90 años cumple el FCE: la ratificación de Taibo II es el más sombrío festejo

Ajeno a la vocación primigenia del Fondo de Cultura Económica, su actual director ha sumado una trayectoria de yerros, prácticas indebidas y ocurrencias que han suscitado molestias en el sector. Su permanencia en la editorial más grande de América Latina solo augura un futuro desalentador.
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Este 3 de septiembre de 2024, el FCE cumple noventa años y lo conmemora de la manera más siniestra. Claudia Sheinbaum Pardo ratifica a Paco Ignacio Taibo II en la dirección general del sello y busca así aniquilarlo, sea o no consciente de lo que hace. Su gestión fue un desastre, pero su lealtad a esa insensatez llamada 4T cultural es otra vez recompensada, como lo fue desde su nombramiento en 2018. El vendedor de libros de segunda mano en tendidos desplegados en las calles, cofundador junto con su esposa del negocio familiar la Brigada para Leer en Libertad que fue beneficiado por los diferentes gobiernos de “izquierda” de la Ciudad de México, inclaudicable activista de la línea dura de Morena y escritor fue nombrado en 2018 titular del Fondo luego de la declinación de Margo Glantz, la primera opción de AMLO. Los padres de Taibo no eran mexicanos, lo cual le impedía ocupar el puesto, por lo que –mientras Morena modificaba la ley– se asumió como encargado del despacho. Llegó a las oficinas del FCE en el Ajusco para tomarlas por asalto y en la Feria del Libro de Guadalajara de ese 2018 expectoró aquella gracejada contra quienes veían aterrorizados su designación. Nuevamente, esta vez por decisión de CSP será director seis años más, o los que aguante, según aclaró.

Taibo nunca ocultó su ignorancia en la materia. En el video del 5 de octubre de 2018 que subió a YouTube donde aceptó la invitación a dirigir el Fondo, aseguró que desconocía cómo funcionaba el “aparato”, por lo que venía una etapa de “abecé”. Luego de seis años, no pasó de esas tres letras del alfabeto, como consta en este recuento de algunos de los más funestos episodios de su periodo. Para empezar, fracasó la Estrategia Nacional de Lectura, anunciada el 27 de enero de 2019 en Mocorito, Sinaloa, junto a AMLO. El Módulo sobre Lectura del Inegi reporta que ha habido un desplome en los indicadores de lectura a lo largo del sexenio. Los folletines Vientos del Pueblo fueron una vergüenza para la historia de la editorial, salvo escasas excepciones. El precio a la venta, entre diez y veinte pesos, no era ni mucho menos barato, pues el tiraje masivo reducía los costos y la publicación apenas consistía en el equivalente a unos pliegos engrapados y mal impresos, un timo que no engañó a los lectores. Taibo parecía no saber no solo el abecé del Fondo, sino tampoco de la existencia de muchas colecciones de calidad a precios accesibles y bien recibidas por el público que se habían publicado con anterioridad: la Biblioteca Enciclopédica Popular de Jaime Torres Bodet, SepSetentas, Lecturas Mexicanas, los Periolibros durante el Fondo de Miguel de la Madrid, entre muchas más. No sabía de su existencia o más bien las despreció, pues varios ejemplares de esas colecciones sin lugar a duda figuran en su biblioteca personal.

Eso, además, nunca fue lo que buscó el FCE fundado por Daniel Cosío Villegas en 1934. Su vocación –cumplida a lo largo de la historia del sello de manera sobresaliente y en varias ocasiones brillante, junto a los tropiezos habituales en cualquier aventura con visión y de largo aliento– fue acercar a los estudiantes de educación media superior y universitaria, así como a académicos e investigadores, las lecturas que les eran necesarias en las distintas ramas del conocimiento. Junto a ello y sin violentar su vocación, el Fondo fue en pos de sectores más amplios de lectores, ofreciéndoles libros de calidad que los aproximaran de manera accesible a asuntos de interés general y sin insultarlos con baratijas. Son parte emblemática de la industria editorial en lengua española las colecciones Breviarios, Colección Popular, A la Orilla del Viento –dirigida al lector infantil– y La Ciencia desde México, apuesta editorial inédita en su momento. Así las cosas, pronto los mentados Vientos comenzaron a engordar las bodegas del FCE y Taibo, para disimular las consecuencias de su ocurrencia, comenzó a venderlos a los integrantes de sus propios círculos de lectura, con un irresistible 20% de descuento, aunque sin la posibilidad de que los círculos de lectura le devolvieran los ejemplares que no encontraran compradores. Exhortados, pues, a fuerzas a absorber las pérdidas ocasionadas por el propio Taibo, sin preguntarles su opinión y sin que formara parte de su función original.

