Tejido, escritura y amistad entre mujeres

Durante mucho tiempo se ha divulgado el mito de que las mujeres rara vez establecen lazos duraderos con otras mujeres. Algunas novelas recientes โ€“como las de Elena Ferrante y Jazmina Barreraโ€“ no solo cuestionan esa idea sino que muestran la complejidad de la amistad femenina, en la que caben la solidaridad y las lecturas compartidas, pero tambiรฉn los celos y las traiciones.
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Gracias a la educaciรณn sentimental que les debemos a las telenovelas, las canciones de pop (y, por supuesto, tambiรฉn de rock), las pelรญculas de princesas de Disney y muchas comedias romรกnticas hollywoodenses, las mujeres de mi generaciรณn crecimos pensando que no podรญamos construir una amistad honesta, profunda, entraรฑable, con otras mujeres. Que entre nosotras solo podรญa haber rivalidad, y peor aรบn, que dicha rivalidad tenรญa como origen la atenciรณn, el afecto, de un hombre. Sirva como ejemplo de lo que acabo de afirmar el misรณgino dicho popular de โ€œMujeres juntas, ni difuntasโ€.

Desde 2011, cuando quien firma como Elena Ferrante publicรณ Lโ€™amica geniale en la editorial italiana Edizioni e/o (en el mundo de habla hispana se publicรณ en 2012 como La amiga estupenda, bajo el sello Lumen),

{{Traducciรณn de Celia Filipetto, Barcelona, Lumen, 391 pp.}}

 despertรณ el interรฉs de la industria y las lectoras de todo el orbe. La novela es la primera de una saga dedicada a la amistad femenina llamada โ€œDos amigasโ€, en la que narra la convulsa relaciรณn entre Lila y Lenรน, dos mujeres nacidas en 1944, desde principios de la dรฉcada de los cincuenta โ€“la saga comienza cuando tienen cinco o seis aรฑos y culmina cuando son mujeres mayores de sesentaโ€“ hasta los albores del siglo XXI. A lo largo de las cuatro novelas โ€“las siguientes son: Un mal nombreLas deudas del cuerpo y La niรฑa perdidaโ€“,

{{Un mal nombre (2013), Las deudas del cuerpo (2014), La niรฑa perdida (2015), traducciรณn de Celia Filipetto, Barcelona, Lumen.}}

 Lila y Lenรน, nacidas en un barrio precarizado y marginal de Nรกpoles, vivirรกn el auge del fascismo y los movimientos contestatarios, algunos de ellos violentos; el feminismo y la lucha para que la pastilla anticonceptiva estuviera al alcance de todas las mujeres; el advenimiento de la Camorra y su enquistamiento en la sociedad napolitana; el surgimiento de la primeras computadoras, entre otras etapas histรณricas y sociales que las van marcando no solo como mujeres individuales, sino que tambiรฉn dejan una impronta en su amistad.

Y vaya que la amistad entre mujeres no es cosa fรกcil. Ferrante lo sabe muy bien, y asรญ la presenta en la saga โ€œDos amigasโ€. No es prรญstina ni diรกfana. No estรก exenta de celos, rivalidades, traiciones y mentiras. Aunque se quieren, se ayudan, se buscan a lo largo de sus vidas, ni Lenรน ni mucho menos Lila son sacrificadas, sumisas o devotas. No se trata de personajes planos, simplones, de una sola dimensiรณn. La amistad entre estas dos mujeres nacidas en la pobreza surge de la rabia y de la necesidad de protegerse de la violencia, y el camino que encuentran para la salvaciรณn es la escritura. Mientras cursan el equivalente a kรญnder o preprimaria, la maestra Oliviero descubre que la pequeรฑa Lila sabe leer y escribir, a diferencia del resto de sus compaรฑeros. Manda llamar a Nunzia Cerullo, la madre de Lila, que no tiene idea de cรณmo su hija aprendiรณ, si en la familia todos son casi analfabetos. Es la primera vez que Ferrante, por medio de la voz narrativa de Lenรน, que es quien, ya adulta, cuenta la historia de sus vidas, deja ver que Lila posee una inteligencia superior al promedio. Es tambiรฉn ahรญ cuando comienza tanto el interรฉs como la rivalidad de Lenรน hacia Lila.

Mรกs adelante, cuando acusan al viejo usurero don Achille Carracci de haberles robado sus muรฑecas y รฉl les da dinero para que las repongan, las niรฑas prefieren comprar Mujercitas, la novela de Louisa May Alcott que ha marcado a todas las mujeres que algรบn dรญa soรฑamos con escribir. Este es el primer guiรฑo de Ferrante al lector, para indicarle el camino que ambas mujeres elegirรกn para algรบn dรญa poder salir de ese barrio y de esa circunstancia de precariedad y violencia en la que viven.

Despuรฉs de leer juntas, durante varias tardes, la novela de Alcott, deciden que ellas tambiรฉn escribirรกn una a cuatro manos, que las volverรก ricas y famosas. Sin embargo, unas semanas despuรฉs Lenรน se da cuenta de que Lila la ha traicionado y ha escrito ella sola El hada azul, un cuento que la impresiona de tal manera que a partir de ese momento reconocerรก que jamรกs podrรก escribir como su amiga.

En el libro En los mรกrgenes,

{{Traducciรณn de Celia Filipetto, Barcelona, Lumen, 2022.}}

 que reรบne las conferencias que Elena Ferrante escribiรณ para la Universidad de Bolonia โ€“y que una actriz interpretรณ, con el propรณsito de proteger una identidad que la autora ha mantenido en secreto desde el inicioโ€“, se distinguen dos tipos de escrituras: la diligente โ€“que en pocas palabras se podrรญan definir como aquella que se ajusta a los mรกrgenes, la que tiene que ver con la disciplina, con el respeto de las normas y, por supuesto, de las formasโ€“ y la desbordada โ€“que, como su nombre lo indica, se sale del borde, porque surge con la fuerza poderosa del instinto, del primer momento en el que quien escribe intenta vaciar al papel las palabras que se agolpan en su cabeza sin perder un solo instante, para que no se mueran en el trayectoโ€“. Es el equilibrio de estas dos escrituras o, mejor dicho, la tensiรณn entre ambas, lo que Ferrante dice que intenta lograr siempre que escribe.

Al referirse a su saga, define la escritura de Lenรน como la diligente, mientras que la de Lila es la desbordada. ยฟQuรฉ les sucede, entonces, a los personajes que poseen estos dos tipos de escrituras? Simplificando: que Lenรน publica una primera novela bien escrita, que le acarrea cierta fama y le permite dedicarse profesionalmente a la literatura, aunque siempre se sienta incompleta y anhele, algรบn dรญa, llegar a escribir como su amiga, con esa pasiรณn, con ese desbordamiento. Lila, en cambio, se niega a publicar. No es solo que la vida la va llevando por otros caminos โ€“se convierte en esposa, madre, obrera de una fรกbrica de embutidos, aprende el lenguaje de programaciรณn de las primeras computadoras y monta un negocio exitosรญsimo con las mรกquinas que ibm empezรณ a llevar a Italia en los setentaโ€“, sino tambiรฉn, y sobre todo, porque asรญ lo decide. Para Lila, la รบnica que debe publicar es Lenรน porque ella sรญ pudo concluir estudios formales, avanzados. En una ocasiรณn, estando ya casada con el comerciante Stefano Carracci โ€“hijo de aquel don Achille que les dio el dinero que decidieron utilizar en comprar Mujercitasโ€“, Lila le dice a Lenรน que su obligaciรณn es estudiar, que nunca debe dejarlo, que si un dรญa no tiene dinero ella le pagarรก los estudios; incluso llega a comprarle los libros que le piden en la escuela. Apuesta por ella aunque, en el fondo, el acto de asignarle el papel de la que escribe y publica quizรก se deba tambiรฉn a una intenciรณn de autopurgar esa traiciรณn primigenia, cuando, siendo todavรญa niรฑas, escribiรณ ella sola El hada azul, rompiendo el pacto de la escritura a cuatro manos.

Esta forma de contar la historia de la amistad entre dos mujeres por medio de sus escrituras, de cรณmo se narran a sรญ mismas y despuรฉs una a la otra, tiene mucho sentido si regresamos a En los mรกrgenes. En el capรญtulo titulado โ€œHistorias, yoโ€, Ferrante escribe que โ€œsi la literatura escrita por mujeres quiere lograr hacerse con su propia escritura de la verdad, necesita el trabajo de todas […] Contra la mala lengua que histรณricamente no prevรฉ acoger nuestra verdad, debemos confundir, fundir nuestros talentos, ni una sola lรญnea debe perderse en el vientoโ€. Aunque las escrituras de Lila y Lenรน nunca llegan a โ€œfundirseโ€ porque eso hubiera supuesto un final feliz que Elena Ferrante no deseaba para su saga, la columna vertebral de esta, y por lo tanto de la apasionada amistad entre ellas, es la escritura, el texto, o sea, el tejido, si nos atenemos a la etimologรญa de la palabra, segรบn la cual โ€œtextoโ€ proviene del latรญn textus, que significa trama o tejido.

