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Entrevista con Alfredo Guevara

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Alfredo Guevara (1925-2013), una de las figuras mรกs influyentes de la polรญtica cultural de la Revoluciรณn cubana y amigo personal de Fidel y Raรบl Castro, muriรณ el aรฑo pasado en La Habana. Desde el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematogrรกficos (ICAIC), que fundรณ y dirigiรณ por varias dรฉcadas, se exportaron imรกgenes รฉpicas que dieron la vuelta al mundo en medio de la Guerra Frรญa. El ICAIC contribuyรณ a que la Revoluciรณn fuera una representaciรณn, una gran pelรญcula, de la que aรบn desconocemos el final.

Unos meses antes de morir, y gracias al cineasta Arturo Sotto, sostuvimos un par de entrevistas con Alfredo Guevara. El resultado de esas conversaciones, o mรกs bien confesiones, es una visiรณn inรฉdita y de primera mano de alguien que estuvo en el epicentro mismo del poder. Seguro de su corto tiempo de vida, Guevara hablรณ sin tapujos de los lรญderes de la Revoluciรณn, de las intrigas y luchas intestinas que marcaron las primeras dรฉcadas; de su papel como censor, de la viabilidad del socialismo en Cuba y las recientes reformas planteadas por Raรบl Castro.

El primer encuentro ocurriรณ en su casa de El Vedado habanero, en febrero de 2012. La conversaciรณn se dio en un ambiente lujoso, adornado con cuadros de famosos pintores cubanos โ€“podรญan distinguirse al menos, un Servando Cabrera y un Amelia Pelรกezโ€“. Los bienes de Guevara โ€“considerados โ€œpatrimonio cultural de la naciรณnโ€โ€“ se encuentran hoy en el centro de atenciรณn de las autoridades cubanas, luego de que un inventario realizado en su casa tras su deceso arrojara la ausencia de tres obras importantes. El segundo y รบltimo encuentro fue en su oficina del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, un mes despuรฉs. Su salud ya estaba deteriorada. โ€œSiento que tengo poco tiempo de vidaโ€, dice apenas comienza a hablar, โ€œpor eso me ha entrado en estas รบltimas semanas un deseo inmenso de apurar la vida que quede. Les estoy dando la entrevista porque no quiero que se queden cosas dentro de mรญโ€.

La obsesiรณn de Guevara por la trascendencia estรก implรญcita en el tรญtulo de su รบltimo libro ยฟY si fuera una huella? (Ediciones Autor, 2010), que junto a Tiempo de fundaciรณn (2003) y Revoluciรณn es lucidez (1998) intenta no solo asentar su legado y biografรญa sino tambiรฉn reescribir la memoria y la historia de la Revoluciรณn cubana. โ€œYo no sรฉ cรณmo nos van a juzgar; debรญa saberlo porque ya empezaron y puedo sentir que van a ser muy agudos y a veces muy crueles, injustosโ€, comenta a pocos minutos de comenzar el primer encuentro y aclara: โ€œYo leรญ el รบltimo libro de Fidel [Fidel Castro Ruz: Guerrillero del tiempo, de Katiuska Blanco Castiรฑeira] y no le voy a mandar una carta diciรฉndole que las cosas no fueron de la manera en que รฉl las estรก contando. Pienso que รฉl tiene su versiรณn y yo tengo la mรญa; pero no quiero ninguna contradicciรณn. Quiero ser muy cuidadoso, yo tengo miedo… No es que estรฉ cambiando la Historia pero es que se pone a hablar y a hablar… como hacen los viejos, que se les olvidan las cosas.โ€

A Guevara le gustaba pensarse como un romรกntico: โ€œYo querรญa que mi vida pudiera mirarse hacia atrรกs como una novela, que me pasaran muchas cosas, que viviera muchas cosas, esa era mi imaginaciรณn y pensaba que para eso habรญa que ser o millonario o revolucionario. Decidรญ escoger el camino de la Revoluciรณn. Claro, tambiรฉn era mรกs difรญcil emprender el camino de ser millonario. Lo bueno serรญa ser millonario y a la vez revolucionarioโ€ [rรญe]. Su vida fue, efectivamente, agitada y marcada por las luchas dentro del poder. Interpelado sobre el tema, cita a Marguerite Yourcenar y su Memorias de Adriano. El emperador Adriano โ€œera un dios porque podรญa con su sola voluntad disponer de la vida de los demรกs. Esa es la clave del poder, y la clave de la educaciรณn antipoder es ejercer el poder como una obligaciรณn moral. Yo he tenido esa experiencia y es desgarrador pensar que la vida y el destino de otros dependen de ti. Efectivamente, el que tiene el poder es un censor, porque si yo tenรญa dinero para producir siete pelรญculas pero tenรญa doce guiones, tenรญa que censurar tambiรฉn al decidir a cuรกles de ellas les iba a poner el dinero y a cuรกles no. Eso es censura tambiรฉn, eso es gobernar. Cuando Raรบl Castro estรก invirtiendo en el puerto del Mariel y no en el mercado mayorista que hace falta para desarrollar el sector privado y para que los cuentapropistas no tengan que robar, porque todos roban, estรก censurando y tomando una decisiรณn polรญtica, estรก ejerciendo un poder. ยกLas cosas que me han hecho decir! Ya no me importaโ€.

