Muralismo desplazado: la revolución se bajó del caballo y el caballo del muro

"La revolución se bajó del caballo y el caballo del muro. De nuevos muralismos y otras heterodoxias" es una exposición que reúne la obra de diecisiete creadores que exploran los impactos y las posibilidades del trabajo a muro.
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El desplazamiento de una estética, un gesto revolucionario y las distintas manifestaciones artísticas de una generación de jóvenes que han heredado no solo las nociones de la escuela del muralismo sino el impulso por generar propuestas visuales más allá del bastidor montado a pared: estas son algunas de las ideas que comulgan en la exposición La revolución se bajó del caballo y el caballo del muro. De nuevos muralismos y otras heterodoxias. Aquí se reúne la obra de diecisiete creadores que exploran los impactos y las posibilidades del trabajo a muro (más allá del muro), atendiendo la inquietud de seguir reconfigurando la escuela de pintura de México que ha tenido una extensa tradición. La visita a la exposición es una constante sorpresa entre diversos formatos, soportes y discursos sensibles y críticos al mismo tiempo.

Rita Eder compartió en su ponencia “El arte no objetual en México” que, en nuestro país, “a riesgo de simplificar, buena parte de la producción plástica, es decir la pintura y procesos que de ella derivan, podría pensarse como un diálogo con el muralismo ya sea para emularlo, combatirlo o corregirlo”. Recupero esta aseveración porque lo que está sucediendo en la muestra de la Sala de Arte Público Siqueiros es justamente un complejo y atento ensayo sobre las posibilidades de un muralismo contemporáneo y una integración plástica que, o bien busca superar los logros de esta disciplina pictórica, o bien, transformarlos hacia otros formatos. Curada por Natalia de la Rosa y Julio García Murillo, la exhibición se configura como una colección de destellos sobre lo que puede significar el muralismo en nuestros días.

El texto curatorial de la exposición nos da un primer guiño sobre la experiencia que se tiene al recorrer la muestra: “en estas salas acecha la pregunta por el vacío del muro (sin revoluciones ni caballos)”; aunque hay piezas a pared, la propuesta de fondo de cada una de las obras nos da la sensación de que la (contra)respuesta al muralismo está siempre en otro lado, incluso en un más allá de una institución que alberga una colección de obras de la última etapa de trabajo de David Alfaro Siqueiros y que permite un diálogo abierto con producciones recientes. En la primera sala, por ejemplo, encontramos un pequeño televisor en el piso, decorado de tal manera que la imagen audiovisual adquiere un carácter objetual en sí mismo. Se trata de la pieza colaborativa de Arhat Alejandro y Danny Perezchica, una videoinstalación que construye una narrativa visual entre el video Venta de peines de Melquiades Herrera con la intervención de comerciales de los años noventa y dos mil. El video, se lee en la hoja de sala que acompaña la muestra, “es un ejercicio de imaginación nostálgica, íntima y ambivalente que remite a una infancia que no vivieron [los artistas] y un ‘rechazo a la adultez’”. Correspondiendo a la propuesta visual y conceptual de Melquiades, esta obra teje una conversación entre el artista mexicano y el pensamiento colectivo de quienes heredamos su estética y su sentido del humor bajo el precepto de Yo no vi a Melquiades en la tele : ( (2022).

En otro momento de su conferencia, Eder menciona también que “el muralismo se mantuvo por más de cuarenta años como la gran proposición del arte mexicano y, más allá de sus indiscutibles cualidades teóricas y artísticas, de su aportación riquísima para la conformación de un arte nacional, es indudable que su alianza con el Estado homogeneizó el arte mexicano y su estabilidad se convirtió en el espejo de la estabilidad del régimen”; por fortuna esta exposición va justamente hacia el lado contrario, hacia la pluralidad, hacia la apuesta por un “arte nacional” que nos represente a todos y a todas, siempre desde una aproximación crítica hacia la tradición pictórica, para reformular también los conceptos de espacio y arte público. A lo largo de la exposición se reconocen gestos y piezas como manifiesto a propósito de la nueva producción plástica de un muralismo contemporáneo.

