al menos de alguien”, y aรฑade hermosamente: “se reincorpora a la sociedad en un punto, por un hilo”.
Tal es el anรกlisis no religioso que hace Bergson de las fuerzas que se mueven dentro de nosotros en la hora crepuscular del arrepentimiento. Me parece brillante. Dostoyevski, tan conocedor de estas cosas, lo analiza de otro modo. Para รฉl es mรกs bien cosa de ver o no ver. El pecado se esconde y no lo vemos. Raskolnikov mata a hachazos a dos mujeres, y, por asombroso que parezca, no se da cuenta de lo que ha hecho. Estรก intoxicado por sus propios razonamientos, como buen nihilista, y no identifica sus acciones. Hasta que la buena Sonia lo pone delante de su crimen y lo obliga a mirar. “Quรฉ has hecho”, resuena, famosa e insustituible, la exclamaciรณn. Con este ver te adentras en la verdad y ahรญ estรก, esperรกndote, el arrepentimiento. Porque este es, ante todo, un encuentro, a veces violento, con la verdad de lo que has sido.
Bueno, ahรญ hay dos versiones, una laica, otra religiosa, del arrepentimiento. ยฟPueden conjuntarse? No parece fรกcil, aunque tampoco imposible, pero eso ya no lo podemos tratar porque aquรญ dan tรฉrmino estas notas. Ten salud. –
(Ciudad de Mรฉxico, 1942) es un escritor, articulista, dramaturgo y acadรฉmico, autor de algunas de las pรกginas mรกs luminosas de la literatura mexicana.