Rรกpidamente su memoria regresa varias dรฉcadas y salen a relucir sus desavenencias con el Partido Socialista Popular โ€“antiguo Partido Comunista de Cubaโ€“ al que culpa de imponer el estalinismo dentro de la Revoluciรณn: โ€œMuchos de los errores que se cometieron a inicios de la Revoluciรณn son responsabilidad de los miembros del partido, que no tenรญan mรกs mรฉritos que el de ser confiables, pero eran unos incapaces y estaban en todas partes. Algunos eran obreros con ninguna formaciรณn polรญtica, sin la mรกs mรญnima creatividad, era gente limpia y abnegada pero estaban deformados por el estalinismo, con una interpretaciรณn del marxismo que produjo una cosa que se llamรณ marxismo-leninismo, que no era otra cosa que la doctrina estalinista. Asรญ no se puede dirigir un paรญsโ€, concluye. Para Guevara, este partido habรญa perdido legitimidad tras haber construido una alianza con la dictadura de Fulgencio Batista: โ€œEl Partido Socialista Popular seguรญa las instrucciones de Stalin de crear un frente รบnico antifascista, y para instaurarlo en Cuba establecieron incluso una alianza con el dictador Fulgencio Batista. El libro Los fundamentos del socialismo en Cuba de Blas Roca, en el que acaba con la historia de Cuba, se habรญa publicado antes de la ediciรณn que seguramente ustedes conocen, que es la de 1961. Esa ediciรณn de la que hablo, que fue la primera, estaba dedicada a Fulgencio Batista. Eso no era condenable, porque estaba siguiendo la lรญnea de la Internacional Comunista, pero esa alianza los derrotรณ para siempre polรญticamente; el partido se manchรณ.โ€

Al referirse al impacto nefasto de las fรณrmulas estalinistas en el diseรฑo y manejo de la cultura en esos primeros aรฑos y sus intentos por imponer el llamado โ€œrealismo socialistaโ€, Guevara rememora la polรฉmica que estableciera con el secretario del partido, Blas Roca Calderรญo, quien en 1963 lanzรณ airadas crรญticas al ICAIC por proyectar en los cines de La Habana las pelรญculas La dolce vita de Federico Fellini, Accattone de Pier Paolo Pasolini, El รกngel exterminador de Luis Buรฑuel y Alias Gardelito de Lautaro Murรบa. En una carta que nunca se publicรณ entonces, sino muchos aรฑos despuรฉs en su libro ยฟY si fuera una huella?, Alfredo Guevara comparaba a Blas Roca con Stalin y Beria: โ€œYo creo que fui muy duro con รฉl entonces. ร‰l no era una mala persona, pero sรญ estaba muy aferrado al modelo y a la experiencia soviรฉtica que ellos consideraban triunfadora, y al final se demostrรณ que era un fracaso. La Internacional Comunista era el Partido Comunista Internacional, o sea que estaba mรกs allรก de las naciones mismas. Es un ideal al igual que el anarquismo, que el cristianismo. La Internacional era un Vaticano. Yo ya no creo en una globalizaciรณn partidista y en consignas que sirvan a todos por igual.โ€

Pero las ambiciones de los lรญderes del psp iban mรกs allรก de imponer criterios estรฉticos. A inicios de la dรฉcada de los sesenta coexistรญan en la cรบpula del poder al menos tres grupos bien diferenciados: el Movimiento 26 de Julio, dirigido por Fidel Castro; el Directorio Revolucionario, con una fuerte base estudiantil y de clase media, y el psp. Miembros de este partido, liderados por Anรญbal Escalante, intentaron aumentar su control sobre las instituciones โ€“entre ellas el ICAICโ€“ y desplazar del poder a los lรญderes del 26 de Julio, incluso a Fidel Castro, a quien consideraban un โ€œpequeรฑoburguรฉsโ€.*

