In memoriam: Canavaggio, el hombre bueno y sabio

Traductor, profesor e investigador, Jean Canavaggio fue un extraordinario biógrafo y conocedor de Cervantes, y uno de los últimos representantes de una gran tradición de hispanistas franceses.
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Con la muerte de Jean Canavaggio, hispanista, profesor e investigador, desaparece uno de los últimos miembros de varias generaciones fundamentales de hispanistas franceses. Unas promociones que realizaban su tesis doctoral “de estado”, que la defendían en plena madurez intelectual, después de varias décadas de dedicación e investigación, y que definían a un autor, un tema o un movimiento literario al que iban a dedicar la práctica totalidad de su investigación posterior. Robert Jammes, con Góngora, o Caravaggio con Cervantes, son ejemplos de ello.

Citar a unos cuantos filólogos franceses sería injusto con otros muchos, pero quiero mencionar aquí a Pierre Paris (arqueólogo y primer director del Bulletin Hispanique), Ernesto Merimée (fundador del Instituto Francés de Madrid), Jean-Josep Saroïhandy (primer estudioso del aragonés), Raymond Foulché-Delbosc (primer editor moderno de Góngora), Marcel Bataillon (su Erasmo y España revolucionó los estudios del humanismo), Adolphe Coster (biógrafo de Gracián), Jean SarrailhNoel Salomon, Maxime Chevalier, Marcelin DéfourneauxPierre Le GentilCharles Vincent AubrunRobert MarrastGeorges DemersonPierre VilarBartolomé BenassarJoseph PérezRené AndiocRobert Jammes, Maurice Molho, entre otros muchos.

Jean Caravaggio (París, 23 de julio de 1936-21 de agosto de 2023) estudió en la Escuela Normal Superior de Rue Ulm, aprobó la Agrégation en 1960, y se doctoró en Letras con una tesis doctoral sobre la marginación de los moriscos, lo que le lleva, casi inevitablemente, al estudio del Quijote (recordemos que gran parte de la obra se presenta como un texto aljamiado, escrito con caracteres árabes, pero en lengua romance, y que el propio narrador, Cervantes, tiene que contratar a un traductor, Cide Hamete Benengeli, para poder continuar su obra).

Catedrático de la Universidad Ouest Nanterre de París, fue miembro de la Hispanic Society, correspondiente de la Real Academia de la Historia y director de la Casa de Velázquez. Sus investigaciones se han centrado en Cervantes y en el teatro del siglo XVII: editor de sus entremeses, del Quijote, traductor y biógrafo del alcalaíno, su obra es fundamental para comprender la obra cervantina. Revisor del concepto de teatro cervantino, considera que su modelo es experimental (a pesar del poco éxito, debido a la auténtica revolución de Lope y su «comedia nueva»). De alguna manera, puede decirse que Canavaggio recupera al Cervantes total.

Me centraré en dos aspectos de su investigación: la del biógrafo y la de traductor. En el primero, contamos con varios intentos de abordar el tema: Cervantes (1986, en francés, 1987, en español), Cervantes, entre vida y creación (2000) y, sobre todo, su última obra, Diccionario Cervantes (2021). Resulta curioso que en la literatura española tengamos pocas biografías de los grandes escritores (parece que últimamente se están poniendo de moda) y que las mejores estén escritas por hispanistas extranjeros (sobre Cervantes, por ejemplo, las de Canavaggio, francés, y las de Rosa Rossi, italiana). Las biografías de los filólogos españoles resultan aburridas, inundadas de datos, como si tuvieran miedo a la falta de rigor (pienso en las de Valle-Inclán o Baroja). No hay tradición en este tipo de trabajos, imprescindibles para el mejor conocimiento de la literatura. En otro tiempo, sí se escribieron buenas biografías, más literarias que científicas, que contribuían a dar a conocer a los grandes autores (Jarnés sería un modelo).

El segundo aspecto en el que me quiero detener es el de traductor. Canavaggio tradujo la prosa de Cervantes, incluido el Quijote, para la prestigiosa colección La Pléiade, que supone una versión definitiva.

Publicó artículos y monografías sobre la teoría de la novela y el teatro, la preceptiva del Siglo de Oro, el siglo XIX, Quevedo, Góngora, Tirso, La Celestina, Lope, Juan de la Cueva, Jorge Guillén, santa Teresa, Lorca, Garcilaso o Calderón. Además, fue galardonado con numerosos premios, como el Goncourt de biografías (1986), el Ciudad de Alcalá de las Artes y las Letras (2005) o la Gran Cruz de la orden de Alfonso X el Sabio (2016).

Para concluir quiero mencionar su aspecto humano: extremadamente educado, cordial, buen conversador, atendía a la perfección al tópico de la politesse francesa, siempre dispuesto a escuchar y no a pontificar, a pesar de su gran sabiduría.

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Es profesor titular de Literatura de la Universidad de Zaragoza, especialista en Siglos de Oro y en literatura aragonesa.


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