Entre los hombres que más y mejor han servido a Aragón en los últimos 50 años Eloy Fernández Clemente brillará siempre de forma natural y personalísima. Murió el sábado inesperadamente, casi subrepticiamente. El pasado martes cumplió 80 años y Antón Castro, Luis Alegre y yo fuimos a felicitarlo. Estaba feliz y contento, y se reía con los chistes que Luis le contaba. Le cantamos (Antón se atrevió con ‘Adiós ríos, adiós fontes’, el poema de Rosalía que musicó Amancio Prada), le llevamos regalos y le prometimos que volveríamos pronto. No habrá ocasión. Eloy ha sido uno de los personajes decisivos en la cultura del Aragón contemporáneo: por su compromiso público con las causas de la libertad y la democracia, por su defensa del aragonesismo, por su labor como catedrático e intelectual que hizo que estudiara y divulgara tantos y tantos temas variados y sin garliborleos (desde Nipho, Costa o Sánchez Sarto, hasta la historia de la prensa aragonesa o la de Aragón durante la dictadura de Primo de Rivera), y tal vez sobre todo por su tarea como ejemplar dinamizador cultural, lo que le hizo dirigir algunos de los proyectos colectivos más relevantes de esos últimos 50 años: Andalán, la Gran Enciclopedia Aragonesa o la Biblioteca Aragonesa de Cultura. Pero lo que a mí más me importa recordar es que Eloy fue un hombre íntegro, bueno y generoso, uno de mis amigos más queridos, que miró siempre de frente y huyó de estrategias y zalagardas para obtener prebendas o reconocimientos. Un referente moral e intelectual para muchos y un espejo impecable en el que mirarnos.
*Texto publicado originalmente en Heraldo de Aragón.
José Luis Melero es ensayista y estudioso de la literatura aragonesa. Entre sus libros recientes se encuentran "El lector incorregible" (Xordica, 2018) y "Lecturas y pasiones" (Xordica, 2021).