Por un canal cultural

Un canal cultural en Mรฉxico tendrรญa una gran aceptaciรณn, serรญa rentable y contribuirรญa a la maduraciรณn cรญvica de Mรฉxico.
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"Hace falta mรกs televisiรณn cultural patrocinada por la iniciativa privada", escribe Gabriel Zaid en su reciente libro Dinero para la cultura. Zaid sostiene que la prรณxima licitaciรณn "deberรญa estipular la finalidad cultural". Parece utรณpico pero no lo es. A lo largo de los aรฑos he pensado muchas veces en la programaciรณn de un canal cultural. Creo que tendrรญa una gran aceptaciรณn, que serรญa rentable y que contribuirรญa a la maduraciรณn cรญvica de Mรฉxico.

Comienzo por la experiencia de maestros cercanos. Al final de su vida, Don Daniel Cosรญo Villegas participรณ en dos proyectos culturales para la TV privada: sus charlas sobre temas de polรญtica internacional y el guiรณn de la Historia Mรญnima de Mรฉxico (que luego de su muerte se convirtiรณ en el popular libro). Octavio Paz retomรณ la idea en diversas series sobre arte, literatura, pensamiento, historia y cultura que convocaron un pรบblico muy amplio. Algunas de esas series -sin hipรฉrbole- hicieron historia. La clave estaba en la excelencia del contenido y la producciรณn, pero tambiรฉn en la promociรณn: el canal invertรญa en informar al pรบblico sobre esos programas. Y el pรบblico respondรญa a la oferta cultural, igual que ha respondido masivamente a las muestras fotogrรกficas convocadas por el gobierno del DF, los conciertos en el Auditorio o las exposiciones del INBA o el INAH.

Existรญa entonces un buen canal cultural, el canal 9, dirigido por Miguel Sabido, que incluyรณ en su programaciรณn excelentes obras de teatro. Imagino el รฉxito que tendrรญa en televisiรณn la puesta en escena que Hugo Hiriart acaba de hacer del "Rey Lear". El secreto estรก en cuidar todos los detalles, como lo hace la BBC: la escenografรญa, la iluminaciรณn, la fotografรญa y desde luego las actuaciones. Los grandes actores que alguna vez pasaron por la TV comercial provenรญan del Teatro Universitario. Un canal cultural podrรญa acercarse nuevamente a esa escuela y aprovechar su experiencia acumulada en la producciรณn de dramas, tragedias, comedias de todas las tradiciones.

El cine tiene enormes posibilidades de explotaciรณn cultural. Imaginemos esta secuencia: la transmisiรณn semanal de una pelรญcula (enmarcada en un ciclo sobre un tema, director, actor) seguida de una conversaciรณn de crรญticos que retomen รกngulos, historias tras bambalinas. Serรญa una cรกtedra de cรณmo ver cine, que muchos agradecerรญan. La mรบsica podrรญa tener un tratamiento similar. Los mayores preferirรญan quizรก la clรกsica y los jรณvenes se darรญan cita para escuchar un concierto con los grupos que les gustan. Y al final de cada programa (o en intermedios planeados) habrรญa una buena discusiรณn.

Lo primero que deberรญa promover un canal cultural es un concurso de creatividad entre los jรณvenes. Hay un ejรฉrcito cultural de reserva en los egresados de las carreras de cine, comunicaciรณn, humanidades en los institutos y universidades del paรญs. Podrรญa tambiรฉn ensayarse la participaciรณn de pequeรฑos productores independientes que vendan sus programas, lo que podrรญa constituir un detonador extraordinario de talento.

Una cosa es abordar desde la inmediatez noticiosa los temas dolorosos de la agenda nacional y otra es acercarse a ellos a travรฉs de la cultura. En un canal cultural no se tratarรญa sรณlo de conversar con el autor de un libro sobre el narcotrรกfico. Se tratarรญa de hacer un programa alrededor de su experiencia al escribirlo. La charla sobre libros puede ser tediosa o luminosa: depende del lector que aparezca en la pantalla. Doy dos ejemplos legendarios. Bernard Pivot hizo cรฉlebre su programa de libros en Francia y Charlie Rose lleva dรฉcadas entrevistando autores en PBS. Alguna vez pude constatar el profesionalismo de su equipo: dรญas de sondeos con el autor, conocimiento real del libro.

He dejado al final a la historia. Es increรญble que a estas alturas Mรฉxico, con la riqueza de nuestra historia milenaria, no cuente ni siquiera en los canales de cable con un History Chanel nacional. Se dice que no serรญa rentable, pero estoy seguro de lo contrario. Cuando a fines de abril de 1998 Clรญo trasmitiรณ (por Canal 2 a las 10 de la noche) el primer documental sobre "Dรญaz Ordaz y el 68", el rating fue similar a de las telenovelas. No todos los documentales de esa primera serie tuvieron el mismo impacto, pero la promociรณn alentaba al televidente. Han pasado quince aรฑos, Clรญo ha producido mรกs de 400 programas que se trasmiten en horarios difรญciles, a pesar de lo cual llegan cada semana a aproximadamente 800,000 personas. (La lista puede consultarse en www.cliotv.com). Estoy convencido de que el pรบblico interesado en la historia mexicana es mucho mayor. Y la penetraciรณn de un canal asรญ (abierto o en cable) podrรญa multiplicarse si se acompaรฑara de polรฉmicas histรณricas (que son muy atractivas), recreaciones de episodios (como el programa de "Juicio de la historia", que llegรณ a ser popularรญsimo), reportajes en zonas arqueolรณgicas (la pasiรณn del descubrimiento), historias desconocidas de lugares memorables, leyendas histรณricas, etc.

Foro TV es un canal dedicado a la discusiรณn animada, civilizada e inteligente de temas pรบblicos, que a veces tienen contenido cultural, pero no es propiamente un canal cultural. El Canal 22 y el Canal 11 han desplegado una notable labor cultural a travรฉs de los aรฑos, sobre todo si se toma en cuenta sus limitaciones de presupuesto. Tambiรฉn es muy apreciable la labor de TV UNAM. Es decir, el Estado mexicano ha hecho su parte. Le toca a la iniciativa privada hacer lo propio. Ojalรก las autoridades atiendan la idea de Zaid y orienten la licitaciรณn hacia la cultura.

(Reforma, 4 agosto 2013)

 

 

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Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.


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