Siempre fue altamente probable que la oposiciรณn ganase la elecciรณn presidencial de octubre y noviembre de 2023 en Argentina. Despuรฉs de todo, esa ha sido la regla en casi todas las elecciones en Amรฉrica Latina desde 2018: tal es el grado de justificado descontento en una regiรณn donde muchas economรญas estรกn estancadas y muchos sistemas polรญticos no dan a los ciudadanos los buenos servicios pรบblicos que merecen. Esto resulta especialmente claro en el caso de Argentina: el gobierno peronista de Alberto Fernรกndez se mostrรณ incapaz de ofrecer estabilidad econรณmica y crecimiento; el presidente ni siquiera logrรณ la libertad de imponer polรญticas racionales frente al poder de veto de su vicepresidenta, Cristina Fernรกndez de Kirchner.
La pregunta era mรกs bien quรฉ tipo de opositor ganarรญa. Mientras que los sistemas polรญticos en muchos paรญses latinoamericanos se han fragmentado, Argentina conservaba dos coaliciones aparentemente estables: el peronismo y Juntos por el Cambio (JxC), este รบltimo amalgama de la vieja Uniรณn Cรญvica Radical y el pro, conservador y de origen mรกs reciente del expresidente Mauricio Macri. Pero JxC se autodebilitรณ con una lucha interna sobre quiรฉn serรญa su candidato. Su relativa moderaciรณn no sintonizaba con la exasperaciรณn de los argentinos por la inflaciรณn, la corrupciรณn y la pobreza. Quien sรญ logrรณ encarnar esa exasperaciรณn fue Javier Milei, con teatralidad (la motosierra como accesorio de campaรฑa), con sus palabras soeces y su denuncia populista contra โla castaโ (tรฉrmino acuรฑado por el Movimiento 5 Estrellas de Italia, y popularizado en el mundo hispanohablante por Podemos).
La victoria aplastante de Milei, con un 56% del voto en la segunda vuelta frente a Sergio Massa, marca la llegada del outsider a la polรญtica argentina contemporรกnea, del individuo que desafรญa al sistema en un momento de cรณlera popular, siguiendo el molde de Alberto Fujimori en el Perรบ de 1990 o Abdalรก Bucaram en Ecuador en 1996. Durante largo tiempo, la imagen y autoimagen de los argentinos ha sido, por usar la frase de Octavio Paz, que โdescendรญan de los barcosโ: un fragmento de Europa trasplantado a Amรฉrica. Si alguna vez fue cierto, hace tiempo que dejรณ de serlo. Argentina se ha hecho plenamente latinoamericana: en los รบltimos quince aรฑos casi toda la creaciรณn de empleo ha sido en la economรญa informal. Eso ha tenido consecuencias polรญticas.
Hace ochenta aรฑos Juan Perรณn surgiรณ como un outsider en un paรญs todavรญa rico, con una batalla distribucional entre una vieja oligarquรญa y una nueva clase trabajadora urbana de origen inmigrante (fuera desde el campo o del extranjero). Como ha apuntado Carlos Pagni, periodista de La Naciรณn, en su libro El nudo sobre el โconurbanoโ bonaerense โel corazรณn de la economรญa informalโ, โPerรณn ofrecรญa, antes que cualquier otro servicio, la inclusiรณn de los trabajadoresโ. En contraste, los Kirchner โCristina y su difunto esposo Nรฉstor, que han dominado la polรญtica argentina desde el colapso financiero de 2001โ han ofrecido solo โla administraciรณn de la pobrezaโ.
Lo han hecho a travรฉs de un clientelismo que ha adquirido proporciones industriales, con subsidios indiscriminados y controles de precios, incluyendo, sobre todo, el precio del dรณlar con la infinidad de tasas de cambio diferenciales que invitan a la corrupciรณn y desincentivan las exportaciones. El kirchnerismo ha financiado este monstruo subiendo la carga tributaria del 20% del pib en 2002 al 32% y, como eso no bastaba, tambiรฉn con la mรกquina de imprimir dinero del Banco Central. Los resultados eran predecibles: una inflaciรณn que va hacia el 200% este aรฑo, y una escasez crรณnica de dรณlares.
Milei ofrece una crรญtica radical de este modelo y por eso ganรณ. Pero ganรณ como un disruptor. Como presidente que, lejos de una mayorรญa legislativa, tendrรก que ser un constructor de equipos para gobernar y de polรญticas racionales que vayan mรกs allรก de denuncias emocionales.
Algunas de sus propuestas son utรณpicas. La dolarizaciรณn sin dรณlares es una quimera. Cerrar el Banco Central serรญa una pataleta estรบpida. Pero parte de su discurso recuerda a una figura muy denostada en Argentina: Carlos Menem, quien llevรณ a cabo el desmonte de subsidios, el recorte del gasto pรบblico, las privatizaciones masivas y ofreciรณ una especie de dolarizaciรณn suave con la convertibilidad que fijรณ por ley el valor del peso frente al dรณlar uno a uno. Menem representรณ una veta de derecha capitalista que siempre ha existido en el peronismo. Y con Milei, quien trabajรณ en una consultorรญa econรณmica menemista, estรก resucitando, por necesidad.
Menem adoptรณ estas polรญticas promercado solo despuรฉs de resultar elegido presidente con promesas econรณmicas populistas. Que Milei ganara sin esas promesas es seรฑal de que los argentinos son conscientes de que no queda otra posibilidad que la terapia de choque. Aun asรญ, Milei harรญa bien en recordar por quรฉ Menem al final fracasรณ. La convertibilidad condenรณ a Argentina a una tasa de cambio no competitiva que hizo quebrar innecesariamente a muchos negocios con una subida inaceptable del desempleo (la dolarizaciรณn conducirรญa a lo mismo). Y los deseos de Menem de eternizarse en el poder lo llevaron con el tiempo a adoptar una polรญtica fiscal laxa, incompatible con la convertibilidad. A diferencia de Menem, Milei no tiene una mรกquina polรญtica organizada. La que todavรญa perdura pertenece a Axel Kicillof, el reciรฉn reelegido gobernador de la provincia de Buenos Aires y heredero polรญtico de Cristina Kirchner.
ยฟQuรฉ futuro espera a la Argentina de Milei? Conviene recordar que Fujimori se convirtiรณ en un autรณcrata. Hay argentinos que temen que Milei siga el mismo camino, a partir de la premisa de que es la รบnica forma de imponer un ajuste fiscal drรกstico. Pero no estรก claro que disponga de la autoridad para ser un autoritario. La fragilidad de la personalidad de Milei invita mรกs a comparaciones con Bucaram, que como Milei gozaba del apodo de โel Locoโ. Durรณ solo seis meses en el poder antes de que el Congreso lo echara por supuesta corrupciรณn.
Hay un camino potencial de รฉxito. Pasa por formar una coaliciรณn amplia y un equipo experimentado, y hacer un ajuste rรกpido e inteligente de la economรญa. Con el campo gasรญfero de Vaca Muerta, el litio, el agronegocio pujante y con una poblaciรณn todavรญa relativamente educada, Argentina podrรญa retomar el camino del crecimiento estable. No serรก fรกcil pero es posible. ~
Michael Reid es escritor y periodista. Su libro mรกs reciente es โSpain: the trials and triumphs of a modern European countryโ (Yale University Press), que publicarรก en espaรฑol Espasa en febrero de 2024.