Una idea que también lo envaneció tan pronto asumió el “aparato” fue la apropiación del presupuesto de dos áreas pertenecientes a la Secretaría de Cultura, que deseaba fusionar al FCE, adscrito a la SEP, lo cual nunca logró: la Dirección General de Publicaciones, que no publicó un solo libro a lo largo del sexenio del primer sótano de la Cuarta Transformación, y la Red de Librerías Educal. Luego de que Taibo se gastó a su antojo la asignación presupuestal de Publicaciones, logró que fuera desaparecida por un lacónico decreto presidencial fechado el 4 de abril de 2023. La red de librerías aún no supera la quiebra técnica que arrastra desde sexenios anteriores y la “fusión” no pasó de un “acuerdo” de colaboración emitido el 7 de diciembre de 2023. Lo de Publicaciones era lo de menos. Lo que lo tenía cariacontecido era la quiebra de Educal, así que de manera salomónica aplicó a las editoriales a las que les adeudaba la misma medida que a sus círculos de lectura: te debo cien pesos, aceptas ochenta o nada. Expandía así entre los sectores más reacios a usar un solo par de zapatos las austeridades del santo de Asís de las que es devoto el mandatario formalmente saliente que vive en Palacio Nacional. El repudio fue mayúsculo. Lo sintetizó Alberto Ruy Sánchez: parece cobro de piso; el peor enemigo de Taibo es el propio Taibo.

Ilusionado con la existencia de las filiales del Fondo en el exterior, Taibo prometió que las convertiría en un trasatlántico editorial. Las encontró igualmente en quiebra técnica. Nada de qué preocuparse, pues llevan varios sexenios viviendo del subsidio gubernamental. Al igual que algunos de sus predecesores neoliberales, buscó abrir más. La de La Habana no estuvo lista para que AMLO la inaugurara durante su visita. No pasó de la obra negra. Ese mayúsculo tropiezo hubiera bastado para su remoción, pero amor con amor se paga. A los cubanos les dio igual también, pues no tienen dinero ni para comprar víveres. Intentó abrir algunas más en otros países sudamericanos, que junto con la Secretaría de Relaciones Exteriores convertiría en centros culturales. Los avances, al igual que las sexenales obras emblemáticas de AMLO, quedaron a medias. Al final comenzó a suceder lo mismo que ocurre con las restantes desde antes de su llegada al FCE: venderán más libros de las editoriales de los países donde se encuentran ubicadas, o de los países circunvecinos, que libros del propio Fondo. Eso bastaría para cerrarlas, salvo unas cuantas, previo diagnóstico final, y vender los libros del FCE por Amazon, pero nadie se atrevería a encarar esta desastrosa realidad sin ser inmolado, o cancelado, como se dice en la jerigonza actual. Mucho menos Paco Ignacio Taibo II. Una de las que abrió se ubicaba en la Universidad de San Marcos de Lima, ciudad donde ya existen dos más. Pronto lo echaron a la calle, y del país, pues AMLO se entrometió en los asuntos internos del Perú y trae pleito con la presidenta Dina Boluarte.

Mucha alegría le dio su colección 21 para el 21, edición no venal de veintiún títulos con un tiraje de cien mil por obra, para las falsas conmemoraciones de los setecientos años de la fundación de Tenochtitlán, las ciertas conmemoraciones de la conquista española y los doscientos años de la culminación de la independencia. Fue tan entusiasta la recepción que muchos de quienes recibieron los ejemplares como obsequio los vendieron a librerías de segunda mano, para que pudieran comprarlos lectores auténticamente interesados en su lectura. Taibo publicó uno de los títulos, Paseo de la Reforma de Elena Poniatowska, sin autorización, por lo que fue demandado, como marca la ley. Al diablo con sus legislaciones, debió haber dicho para sus adentros. Para sus afueras decía a su periódico favorito y del gobierno que su Estrategia había creado bibliotecas hasta en los barcos de la Marina de México. Lástima, pues en su momento documentamos cómo a lo largo del siglo XX la proclividad de diferentes gobiernos a obsequiar libros para fomentar la lectura, en la que no podía dejar de incurrir Taibo II, no crea lectores. De cualquier modo, siguió regalándolos y malbaratándolos, lo que causó también el malestar de la Red de Librerías Independientes, que lo acusó con razón de competencia desleal.

