Ezequiel Zaidenwerg
50 estados. 13 poetas contemporรกneos de Estados Unidos
Ciudad de Mรฉxico, Antรญlope/UANL, 2020, 341 pp.
Una novela bien realizada genera un universo contingente. Entre tapa y tapa, descubrimos un espacio que nos convence de sus propias reglas, de sus habitantes, y de sus acontecimientos codificados por medio del lenguaje. En ese sentido, 50 estados de Ezequiel Zaidenwerg es, antes que antologรญa, una novela coral. Recopila las voces de trece poetas originarios de varias partes de Estados Unidos y genera, por medio de sus textos y de entrevistas breves pero acertadas, las potencialidades de un universo particular: el de la creaciรณn lรญrica en la actualidad estadounidense. Prefiero, de buenas a primeras, decirle โnovelaโ que โantologรญaโ, porque los textos que se nos presentan parecen hilar una historia, acomodada en orden cronolรณgico, del desarrollo del quehacer poรฉtico en ese paรญs, y la interrelaciรณn entre original y traducciรณn โpalabras que, en este libro, son poco menos que liminalesโ funge como un nuevo personaje: el del antologador, un Zaidenwerg enmascarado de sรญ mismo que trabaja al mismo tiempo en la curadurรญa, el trabajo de versiones y la labor de entrevistar. A travรฉs de los intercambios que atestiguamos en cada entrevista, no solo elucidamos la poรฉtica y la vida de los autores, sino tambiรฉn su relaciรณn con quien asumiรณ el trabajo de esta obra.
Si esta antologรญa es leรญda, entonces, como una novela, pertenece a la estirpe de Pรกlido fuego de Vladimir Nabokov, pero en lugar de un Kinbote obsesionado con reafirmar su propia identidad, incluso su existencia, en la poesรญa del autor que estudia, nuestro Zaidenwerg diegรฉtico es un ejemplo de traductor dadivoso: sus traducciones, por lo general, son atentas, disciplinadas y buscan darles cabida a las expresiones de autores diversos, complejos, en otra lengua. Pero tambiรฉn es un traductor poeta, que sabe cuรกndo y cรณmo utilizar algunas expresiones, algunos planteamientos que existen en los originales, y hacerlos suyos. Asรญ tenemos el cierre de โThe blessedโ de Chris Talbott, que en el original dice โthey walk, pushing the air, / & in their presence, air abides and staysโ, mientras que en la traducciรณn estรก plasmado โCaminan empujando el aire / y el aire les ofrece resistenciaโ. La diferencia entre el planteamiento casi onรญrico, de dominio ante los elementos, del original, y el mรกs terrestre, soportado por una frase contundente, de la traducciรณn, hace que cada texto tenga su propia fuerza, su propio efecto, y aรบn mantenga esa cosa extraรฑa que llamamos โsentidoโ. Nos recuerda que toda traducciรณn, por buena que sea, es un original poseรญdo por otro poema, parasitario, fantasma, que siempre se estรก transparentando.
Existen numerosos ejemplos de interrelaciรณn parasitaria entre los originales y las traducciones de este libro. Mis favoritos, acaso, estรกn en las villanelles de Ariella Jenkins, donde, en vista de la necesidad de traducir lo intraducible, el Zaidenwerg diegรฉtico escoge escribir poemas, si bien complementarios, enteramente distintos. Lo complementario se nota en el humor de cada ejemplo, en cรณmo parece que cada poema interpela a su traducciรณn, o viceversa, y al final, en el evidente rapport que se genera entre el antologador y la escritora durante la entrevista. Tambiรฉn pienso en el trabajo de Jillian Kwon, de carรกcter profundamente angelino, orientado al lenguaje; al abordarla, el traductor dispone de su espaรฑol de expresiรณn argentina para demostrar cรณmo, en el original, las palabras funcionan como dispositivo sonoro: โtry to bring it back / and it will turn / into an anchor in the skyโ, โsi tratรกs de bajarla / se convierte / en un ancla en la bรณveda / del cieloโ. En cambio, frente a los poemas de amor, nostalgia y pรฉrdida de Leroy S. Davis, la voz del traductor es precisa, casi literal: su preocupaciรณn por mantener la plรกstica del poema, que a la vez define su ritmo, guรญa el proceder en cada verso. Con diferentes registros, en diferentes variedades lรญricas, nuestro antologador/personaje se construye a sรญ mismo construyendo a los demรกs.
En la suposiciรณn de que 50 estados fuera una novela, ostensiblemente pertenecerรญa, aparte de a la clase nabokoviana que ya mencionรฉ, a lo que algunos crรญticos han llamado โficciรณn no narrativaโ, como el Manual de zoologรญa fantรกstica de Jorge Luis Borges, La literatura nazi en Amรฉrica de Roberto Bolaรฑo o las Vidas imaginarias de Marcel Schwob. Uno podrรญa decir que, en lugar de contar una historia, este libro nos propone diferentes voces, diferentes รฉticas de la escritura, que forman una constelaciรณn mรกs que una progresiรณn, una summa mรกs que un argumento. Sin embargo, esto no me parece del todo acertado. La clave del propรณsito de Zaidenwerg (si bien toda obra excede el propรณsito de su autor) estarรญa al final de la introducciรณn, donde nos dice que โen estos poemas se dejan ver mis propias experiencias de la dรฉcada en que me hice adulto […] descompuestas como a travรฉs de un prismaโ. Vista asรญ, desde la perspectiva de alguien que da los รบltimos toques a su libro en algรบn lugar de Brooklyn en 2017, esta obra cuenta, en efecto, una historia: la de todo millennial que ha sido herido por el arte y que tiene el sueรฑo de producirlo entre crisis infinitas. El hecho de que esta historia estรฉ contada por medio de varias voces provenientes de distintos territorios unificados en un paรญs y en una lengua, tampoco es casual. La poesรญa norteamericana es acaso la tradiciรณn mรกs vibrante, amplia y novedosa que nos dejรณ el siglo XX, y la gran diseminaciรณn de la lengua inglesa โefecto obvio del imperialismo norteamericanoโ hace que nosotros, hispanohablantes, tengamos un nivel particular de relaciรณn e interacciรณn con sus maneras.