Las obras XX::s00ave_X (2020) de Jesh Martín y Bandera de la lucha de las trabajadoras de la industria del regalo (2020-2023) de Natalia Millán son dos propuestas que descolocan el soporte del mural y que apelan a luchas sociales de visibilidad y reconocimiento. La primera pieza reimagina la iconología de la cultura de masas y el consumo del llamado rainbow capitalism. Martín critica la apropiación corporativa del movimiento LGBTQ+ a partir de diecinueve mantas con impresión digital que toman la iconografía de marcas mundialmente conocidas para darles un giro y generar un foro de discusión público desde el cruce entre arte, diseño, suavidad y crítica. La obra de Millán, por su parte, pone sobre la mesa la discusión de la industria del regalo como fenómeno comercial y apela también a un paralelismo entre las obras de arte y los objetos “profundamente materiales atados a un universo simbólico de circulación y determinadas prácticas rituales”. La instalación hecha con moños rojinegros alude también a los derechos de todo tipo para las trabajadoras de la industria del regalo: los colores nos remiten a la revolución y, conforme nos acercamos a la obra, reconocemos la cuidadosa hechura con múltiples moños que en su conjunto adquieren una materialidad plástica que confronta nuestras ideas alrededor de la industria del regalo y sus envoltorios.

Destaca otra pieza como Autoerotismo (2018) de Frieda Toranzo Jaeger, realizada con óleo y objetos sobre lienzo. La pieza parte de exploraciones y cuestionamientos a propósito de los estatutos de la masculinidad y la feminidad; lo que está representado en la pintura es el motor de un automóvil –símbolo del modelo económico del capitalismo y cercano a una imagen comúnmente relacionada con lo masculino–, pero con gestos eróticos de manos que atraviesan sutilmente ciertos orificios del motor. La sensación de mirar un objeto socialmente relacionado con la frivolidad se quiebra cuando descubrimos en el desplazamiento visual de los estereotipos de género una nueva aproximación a dicho objeto (con todo lo que él representa).

Más que establecer una identidad nacional o una escuela de producción visual, nos damos cuenta de que los “nuevos muralismos” buscan convertirse en plataformas de discusión social y encarar cuestiones sociopolíticas que no deben pasar inadvertidas. Más allá de replicar la tradición política ligada al nacionalismo cultural que dio tanta visibilidad al movimiento del muralismo mexicano posrevolucionario, el interés que atraviesa la muestra es el de expandir las posibilidades de un recinto como la saps y reconocer en la diversidad los temas y las inquietudes de la nueva generación de artistas que abordan lo pictórico y la instalación.

Además de las obras de Arhat Alejandro y Danny Perezchica, Citlali del Río, Daniel Aguilar Ruvalcaba, Frieda Toranzo Jaeger, Giovanni Fabián Guerrero, Iosu Aramburu, Jesh Martín, Josué Mejía, Juan José Gurrola, Marco Aviña, Melquiades Herrera, Natalia Millán, Sofía Hinojosa, Urmeer, Vicente Razo y Wendy Cabrera Rubio, en la planta alta del recinto, el curador y la curadora desarrollaron una puesta en escena de documentos (textos, fotografías, recortes de periódicos) en los que se comparten diversas lecturas de prácticas artísticas que, ajenas al muro, fueron “definidas (o parodiadas) como formas, prácticas o estilos ‘nuevos’ del muralismo”. En estos documentos se encuentran textos de Juan Acha, Fernando Gamboa, Manuel Felguérez, Raquel Tibol, Rini Templeton, Ida Rodríguez Prampolini, Arnold Belkin, Felipe Ehrenberg y Gurrola. De esta sección llama la atención la manera en que se propone un movimiento del archivo, contrario a la celebración aurática del documento original, para continuar con la idea de que la discusión o el reconocimiento de lo nuevo en el muralismo está en otros sitios quizá aún por descubrir. ~

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es egresada de literatura y ha colaborado en
distintos medios culturales


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