Humor tejido a crochet

La escalera elรฉctrica

Ana Garcรญa Bergua

Attica/UANL

Monterrey, 2023, 196 pp.

Aร‘ADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

Cuarenta y siete piezas engarzadas con hilo fino y humor cortante conforman el libro mรกs reciente de la prolรญfica Ana Garcรญa Bergua (Ciudad de Mรฉxico, 1960). En esta reuniรณn de textos que va a caballo entre el ensayo, la crรณnica, el artรญculo, la elucubraciรณn personal, la microficciรณn, se asoma la brevedad de un Julio Torri y la malicia de un Salvador Novo suavizado.

La primera pieza ejerce una funciรณn metonรญmica al contener elementos que el resto del libro colorea con eficacia y seducciรณn. Esa โ€œparte por el todoโ€ vibra en su amplio espectro. En su segundo pรกrrafo leemos: โ€œMe gustarรญa que la antorcha olรญmpica se pasara en los cafรฉs, en las calles, en las oficinas, en los sembradรญos, las playas y los desiertos, y que la gente viera pasar la antorcha olรญmpica mientras ejecutaba sus labores cotidianas, como quien ve pasar volando a un pรกjaro muy raro y apreciado. Y que tanto quienes llevan la antorcha como quienes los observan estuvieran realmente preocupados porque no se fuera a apagar la antorcha, sobre todo en los lugares muy frรญos o con mucho viento, y que a la hora de correr bajo la lluvia con la antorcha olรญmpica los corredores y quienes los siguieran se viesen obligados a protegerla con alguna especie de paraguas o techos portรกtiles.โ€

De aquรญ se desprende su metamorfosis. Escuchamos a Italo Calvino ponerse de pie mientras Garcรญa Bergua habla del โ€œlado oscuro de la antorchaโ€ y el lector, sin darse cuenta, va leyendo con labios estirados, casi sin asomar los dientes. Como todo humor tejido a crochet, deja huecos para que, en pleno goce, se haga un lugar la reflexiรณn. Al igual que la obra de algunos poetas que buscan tratar con humor, ironรญa o nostalgia los acontecimientos de la vida diaria (piรฉnsese, entre nosotros, en Antonio Deltoro, en Luis Ignacio Helguera, en Fabio Morรกbito o en Alicia Garcรญa Bergua, su hermana poeta), Ana te obliga a parar el paso un segundo antes de subir por la escalera. Te deja, si asรญ lo eliges, inmรณvil en el ascenso y en un cerrar de ojos ya estรกs en el siguiente piso. Este mecanismo de musculatura elรฉctrica tiene otra respiraciรณn y quizรก por ello le haga lugar al pensamiento.

De todas las narradoras mexicanas, tratรกndose de humor, ella levanta el puรฑo en lo alto del podio. En la cuarta de forros, Paola Tinoco destaca โ€œel humor negro con que nos deleita una de las mejores escritoras mexicanas del gรฉnero cuentรญsticoโ€. A pesar de su obra diversa, Garcรญa Bergua quizรก sea mรกs reconocida por su destreza como cuentista, el gรฉnero de la respiraciรณn vigilada donde los sobrantes no tienen sitio. Con impulso similar se construye su reuniรณn de brevedades. Podemos atestiguar la trenza de distintos hilos de esta varia invenciรณn que, si bien recoge una buena parte de lo que ha publicado en sus columnas periรณdicas, consigue, en su conjunto, explorar dentro de una poรฉtica la observaciรณn de la vida cotidiana. Sabe de la eficacia de frases epigramรกticas que cortan y enriquecen el ritmo. Podrรญa decirse que hay una influencia del poema en prosa en su escritura, asรญ se trate de los temas de apariencia banal (โ€œlos calcetines son, en realidad, nuestra pata de leรณn, una parte del animal que fuimos y recuperamos disfrazando los piesโ€) o de elucubraciones sobre la edad y la forma que tenemos las mujeres de calzarnos. Asรญ define con gracia a los botines que muchas hemos usado como โ€œel triste paso del baile a la ortopediaโ€.

Otra coincidencia con el libro de poemas es que, al abrirlo en cualquier sitio (aunque no se logre la misma visiรณn panรณptica que leyรฉndolo en su acomodo original), podremos hacernos de una impresiรณn, con aire autรณnomo, que no exija subir escalรณn por escalรณn a la arquitectura discursiva como ocurre con la novela. Igual que en un edificio, el libro de crรณnicas o de poemas puede estar construido de modo que toda su parte interior se pueda ver desde un solo punto. Ni todos los edificios son asรญ, ni todos los libros de poesรญa o de crรณnica logran tal postura.

La pasiรณn urbana de La escalera…, profusamente explorada en el conjunto, va desde el edificio Basurto hasta el comportamiento del grafiti a lo largo de los siglos.โ€œSe dirรญa que en todas las ciudades los โ€˜graffitiโ€™ son los mismos, pero ahรญ radica su encanto; yo dirรญa que sus trazos corren, de siglo en siglo, de ciudad en ciudad. Son nuestro grito desconcertado y nuestras ganas de permanecer.โ€

A pesar de la propuesta visual de la ediciรณn y de su tipografรญa amable al ojo, ademรกs de una portada alegre con un recuadro op-art que produce movimiento en el ojo (como las crรณnicas del libro), la ediciรณn estรก plagada de erratas. En los tรญtulos de las crรณnicas hay una que parece y no lo es (Gatilondo en vez de Gabilondo), un pellizco a Cri-Cri, maestro transfigurador de animales. Ojalรก todas las erratas tuvieran su vuelta de tuerca, pero cuando llegamos, por ejemplo, a un tren descarrilado de hasta tres palabras: โ€œyopasรกbamosregularmenteโ€, sabemos que no va por allรญ. Da la impresiรณn de que nadie revisรณ la que pudo haber sido una ediciรณn bella sin tanto โ€œgazapo errรกticoโ€. Prevalece la fuerza del estilo. En la solapa se destaca una frase de Josรฉ de la Colina que el lector encontrarรก en el disfrute de esta prosa โ€œrealista, humorรญstica y fantรกstica, un triple mestizaje que en pocos escritores suele ser afortunado y que en ella sรญ lo esโ€. Basta citar dos hallazgos: โ€œel tiempo de los sueรฑos es chiclosoโ€ o ese otro donde nos habla de los huevos de madera โ€œque nuestras madres y abuelas usaban para remendar los calcetines, tan bonitos y surrealistas que bailoteaban por el costurero como si fueran los hijos inmortales de una gallina de mรกrmolโ€. ~

+ posts

(Ciudad de Mรฉxico, 1955) es poeta. Ansina, poemas en ladino (Vaso Roto, 2016), es su libro mรกs reciente


    ×

    Selecciona el paรญs o regiรณn donde quieres recibir tu revista: