Objetivo Gramsci: Norberto Bobbio y la cuestiĆ³n comunista en Italia

Bobbio era un intelectual dialogante y partidario del encuentro con el adversario. Pero no estaba dispuesto a hacer ninguna concesiĆ³n al comunismo en materia de principios.
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En la rica y variada producciĆ³n teĆ³rica de Norberto Bobbio (1909-2004), la reflexiĆ³n sobre la naturaleza de las relaciones entre los intelectuales y el poder ocupĆ³ un lugar relevante durante toda su vida. Para el filĆ³sofo turinĆ©s la actividad de los intelectuales y los polĆ­ticos estaba presidida por lĆ³gicas e intereses distintos. Como seƱalaba Bobbio en una conferencia de 1978 sobre la responsabilidad de los intelectuales, ā€œlos hombres en el poder siempre han conocido la diferencia entre los fines que persiguen el filĆ³sofo y el polĆ­ticoā€, mientras que ā€œlos intelectuales, frecuentemente, han hecho ostentaciĆ³n de su superioridad sobre los polĆ­ticos porque los consideran hombres dedicados a una actividad meramente prĆ”cticaā€.

((ā€œSobre la presencia de la cultura y la responsabilidad de los intelectualesā€ en Norberto Bobbio: el filĆ³sofo y la polĆ­tica, MĆ©xico, Fondo de Cultura EconĆ³mica, 1996, pp. 472 (AntologĆ­a a cargo de JosĆ© FernĆ”ndez SantillĆ”n).
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La visiĆ³n de Bobbio sobre la relaciĆ³n entre los intelectuales y la polĆ­tica caminaba, con su propio paso y circunstancia, por la senda abierta por Max Weber a comienzos de siglo en el cĆ©lebre ensayo ā€œLa polĆ­tica como vocaciĆ³nā€. Sin embargo, como intelectual asociado al mundo cultural del socialismo italiano, sus palabras tambiĆ©n recogĆ­an su complicada relaciĆ³n con Bettino Craxi, el nuevo secretario del psi desde 1976. El joven lĆ­der socialista habĆ­a llegado a la cima de su partido con la intenciĆ³n de rescatar las siglas histĆ³ricas del psi del estado de subordinaciĆ³n polĆ­tica y cultural al PCI en la que se encontraban desde la posguerra. Ciertamente, la trayectoria del partido era una anomalĆ­a en el mundo del socialismo occidental de la Guerra FrĆ­a: ninguna otra formaciĆ³n socialista expresaba el grado de filocomunismo que caracterizaba al psi.

Craxi llegĆ³ a la secretarĆ­a del psi afirmando que la autonomĆ­a polĆ­tica del partido debĆ­a comenzar por tener una vida autĆ³noma en la esfera de las ideas. A partir de este diagnĆ³stico declarĆ³ una batalla ideolĆ³gica feroz contra el PCI de Enrico Berlinguer. Precisamente, la forma en que se desarrollĆ³ esta batalla fue uno de los principales desacuerdos que marcarĆ­an la tormentosa relaciĆ³n entre Bobbio y Craxi, lĆ­der e intelectual de la Ć³rbita del partido respectivamente. En una carta fechada el 14 de octubre de 1978, Norberto Bobbio se dirigĆ­a al lĆ­der del psi advirtiendo que ā€œCon el debate sobre el leninismo hemos vuelto, en mi opiniĆ³n, a una de esas batallas ideolĆ³gicas que, sembrando vientos, acaban recogiendo solo tempestades.ā€

((Bobbio, N., AutobiografĆ­a, Madrid, Taurus, 1998, pp. 218.
 
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Con Craxi al frente, a quien llamaban peyorativamente ā€œel amerikanoā€, el psi se sumĆ³ a la transformaciĆ³n programĆ”tica que la Internacional Socialista presidida por Willy Brandt estimulĆ³ en los partidos socialistas del sur de Europa. El partido abandonĆ³ el marxismo como filosofĆ­a rectora, retirĆ³ de sus sĆ­mbolos la hoz y el martillo, exhumĆ³ la tradiciĆ³n del socialismo anticomunista que procedĆ­a de Filippo Turati e izĆ³ la bandera del socialismo liberal de Carlo Rosselli. Pero, sobre todo, tratĆ³ de dar la vuelta a la situaciĆ³n de subordinaciĆ³n cultural del psi al mundo del PCI poniendo en jaque los cimientos ideolĆ³gicos sobre los que el comunismo italiano habĆ­a construido su identidad polĆ­tica. Un camino que llevaba directamente desde la crĆ­tica de Lenin, el Ćŗnico referente soviĆ©tico viable despuĆ©s de la desestalinizaciĆ³n, hasta el examen severo del pensamiento de Antonio Gramsci.

