Propuesta utĆ³pica del mes: La humanidad, debidamente organizada, procura que cada uno de sus miembros pueda vivir dignamente, incluso holgadamente.
Antes, y atendiendo al estimable ensayo de Mario CampaƱa Una sociedad de seƱores (Jus, 2017, con prĆ³logo de Constantino BĆ©rtolo), se podrĆa hacer un reset a la nociĆ³n de igualdad. Sostiene este autor que la categorĆa de āseƱorā ha sobrevivido a todas las Ć©pocas tal como saliĆ³ de la Grecia clĆ”sica y sugiere āseis condiciones para alumbrar una cultura democrĆ”ticaā, que parecen obvias pero que son inalcanzables.
El sistema no funciona: en el mejor de los casos se ha atascado, la productividad es cero, el dinero estĆ” en menos manos que nunca: no hay demanda: estancamiento secular y sufrimiento universal.
La ineficiencia del sistema nos agobia a todos. Hay que reformarlo de alguna manera. Ryan Avent, periodista de The Economist, escribe en su libro La riqueza de los humanos. El trabajo en el siglo XXI (Ariel, 2017): āLa ortodoxia debe modificarse para acomodar dos verdades subyacentes de la era digital globalizada. Ninguna economĆa vinculada al sistema financiero global puede escapar de la influencia de la demanda mundial ni del equilibrio mundial del gasto y del ahorro. Y en segundo lugar, mantener el crecimiento de la demanda encaminado exige la redistribuciĆ³n del poder adquisitivo de los ahorradores a los gastadores.ā
Es un libro muy ameno que dentro de la ortodoxia resulta casi revolucionario. Su Ćŗltimo pĆ”rrafo es que āante esta imponente e inmensa fuerza transformadora, no deberĆamos sentir temor, sino generosidad. DeberĆamos ser tan generosos como estĆ© en nuestra manoā.
HabrĆa que dejar de considerar la economĆa como una especie de ciencia (con aquel meme de la āciencia lĆŗgubreā Ā”nos colaron el primer tĆ©rmino de la frase!), al menos hasta que demuestre su utilidad como sĆ hace la ciencia autĆ©ntica: la economĆa hay que clasificarla en la subclase de homeopatĆa, que tambiĆ©n tiene su pĆŗblico. A la ciencia se le permite elucubrar y conjeturar y proponer multiversos porque luego produce el microondas o el tac, pero la economĆa se dedica a conjeturar, hacer ensoƱaciones y predicciones respecto al pasado.
SerĆa interesante aplicar el concepto de capital social, que para Avent es muy importante, a la humanidad en general, incluyendo en el pack las sugerencias de Mario CampaƱa.
La propuesta idealista del mes de difuntos sugiere que serĆa Ćŗtil establecer ya un gobierno mundial con big data e IA funcionando a tope de transparencia y en tiempo real. Como esto es demasiado incluso para la propuesta idealista del mes de difuntos, lo restringimos a lo siguiente: aprovechando la logĆstica, el big data, el blockchain, la IA y, sĆ, la nube, se podrĆa habilitar ya de una vez y por siempre jamĆ”s la renta bĆ”sica universal para los siete mil y pico millones de almas dolientes que pululan por el planeta.
Sanidad, educaciĆ³n jubilaciĆ³n: felicidad. Con este sueldazo bĆ”sico, dado que los pobres, ademĆ”s de ser innumerables y de clase media, podrĆan comprar todo eso que siempre han anhelado en vanoā¦ volverĆa a haber demanda, consumo, etc. Hasta es posible que repuntara la desfallecida y ansiada productividad, dado que trabajar sin la angustia del presente distĆ³pico y la tentaciĆ³n suicida podrĆa provocar una alegrĆa y un buen rollo global que, sin duda, dispararĆa esos Ćndices que llevan dĆ©cadas atascados para vergĆ¼enza del homo faber.
La pregunta de Pla cuando vio Nueva York: ĀæY todo esto quiĆ©n lo paga? Hay que tomarlo como inversiĆ³n. Por lo tanto, los fondos de Ćdem, por ejemplo. El primer mes ya se notarĆa un subidĆ³n de ventas, pedidos y jolgorio. Es posible que disminuyera el consumo minorista de fusiles ametralladores y, desde luego, el atiborramiento de fĆ”rmacos caerĆa en picado. Hasta que los fondos se animen a participar en esta orgĆa de liquidez planetaria los bancos centrales pueden imprimir un poco mĆ”s; total, al lado de lo que dan a los bancos y corporaciones de amigotes, el sueldo bĆ”sico humanitario es una cantidad ridĆcula: si no lo dijeran nadie se darĆa cuenta.
Otro manual muy simpĆ”tico es el libro de Kevin Kelly Lo inevitable. Entender las 12 fuerzas tecnolĆ³gicas que configurarĆ”n nuestro futuro (TEELL, 2017). Kelly es un friki en permanente adaptaciĆ³n y cambio, asĆ que sus ideas resultan vivaces y sugerentes, aunque te deja igual de desorientado y aterrorizado que todos los libros que tratan deā¦ de lo que sea. Este catecismo del futuro ha sido best seller del NYT y del WSJ.
Esta soluciĆ³n de emergencia o sueldo global darĆa un respiro a la posgente; darĆa un respaldo real a la vieja idea absurda pero persistente de que todos somos iguales (lo de los seƱores de Mario CampaƱa) y aplazarĆa sine die las inminentes revueltas y populismos de todo tipo que ya nos afligen. Una vez asegurada la supervivencia y la conexiĆ³n ĀæquiĆ©n querrĆa votar a un chiflado?
Este sencillo apaƱo o parche vendrĆa a reparar el desastre del sistema que por a o por b se ha parado Ā”estancamiento secular! Si las corporaciones que retienen sus beneficios quieren echar una mano, ellas serĆ”n las primeras beneficiadas puesto que el gentĆo les comprarĆ” con mĆ”s ahĆnco sus chucherĆas y se endeudarĆ” como solĆa, subirĆ” el precio del dinero y el sistema volverĆ” a rular. HĆ”ganlo por beneficencia propia y altruismo auto.
Aliviado el humano de la esclavitud inherente a su estirpe bĆblica podrĆa respirar y quiĆ©n sabe quĆ© cotas de progreso y de capital social y del otro alcanzarĆa. ~
(Barbastro, 1958) es escritor y columnista. Lleva la pƔgina gistain.net. En 2024 ha publicado 'Familias raras' (Instituto de Estudios Altoaragoneses).