Hay otra novela, publicada apenas el aรฑo pasado, escrita por una autora mexicana, en la que la relaciรณn entre el tejido โ€“en este caso, el bordadoโ€“ y la amistad entre mujeres es mucho mรกs evidente. Me refiero a Punto de cruz de Jazmina Barrera,

{{Oaxaca, Almadรญa, 2021, 208 pp.}}

 que narra el recuerdo de la amistad entre una protagonista-voz narrativa llamada Mรญlada โ€“a la que todos llaman Milaโ€“, Dalia y Citlali, a partir de un detonador que es la noticia de la muerte de la tercera.

En la novela de Barrera la amistad entre las tres mujeres tampoco es sencilla; el recuento de un viaje a Europa, cuando Mila y Dalia van a visitar a Citlali, que en ese entonces vive en Francia, deja al descubierto los malos entendidos, los celos y sobre todo la vocaciรณn de la tercera por desaparecer sin dejar rastro, con la consiguiente inquietud que provoca en las otras dos.

Entonces, ยฟquรฉ es lo que une a estas tres mujeres al punto de llamarse amigas? El bordado y las lecturas. Solo a Citlali no le apasiona leer. Lee poco y con lentitud. Pero ella y Mila se inscriben en un taller de escritura y, al igual que Lila y Lenรน, pretenden escribir un libro que, de ser llevado al cine, podrรญa volverlas millonarias. La novela en cuestiรณn, que sรญ empezaron a escribir, aunque nunca concluyeron, se llamaba El hilo de Adriana y era la historia de una joven que heredaba de su abuela el hilo mรกgico de Ariadna. Una referencia mรกs de Jazmina Barrera a la relaciรณn entre tejido, escritura y amistad entre mujeres.

En lo que sรญ coinciden las tres amigas de Punto de cruz es en el bordado: en tercero de prepa, mientras toman un curso para el examen de admisiรณn a la unam, pasan tardes enteras conversando y construyendo universos con hilos de colores y retazos de tela. No solo sus temas sino tambiรฉn sus puntadas las distinguen: contenidas, alargadas, pequeรฑas, desbordadas, segรบn sus personalidades y estados de รกnimo. Juntas, realizan un muestrario inspirado en el de una mujer llamada Encarnaciรณn Castellanos, que una amiga de su madre le hereda a Dalia y que provoca que las tres jรณvenes fantaseen con la idea de que fue hermana, amiga o amante de Rosario Castellanos.

Libro que contiene a otros, en Punto de cruz Barrera incluye referencias a textos dedicados al tejido y al bordado. En este sentido, el libro mismo es un tapiz cuyos hilos se tejen con estas citas, recurso que convierte a Punto de cruz en una novela hรญbrida entre el testimonio, la ficciรณn y el ensayo, como ya lo habรญa hecho la autora en su libro anterior, Linea nigra.

{{Oaxaca, Almadรญa, 2020, 168 pp.}}

 De entre todas las que incluye en Punto de cruz, la referencia mรกs adecuada para lo que estamos planteando en este artรญculo, es decir, la relaciรณn de la escritura de las mujeres con el tejer, el hilar y la comunidad, estรก en una cita del ensayo โ€œLa modernidad empieza con la agujaโ€, de la escritora, acadรฉmica y tuitera Margo Glantz:

El fino hilado de las parcas es un trabajo cotidiano y constreรฑido, tan constreรฑido como el de los bordados que se inscriben entre los lรญmites perfectos de un bastidor que estira la tela y permite el pausado ir y venir del hilo que traza corazones, flores y palomas amorosas. En la escritura femenina hay siempre esa cadencia, ese ritmo de lanzadera, el ritmo mรญtico que sube a los tejados para volverse terrible como el grito de las erinias cuando vaticinan el destino de Agamenรณn bajo el cuchillo de Clitemnestra, o las voces duras de Casandra, uncida al carro de Apolo, recordando el futuro incierto de las reinas, esclavas dentro de la casa, condenadas al dolor del parto y al sudor de la frente.