La fase mĆ”s intensa del debate ideolĆ³gico entre socialistas y comunistas la inaugurĆ³ el ensayo Il vangelo socialista, escrito por Craxi y el sociĆ³logo Luciano Pellicani, publicado en la revista Lā€™Espresso en agosto de 1978. El ensayo constituĆ­a una crĆ­tica radical de la tradiciĆ³n marxista leninista. Pero tambiĆ©n era, o sobre todo era, una respuesta a la entrevista concedida por Berlinguer a Eugenio Scalfari en La Repubblica a comienzos de ese mismo mes. En la entrevista el secretario del PCI defendĆ­a, si bien matizando e insistiendo en su asunciĆ³n no dogmĆ”tica, la validez del legado leninista. Se trataba de un debate clave en tanto que la permanencia del leninismo como seƱa de identidad en el PCI deslegitimaba al partido para gobernar en el marco de la Guerra FrĆ­a. Debido, precisamente, al hecho de que la profesiĆ³n de leninismo vinculaba genĆ©ticamente al PCI con la urss y el orbe soviĆ©tico.

Si el debate sobre el leninismo y el PCI al que se referĆ­a Norberto Bobbio en su carta a Craxi adquiriĆ³ una intensidad sobresaliente en 1978 se debe, en buena medida, a que culminaba el enfrentamiento ideolĆ³gico sin precedentes que se habĆ­a desatado entre socialistas y comunistas el aƱo anterior, en 1977. Un aƱo doblemente simbĆ³lico y seƱalado para los comunistas por coincidir la celebraciĆ³n del sesenta aniversario de la RevoluciĆ³n Rusa de 1917 con el cuarenta aniversario de la muerte de su fundador, Antonio Gramsci. Precisamente, la batalla por la identidad socialista impulsada por Bettino Craxi hizo de la figura de Gramsci, como fundador del PCI y como ideĆ³logo del partido, uno de sus objetivos principales. Una crĆ­tica en la que Bobbio y sus intervenciones pĆŗblicas desempeƱaron un papel destacado.

La operaciĆ³n de Craxi constituĆ­a una kulturkampf contra el PCI en toda regla, como la ha definido el historiador Marco Gervasoni. Buscaba romper con la hegemonĆ­a del mundo comunista sobre la cultura de la izquierda en Italia. Con aquella campaƱa el psi reclamaba la legitimidad para hacer cultura, para proponer al pĆŗblico sus propios intelectuales y discutir abiertamente la identidad comunista poniendo en jaque sus mitos, Ć­dolos y textos sagrados.

((M. Gervasoni, La guerra delle sinistre. Socialisti e comunisti dal 68 a Tangentopoli, Venezia, Marsilio, pp. 37-38.
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 A lo largo de 1977, en paralelo a los actos pĆŗblicos y homenajes organizados por el PCI para honrar la memoria de Gramsci, la revista Mondoperaio dio voz a intelectuales de la izquierda italiana, crĆ­ticos con el marxismo, que discutieron la compatibilidad del concepto de ā€œhegemonĆ­aā€ gramsciano con los principios y valores de la democracia liberal. Entre los nombres mĆ”s conocidos que tomaron parte en el debate habĆ­a algunos de no poco peso: los filĆ³sofos Lucio Colletti y Nicola Matteucci, el sociĆ³logo Luciano Pellicani o los historiadores Ernesto Galli della Loggia, Furio Diaz y Massimo Salvadori. Y, sobre todo, Norberto Bobbio.

La discusiĆ³n sobre la naturaleza antiliberal de la nociĆ³n gramsciana de hegemonĆ­a que emerge en 1977 vino a dar continuidad al debate abierto por Bobbio algunos aƱos antes, tambiĆ©n en las pĆ”ginas de la revista Mondoperaio, sobre la compatibilidad entre el marxismo y la democracia liberal. A travĆ©s de una serie de artĆ­culos publicados entre 1973 y 1976, antes de la llegada de Craxi a la secretarĆ­a del psi ā€“ā€œEsiste una dottrina marxista dello Stato?ā€, ā€œQuali alternative alla democrazia rappresentativa?ā€, ā€œQuale socialismo?ā€ā€“, Norberto Bobbio puso en cuestiĆ³n la compatibilidad del marxismo-leninismo, fundamento ideolĆ³gico del pci, con los principios liberales, como la limitaciĆ³n del poder, el pluralismo polĆ­tico y la democracia representativa. Aquellos, a juicio de Bobbio, que debĆ­an inspirar una propuesta socialista a la altura de la experiencia polĆ­tica e histĆ³rica acumulada en el siglo XX.

