Letras Libres cumple veinticinco años. Recuerdo una circunstancia de su nacimiento. Yo pensaba fundar una revista como Vuelta, pero mi hijo León me convenció de que debía nacer con un sitio de internet. “Es como un edificio de varios pisos. Los artículos podrán lanzarse por vía digital en un primer piso y en otro podríamos producir videos, audios, debates, diálogos.” Yo no entendía realmente la propuesta, pero con el apoyo de varios patrocinadores, y de manera especial el de Lorenzo Zambrano, echamos los cimientos y levantamos el “edificio”. Así nació Letras Libres, en el papel y en el ciberespacio.
Un año después, Gabriel Zaid tuvo una de sus ideas geniales: ¿por qué no cumplir el sueño original de Vuelta de ser un puente cultural entre las dos orillas? Había que fundar Letras Libres en España. Quizás habría empresas españolas que verían con buenos ojos el proyecto. Y en efecto, no sin un esfuerzo de persuasión que llevó tiempo, Letras Libres puso un pie en la península y desde ese momento ambas revistas, la mexicana y la española, proyectaron su contenido a Iberoamérica.
En ambos casos, lo que hacía posible la amplia difusión de sus contenidos de papel, así como la producción creciente de contenidos digitales, era aquel “edificio” del que poco entendía yo, y que ha terminado por convertirse en nuestra plataforma para llegar a todo lugar donde se hable nuestra lengua. La edición impresa y el sitio web de Letras Libres no son dos revistas distintas sino una misma revista en dos tiempos que, con las posibilidades propias de internet, ha mantenido una conversación cada vez más fluida entre los países de habla hispana. El millón 70 mil seguidores en redes sociales o los 300 mil usuarios mensuales del sitio solo dan muestra de los alcances de este “edificio” que nunca cedió a las limitaciones de la geografía.
En veinticinco años, Letras Libres ha ido conformando una importante comunidad de colaboradores, editores, administrativos, patrocinadores y sobre todo lectores. Hemos publicado a más de 5 mil autores, entre escritores, poetas, científicos, artistas, historiadores, politólogos, economistas, periodistas y críticos. A lo largo de trescientos números, Letras Libres ha reflejado la variedad de preocupaciones que definen nuestra época: los fanatismos de la identidad, la crisis climática, la supervivencia de la prensa, la fragilidad democrática en América Latina, entre muchas otras, pero también las lecciones del sangriento siglo XX, la actualidad de Spinoza, la aventura de editar en ambas orillas del Atlántico, las transformaciones de la literatura, el cine y la televisión.
Una de las batallas más perdurables que ha librado la revista ha sido contra el populismo, una estrategia política –más que una ideología– que ha puesto en peligro los sistemas democráticos no solo de Latinoamérica sino del mundo entero. Su éxito global –desde la izquierda y la derecha del espectro, en democracias recientes o de larga tradición– ha corroborado nuestros peores temores, pero a la vez ha renovado el compromiso de Letras Libres con los valores de la pluralidad, la legalidad y la tolerancia.
Una revista es principalmente la gente que la hace posible. La labor editorial de estos cinco lustros ha sido obra de un puñado de personas que sería largo enumerar pero que, desde sus inicios, supieron concebir cada número o animar la página web pensando siempre en nuestros lectores. Junto a ellos ha trabajado un equipo administrativo comprometido y profesional.
Mientras escribo estas líneas me asalta el recuerdo de mi entrañable amigo Alejandro Rossi, cuando hace casi medio siglo me invitó a ser secretario de redacción de la revista Vuelta. “Es un pequeño barquito”, me dijo. La imagen me persuadió y conmovió. Sí, Vuelta fue siempre un pequeño barquito. Letras Libres lo ha sido también. No aspira a más. Pero la larga travesía –que ha unido y espero que siga uniendo a diversas generaciones– ha valido la pena, y no se detiene. Hay nuevos mares, tormentas y puertos en el horizonte. Y la batalla por la libertad no cesa nunca. ~
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clío.