El texto de Margo Glantz relaciona la labor de hilar no solo con la escritura, sino tambiรฉn con la esclavitud que representa el matrimonio, asรญ como con los dolores fรญsicos y emocionales de la maternidad. Pero no pierde de vista la comuniรณn que surge entre estas mujeres: tanto las parcas que hilan como las โ€œreinas, esclavas dentro de la casaโ€. La fuerza estรก, como escribiรณ Ferrante, en โ€œel trabajo de todasโ€, en ese โ€œfundir nuestros talentosโ€, para que โ€œni una sola lรญneaโ€ se pierda โ€œen el vientoโ€. Ni una sola lรญnea ni una sola puntada: cuando Dalia y Mila acuden a la reuniรณn en honor a Citlali en casa del padre de esta, con quien mantuvo una relaciรณn conflictiva, su objetivo es rescatar la carpeta en la que su amiga guardรณ sus bordados, su lista de lecturas pendientes y unos libros que habรญa mandado retractilar. Esos son sus tesoros, los objetos de la amiga muerta que no permitirรกn que otras manos toquen. Para ellas, Citlali estรก ahรญ, no en la urna que guarda sus cenizas.

โ€œSilenciadas o hechas a un lado como autoras, las mujeres definieron los usos del lenguaje literario. En todo texto se advierten las manos de sombra de las tejedoras que convirtieron los hilos en historiasโ€, escribe Juan Villoro. En la novela de Jazmina Barrera las tres amigas bordan los claroscuros de la historia de su amistad. En la saga de Elena Ferrante, una vez que Lila ha decidido no publicar, Lenรน escribe una novela breve sobre la amistad entre dos mujeres muy parecidas a ellas, incluido el episodio en el que el personaje que representa a Lilia pierde a su hija pequeรฑa โ€“como ocurre en la vida realโ€“, lo que nunca le perdona. Asรญ, la escritura de Lenรน, que alguna vez representรณ el lazo que las uniรณ, es la misma que ahora lo rompe: la traiciรณn que Lila cometiรณ de niรฑa al escribir ella sola El hada azul, Lenรน se la ha devuelto con creces al incluir en su novela el hecho mรกs doloroso de su existencia.

En el prefacio de su libro El tejido de la civilizaciรณn. Cรณmo los textiles dieron forma al mundo,

{{Traducciรณn de Lorenzo Luengo, Madrid, Siruela, 2021, 344 pp.}}

 Virginia Postrel sostiene la tesis de que la historia de los textiles es la historia de la inventiva humana. Cuando en 1900 el arqueรณlogo britรกnico Arthur Evans desenterrรณ Cnosos, en Grecia, encontrรณ unas tablillas de barro cocido con unas inscripciones, en las cuales identificรณ dos tipos de escritura, pero no pudo leerlas. Fue hasta 1952, cuando el explorador llevaba ya once aรฑos de muerto, que se supo que el jeroglรญfico que habรญa identificado como la torre de una fortaleza era en realidad un textil. Al arqueรณlogo no se le ocurriรณ pensar que Cnosos fue una ciudad cuya riqueza tenรญa como fuente la actividad textil. Pero no ha sido el รบnico, como afirma Postrel: โ€œ[mucha gente antes y despuรฉs de รฉl] habรญa pasado por alto el papel central de los textiles en la historia de la tecnologรญa, el comercio y la civilizaciรณn propiamente dichaโ€. โ€œTejer es idear, inventar, es decir, concebir una funciรณn y belleza a partir del mรกs sencillo de los elementosโ€, continรบa la autora, y pone algunos ejemplos de cรณmo el uso de palabras que tienen que ver con esta actividad se โ€œentretejenโ€, nunca mejor dicho, con muchas otras รกreas del quehacer humano: โ€œEn la Odisea, cuando Atenea y Ulises traman algo, โ€˜tejen un planโ€™. En inglรฉs, fabric y fabricate (โ€˜tejidoโ€™ e โ€˜inventarโ€™, respectivamente) comparten una raรญz latina comรบn, fabrice, โ€˜algo producido con destrezaโ€™. โ€˜Textoโ€™ y โ€˜textilโ€™ guardan una relaciรณn similar: provienen del verbo texere (โ€˜tejerโ€™), que a su vez deriva โ€“como techneโ€“ de la palabra indoeuropea teks, cuyo significado es โ€˜tejerโ€™.โ€

Al final, la amistad entre mujeres โ€“escrita por mujeresโ€“, ese tejido de hilos y palabras, aunque doloroso e incรณmodo, se ha logrado integrar al enorme textil de la literatura universal. Le pese a quien le pese. ~

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es periodista y escritora. Su libro mรกs reciente es
Cuando el cielo se pinta de anaranjado (ser mujer en Mรฉxico) (UANL,
2020). En 2018, ganรณ el Premio Nacional de Periodismo Cultural Renรฉ Avilรฉs Fabila


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