En su afán por acabar con la historia del Fondo, Taibo modificó los estatutos de la editorial para convertirla en lo que no era y nunca aspiró a ser. De tal manera, minimizó su vocación inicial y devaluó sus contenidos, que serán dirigidos a los “sectores más vulnerables de la población”, lo cual supone la publicación de “obras técnicas, informativas y recreativas”, responsabilidad de la SEP o, eventualmente, del interés del sector privado. El decreto le permite asimismo al FCE obsequiar libros sin ton ni son y da un endeble sustento legal al ejercicio indebido que Taibo hizo de las partidas de Publicaciones y Educal. Ya había usado “de facto” no solo las asignaciones anuales sino los recursos materiales y humanos de ambas, así que por qué no utilizar el presupuesto del Fondo para adquirir a sobreprecio los saldos de una colección de novela policiaca, Etiqueta Negra, publicada hace treinta años por la desaparecida editorial española Júcar y propiedad de Silverio Cañada, su exjefe y mecenas, y de la cual Taibo fue editor y autor. Mientras beneficiaba a sus amistades, hacía añicos la memoria del Fondo. La versión digital completa de El Trimestre Económico, la publicación que precedió al FCE, fue mutilada. Tal como registramos también en su oportunidad, para agosto de 2023 habían desaparecido de la página de internet del número 41 –abril-junio de 1944– al número 286 –abril-junio de 2005–: 61 años de registro documental. La revisión a estas fechas arroja un faltante del número 93 –enero-marzo de 1957– al número 280 –octubre-diciembre de 2003–: 46 años. La animadversión contra el Trimestre ya había quedado de manifiesto desde el 21 de enero de 2019, cuando despidió al consejo editorial. En el caso de La Gaceta del Fondo, revista mensual lanzada en septiembre de 1954 por Arnaldo Orfila Reynal con motivo del vigésimo aniversario de la editorial, fue más allá: canceló su edición impresa tan pronto llegó, cumplidos los 65 años de existencia de la publicación, y borró de la página de internet las ediciones digitalizadas, de 2003 a finales de 2018: quince años de memoria digital. Al respecto de estos y otros atropellos, disparates y tropelías, ningún miembro de la Junta Directiva del Fondo, conformada por la SEP, la SRE, la SCHP, la SC, el IPN, el Conahcyt, el CIDE, el Banco de México, la UNAM, la UAM, El Colegio de México y el ITAM, expresó su desaprobación pública, lo cual orilla a plantearse si en verdad les interesa el FCE o cuál es su función en realidad.

No sabemos si Taibo II aspiraba a más, pero su conducta pública dejó rastros de que quizá se imaginaba como secretario de Cultura. Desde antes de que Claudia Sheinbaum fuera impuesta por AMLO como la candidata electa de Morena y sus partidos rémoras a la presidencia de México, se declaró su simpatizante desde la “clandestinidad”. La primera consulta cultural de Sheinbaum en precampaña, organizada por Tania Mena y Teresa Zacarías y realizada en La Nana, se llevó a cabo el 14 de agosto de 2023. En esa ocasión, la todavía precandidata aclaró a sus simpatizantes del gremio cultural que había otras prioridades de gobierno. Esa misma fecha Taibo anunció que el Consejo Nacional de Morena lo había designado junto con su esposa coordinador del Anteproyecto del Programa Nacional de Cultura 2024-2030. Su intentona fracasó. El evento al que convocó para el 18 de agosto en el salón de fiestas Salón d’Luz fue un desgarriate y ni siquiera reportó cuántos ciudadanos ni qué propuestas presentaron en línea en su formulario de Google. En su discurso de inicio de campaña del 1 de marzo en el Zócalo, ante una plaza más o menos concurrida de acarreados, Sheinbaum dedicó cinco puntos a la cultura, de los cien que conforman su programa de gobierno, lo que reconfirmó su falta de interés en la cuestión. Uno de ellos llevaba dedicatoria a Taibo, conminándolo a continuar en el Fondo. Llamó la atención que él no aceptara de inmediato, por tratarse del militante de una causa donde lo único que basta y sobra es el 100% de “lealtad”, que no institucionalidad. Sheinbaum entonces designó a un equipo de vocería cultural. Taibo no figuró.

Espanto debió causarle el nombramiento de Mario Delgado como secretario de Educación. Al camarada Delgado, el camarada Taibo II lo acusó de haberse separado de las bases, y lo conminó a que renunciara a la dirigencia de Morena. “No hay bronca”, le expresó con bonhomía. La reyerta ocurrió el 1 de noviembre de 2021, a causa de que Delgado imponía candidatos a elección popular. Para infortunio de Taibo II, quien no se daba cuenta, esas candidaturas impuestas por Delgado eran instrucciones directas de AMLO. Así que, ante la eventualidad de que Delgado lo removiera del FCE, Taibo II estimó que su ratificación era apremiante, sin hacer el ridículo o incluso haciéndolo, y necesitaba que el ejecutivo formalmente entrante la hiciera pública a la brevedad. No se sabe si Sheinbaum lo invitó a la casa de campaña o si Taibo pidió audiencia. Lo cierto es que llegó junto con su esposa a tomarse la foto, prácticas heredadas del abuelo PRI, y a través de un mensaje en su cuenta de X, lo ratificó. Eso no significa que Delgado no intentará colmarle la paciencia, que no es mucha la que Taibo tiene. Será ameno verlos. Eso compondrá otro capítulo. Lo cierto es que, luego de esta trayectoria, no puede rebatirse que Taibo amerita continuar seis años más, pues sus aportaciones al segundo sótano de la Cuarta Transformación serán invaluables. En lo que ello sucede, estamos a la espera de que la Junta Directiva comience a comportarse con arrojo y dignidad. ~

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Es autor del libro digital 80 años: las batallas culturales del Fondo (México, Nieve de Chamoy, 2014), de Política cultural, ¿qué hacer? (México, Raya en el Agua, 2001, y de La palabra dicha. Entrevistas con escritores mexicanos (Conaculta, 2000), entre otros. Ha sido agregado cultural en las embajadas de México en la República Checa y Perú y en el Consulado General de México en Toronto.


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