El estilo de cada autor que nos presenta 50 estados estรก marcado por las ideas de cierta escuela, ciertas influencias que articulan sus perspectivas del mundo. Un lector asiduo a la poesรญa estadounidense notarรก la influencia de un Raymond Carver cotidiano y aprehensivo en Joe Urbach, el amor por la naturaleza y los sentidos de Gary Snyder en Chris Talbott, la economรญa expresiva de la New York School en los dรญsticos de 8a. Pero mis favoritos, acaso, son los tres รบltimos autores que nos presenta la antologรญa. Los poemas en prosa de Michael Hoffner nos relatan a un individuo privilegiado, gustoso de viajar y experimentar la vida de muchas formas, pero que en cada una se enfrenta a un sentimiento constante de soledad, el cual lo hace escribir poesรญa. Mรกs que una voz lรญrica en el sentido tradicional de la palabra, o incluso una vocaciรณn de โescritura del yoโ, la voz que utiliza Hoffner es la de โun curador de percepciones, experiencias y citasโ que acomoda diferentes materiales en el acto escritural. Ariella Jenkins, sobre quien ya he escrito, no es muy distinta: su vocaciรณn formalista hace que conciba la escritura poรฉtica como un espacio de juego, en donde todo puede ser dicho mientras se cumplan ciertas condiciones. En este mismo รกnimo, aunque con una seriedad y un lustre muy distintos, se encuentra โDeclaration of Independenceโ de Taylor Moore, autor que cierra el libro con un solo poema extenso. En รฉl concluye el prisma de experiencias que nos ofrece Zaidenwerg, con un ejemplo de lo que estรก sucediendo en el presente de la poesรญa norteamericana: un gusto por la expresiรณn fragmentaria y el verso breve; una serie de imรกgenes que atan diferentes registros para provocar efectos de risa, ternura, angustia, miedo; el uso de sรญmbolos patrios, expresiones ocultas e imรกgenes de la cultura popular para llevarnos a distintos territorios. Es un poema sobre la crisis de la masculinidad, y con ella, sobre la crisis de todo lo que rige โo solรญa regirโ el mundo que conocemos: โA new reliance / On the firm, / A new hold / On the manly, / Now dissolved / Into the burnt / And the unfit- / In separation:โ; โUna nueva confianza / En lo firme, / Un nuevo sostรฉn / de lo viril, / disuelto ahora / en lo arrasado / y lo no apto. / En la separaciรณn:โ
Si he insistido a lo largo de esta reseรฑa en leer 50 estados como una novela es porque, de principio, lo es. El poeta y traductor argentino es autor de todos los textos, originales y traducciones, y su voz es la que juega a ponerse mรกscaras distintas para hablarnos de la escritura de sus personajes. Sin embargo, la efectividad del libro no radica en este hecho, sino en la destreza con la que cada uno de sus elementos ficcionales estรก dispuesto para otorgarnos no solo un trabajo de imaginaciรณn, sea lรญrica o narrativa, sino tambiรฉn un ensayo sobre la evoluciรณn (formal y โespiritualโ, por decirlo de algรบn modo) de una literatura que รฉl conoce profundamente. Por medio de este ensayo, de esta lectura de una tradiciรณn a partir de un grupo de poetas posibles, Zaidenwerg tambiรฉn cumple el cometido que anuncia en la introducciรณn a su libro: darnos una imagen de lo que fueron para รฉl los รบltimos diez o quince aรฑos, hacernos experimentar diferentes voces, distintas circunstancias, de la condiciรณn en la que hemos crecido quienes llegamos al mundo entre los ochenta y los noventa. El tiempo que abarcan los nacimientos de los personajes de esta antologรญa facilita la creaciรณn de un universo que se va nutriendo, de un devenir que tiene su clรญmax en el anuncio de un quiebre con el modo de vida anterior, soportado en el poema de Moore, y que podrรญamos leer en autores reales como Ocean Vuong, Hera Lindsay Bird o Logan February. En la novela-ensayo-antologรญa de Zaidenwerg podemos leer una imagen confiable de lo que estรก pasando en la poesรญa contemporรกnea de Estados Unidos sin leer a un solo poeta โrealโ, y, ademรกs de esto, podemos leer una imagen abstracta, imprecisa, sumamente personal (como toda obra de arte) de la รฉpoca que estamos viviendo, o, al menos, de la que hace muy poco se ha quedado atrรกs. ~
(Naucalpan, 1994) escribe poemas y ensayos. Su primer libro, Fracciรณn continua, fue publicado por el FOEM en 2022.