La crĆ­tica de Bobbio estaba orientada, principalmente, a poner de manifiesto la esquizofrenia del PCI, como partido dividido entre unos fundamentos ideolĆ³gicos que remitĆ­an a la ortodoxia del marxismo revolucionario y una praxis real que lo asemejaba al tipo de reformismo que, paradĆ³jicamente, su retĆ³rica demonizaba. En una de sus intervenciones sobre Gramsci el filĆ³sofo turinĆ©s interpelĆ³ al PCI con la pregunta: ā€œĀæEs posible (o lĆ­cito) servirse de un escritor revolucionario para justificar una polĆ­tica reformista?ā€ En opiniĆ³n de Bobbio, quien habĆ­a trabajado el pensamiento gramsciano en profundidad desde su publicaciĆ³n en la posguerra, el pensador sardo se inscribĆ­a netamente, siguiendo a Lenin, no en la lĆ­nea del socialismo reformista, sino en la tradiciĆ³n del socialismo revolucionario. Una tradiciĆ³n que el filĆ³sofo italiano concebĆ­a en las antĆ­podas del pensamiento liberal por ā€œestar guiado por la firme convicciĆ³n de poseer en exclusiva, contra todos, la verdadā€ y por constituir un ā€œproyecto polĆ­tico revolucionario que atiende a la conquista exclusiva del poderā€. ā€œNo por casualidadā€, insistirĆ” Bobbio, ā€œGramsci habĆ­a encontrado la analogĆ­a histĆ³rica que mejor se ajustaba a la explicaciĆ³n de quĆ© entendĆ­a por el partido nuevo de la clase obrera en la figura del PrĆ­ncipe de Maquiavelo, al que invoca para salvar Italia del ā€˜dominio bĆ”rbaroā€™ā€.

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ā€œGramsci e il pci. Intervista con Norberto Bobbioā€ en Egemonia e democrazia. Gramsci e la questione comunista nel dibatitto di Mondoperaio, Mondoperaio-Edizione Avanti!, 1977, pp. 58-59.
 
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La crĆ­tica del pensamiento polĆ­tico de Gramsci, a la que Bobbio contribuye como uno de los intelectuales pĆŗblicos mĆ”s importantes en la Italia de posguerra, iba mucho mĆ”s allĆ” de una querella entre intelectuales sobre el concepto de ā€œhegemonĆ­aā€, pues permitĆ­a una lectura polĆ­tica que conviene no perder de vista. Especialmente porque la figura de Antonio Gramsci, sobre todo gracias a Palmiro Togliatti, que fue el primer editor de su obra, se habĆ­a convertido en una de las principales fuentes de identidad para el PCI que operaba en la democracia italiana de posguerra. Con la obra de interpretaciĆ³n togliattiana, remitirse a Gramsci, a su historia, su memoria y pensamiento, no solo desvinculaba al comunismo italiano del estalinismo, sino que permitĆ­a legitimarse como defensor de una ā€œvĆ­a italiana al socialismoā€ que pretendĆ­a neutralizar la imagen del PCI como partido subordinado a las directrices de MoscĆŗ en un mundo dividido por la Guerra FrĆ­a. De aquĆ­, por ejemplo, la insistencia de los intelectuales socialistas de la Ć³rbita de la revista Mondoperaio en hacer aflorar el cordĆ³n umbilical que unĆ­a el pensamiento de Gramsci con la teorĆ­a y prĆ”ctica del leninismo.

A la hora de interpretar la figura de Norberto Bobbio como crĆ­tico del comunismo vale la pena recurrir a la imagen que el propio filĆ³sofo ofrece de su trayectoria en el libro Il dubbio e la scelta, publicado en 1993. En sus pĆ”ginas fijaba cuĆ”l habĆ­a sido su posiciĆ³n histĆ³rica ante la cuestiĆ³n comunista en Italia: ā€œNi con ellos ni sin ellos.ā€ Una afirmaciĆ³n que resulta una clave de lectura determinante para entender la importancia que Bobbio concediĆ³ en AutobiografĆ­a, publicada en 1997, a su voluntad de diĆ”logo con el comunismo italiano. QuizĆ”s por eso el filĆ³sofo turinĆ©s se tomĆ³ la molestia de reproducir Ć­ntegramente la carta a Craxi de 1978 anteriormente citada:

