Ese chal de seda oscura
con tal garbo te lo pones
que cuelga con alegrรญa
dentro de los corazones.
Las gaviotas, tantas, tantas,
volaron del rรญo hacia el mar.
Tambiรฉn sin querer encantas.
No te hace falta volar.
Encendiste la candela
con arte que Dios te dio.
Ya no es de noche en la aldea.
Hasta el cielo se encendiรณ.
Tengo un secreto contigo
que me hace siempre dudar.
Es si quiero estar contigo
o quiero contigo estar.
Los dรญas pasan y las noches
pasan, y nunca dormรญ.
Paso los dรญas sin verte,
las noches pensando en ti.
Si el dรญa de ayer por tu puerta
mรกs triste el viento pasรณ,
es que llevaba un suspiro…
Bien sabes quiรฉn te lo enviรณ.
Dos horas llevo esperando.
Dos aรฑos te esperarรญa.
Di si debo esperar mรกs
o no vendrรกs todo el dรญa.
Cuando te volteaste a ver,
supuse que no era a mรญ.
Pero me viste y quizรก
fue mejor que fuera asรญ.
Los sueรฑos con pies ligeros
van pasando, aunque son nada.
Igual que mi corazรณn
siente, aunque no tiene nada.
Tengo un librito en que escribo
(cuando me olvido de ti)
de tapa negra y en blanco
porque no logro escribir.
El canario ya no canta.
No canta el canario ya.
Aquello que en ti me encanta
tal vez no me encantarรก.
Casi riendo me dijiste:
โYo te conozco muy bien.โ
Dicho por quien no me quiere,
tiene gracia. ยฟNo la tiene?
Agua que pasa y que canta
es agua que hace dormir.
Soรฑar es cosa que encanta.
Pensar es ya no sentir.
San Antonio de Lisboa
era un gran predicador.
Pero es por ser San Antonio
que le tienen tanto amor.
Despuรฉs del dรญa, la noche.
Despuรฉs de la noche, el dรญa.
Y, despuรฉs de las saudades,
las saudades que tenรญa. ~
Versiones de Gabriel Zaid.
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.