TambiĆ©n te digo que miro con cierto despego y a veces hasta con preocupaciĆ³n la polĆ©mica entre el partido y el PCI, que se estĆ” volviendo obsesiva y parece ya una especie de tema privilegiado del Avanti! Nunca me he echado atrĆ”s cuando se tratĆ³ de defender los principios de la democracia contra los comunistas. Pero siempre preferĆ­ el mĆ©todo que se llama ā€œmayĆ©uticoā€, que tiende a extraer incluso del adversario la verdad escondida, al mĆ©todo opuesto, que hoy parece predominar, del reproche, la regaƱina al dĆ­scolo, la invectiva al infame. Nadie reniega de buen grado de su pasado. ĀæPor quĆ© pretender que lo haga el Partido Comunista Italiano? [ā€¦] El tipo de debate que personalmente prefiero con los comunistas es el que tiene por objeto la validez permanente de ciertos principios o la bondad de ciertas propuestas.

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N. Bobbio, AutobiografĆ­a, Madrid, Taurus, 1998, pp. 217-218.
 
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Un juicio que en la Autobiografia de Bobbio permanecerĆ” firme una dĆ©cada despuĆ©s. A finales de 1990, en relaciĆ³n a la renovaciĆ³n de la suscripciĆ³n del periĆ³dico orgĆ”nico del psi Avanti!, el filĆ³sofo volvĆ­a a escribir a Craxi para recordarle ā€œSe harĆ”, estoy suscrito hace aƱos. Y no solo estoy suscrito, sino que lo leo. Es inĆŗtil que te diga que no estoy de acuerdo con el anticomunismo continuo, monĆ³tono, rabioso.ā€ Para volver a insistir en un proyecto de unidad de las izquierdas: ā€œNunca he sido comunista, como sabes, pero ahora que con el hundimiento del comunismo histĆ³rico habrĆ­a llegado la ocasiĆ³n propicia para una gran iniciativa unitaria, la pequeƱa polĆ©mica diaria me parece totalmente estĆ©ril.ā€

((IbĆ­d., pp. 234.
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Quiere el tiempo que las cosas cambien de perspectiva. Y la AutobiografĆ­a de Bobbio, como otros de sus escritos de senectud, proyecta la imagen del filĆ³sofo turinĆ©s como un hombre preocupado por la verdad frente al polĆ­tico obsesionado con el poder. Es decir, un Bobbio que intentaba ayudar a los comunistas a abandonar una visiĆ³n totalizadora e iliberal del mundo frente a un Craxi obsesionado por conquistar un espacio polĆ­tico. Lo cierto, sin embargo, es que el examen de la trayectoria vital de Bobbio desde la posguerra no permite deslindar tan fĆ”cilmente al polĆ­tico del cientĆ­fico, al igual que ocurrĆ­a con la trayectoria de Weber. Y, desde luego, la biografĆ­a de Bobbio es inseparable de su condiciĆ³n de intelectual pĆŗblico de la Guerra FrĆ­a enfrentado al comunismo desde la publicaciĆ³n de Politica e cultura en 1955, un libro que movilizĆ³ la opiniĆ³n del mismo Togliatti en defensa del PCI con su cĆ©lebre pseudĆ³nimo Roderigo di Castiglia. Era el mismo aƱo, conviene subrayarlo, en el que tambiĆ©n llegĆ³ a las librerĆ­as El opio de los intelectuales de Raymond Aron.

Como ha seƱalado el profesor Gianfranco Pasquino, Norberto Bobbio podĆ­a parecer a los lectores un intelectual mĆ”s dialogante y abierto al encuentro con el adversario que Raymond Aron. Sin embargo, coincidĆ­a totalmente con el sociĆ³logo francĆ©s en su disposiciĆ³n a no hacer ninguna concesiĆ³n al comunismo en el plano de los principios. En 1964, en la sede de la revista Rinascita, Bobbio fijĆ³ la que serĆ­a su posiciĆ³n ante el PCI, tanto polĆ­tica como teĆ³rica, en un encendido debate con Giorgio Amendola a raĆ­z del golpe que sustituyĆ³ a Jrushchov por Brezhnev al frente de la urss: ā€œNosotros necesitamos vuestra fuerza, pero vosotros no podĆ©is renunciar a nuestros principios.ā€ Estos principios no eran otros que los del socialismo liberal que defenderĆ­a toda su vida: los de un socialismo que debĆ­a armonizar obligatoriamente su promesa de emancipaciĆ³n social con los derechos individuales de raigambre ilustrada. ~

 

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Jorge del Palacio MartĆ­n es profesor de Historia del Pensamiento PolĆ­tico en la Universidad Rey Juan Carlos. Es coeditor de GeografĆ­a del populismo. Un viaje desde los orĆ­genes del populismo hasta Trump. (Tecnos, 2017)


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