โ€œPara hablar de la conspiraciรณn en el ICAIC tengo que hablar de Edith Garcรญa Buchaca, quien vive todavรญa y sigue fastidiando con mรกs de noventa aรฑos. Era la directora de la comisiรณn de cultura del psp y, a la vez, secretaria del Consejo Nacional de Cultura. Ella se habรญa planteado tomar el ICAIC con la anuencia de unos cuantos de sus fundadores, que se asombrarรญan si les dijera quiรฉnes eran. Fue al ICAIC como presidenta de la Comisiรณn Cultural del partido y dijo algo asรญ: โ€˜Fidel, como ustedes saben, nos estรก pasando el poder al partidoโ€™, lo cual era mentira porque yo estaba al lado de Fidel y de Celia Sรกnchez y ellos no sabรญan de esto. Ella siguiรณ hablando y me dijo que yo debรญa aceptar la presencia de un comisario polรญtico. Yo no puedo juzgarme ahora, debo de haber estado muy desconcertado. Le pedรญ un tiempo para pensar quรฉ decisiรณn tomar, si iba a renunciar o iba a aceptar al comisario polรญtico. Del ICAIC salรญ para la calle 11 en El Vedado, Fidel vivรญa ahรญ con Celia Sรกnchez, y en el momento que llego a la casa Fidel no estaba pero hablo con Celia y le cuento. Ella empezรณ a gritar y a decir malas palabras porque Celia era fuerte, y me dijo que eso estaba pasando en todo el paรญs. Me dijo que los sacara a todos โ€˜a patadas por el culoโ€™, โ€˜ยกnos tiene tomados los telรฉfonos, incluso el de aquรญ de la casa!โ€™, me dice. En ese momento me di cuenta de que lo que se conociรณ despuรฉs como la microfracciรณn estaba andado ya.

โ€Yo no hice lo que Celia me dijo. Cuando al cabo de los dรญas regresรณ a una reuniรณn en el ICAIC con Edith Garcรญa Buchaca, le dije que habรญa decidido renunciar, pero no ante ella, sino ante Fidel, a quien le iba a explicar lo que ella decรญa acerca del traspaso de poder al partido. En ese momento, ella empezรณ un recoge velas, que si esto, que si lo otro… Ella se fue y yo regresรฉ a mi despacho y me puse a pensar, y decidรญ que todos los que [se] me habรญan colado en el ICAIC se iban de allรญ. Iba a dejar solo a los que yo consideraba que eran cineastas o tenรญan potencial para serlo. Por ejemplo, a Santiago รlvarez lo dejรฉ de milagro porque en aquel momento no parecรญa que iba a ser el cineasta que fue, parecรญa mรกs un militantรณn [sic] que otra cosa; pero despuรฉs fue algo extraordinario.โ€

El 26 de marzo de 1962, Fidel Castro anunciaba ante las cรกmaras de televisiรณn la existencia de una corriente sectaria โ€“asรญ se prefiriรณ llamarle a la conspiraciรณnโ€“ al interior de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ori), que agrupaban a los miembros del Movimiento 26 de Julio, al Partido Socialista Popular y al Directorio Revolucionario. Aรฑos mรกs tarde, en 1968, el mismo Anรญbal Escalante volverรญa a estar involucrado en lo que se conociรณ en Cuba como la โ€œsegunda microfracciรณnโ€.

Al parecer, entre Anรญbal Escalante y Alfredo Guevara, quien provenรญa del 26 de Julio, existรญan serias contradicciones. โ€œEstoy seguro โ€“seรฑala Guevaraโ€“ de que si llega a triunfar Anรญbal Escalante, que intentรณ dos veces tomar el poder, yo no estarรญa vivo. Lo que no hizo la dictadura [de Fulgencio Batista] lo habrรญa hecho el partido, del cual fui militante en mi juventud. Anรญbal pretendรญa acusarme de agente de la inteligencia francesa, y comenzรณ a hacerme un expediente. Esto se basa en que, en una ocasiรณn, estando yo en Parรญs, se me acercรณ la inteligencia francesa para enviarle una informaciรณn a Fidel a travรฉs de mรญ. Asรญ se hizo, yo le traje los documentos a Fidel y รฉl me pidiรณ que se los diera al Che, quien estaba manejando el asunto de una conspiraciรณn que estaba en curso para frustrar una negociaciรณn azucarera cubana; y ello afectaba a Francia, que dependรญa en ese momento del azรบcar cubano. Esa conspiraciรณn la estaban llevando a cabo personas que estaban incluso en el Consejo de Ministros y con los que Fidel se reunรญa frecuentemente, pero Fidel, como buen estratega, sabรญa quiรฉn iba a ir renunciando y abandonando el paรญs. Anรญbal guardรณ toda la informaciรณn para conformarme un expediente que me desacreditara.โ€

Pero aunque Guevara insiste en distanciarse del psp, no dudรณ en utilizarlo para acabar con el proyecto โ€œLunes de Revoluciรณnโ€, encabezado por Carlos Franqui โ€“tambiรฉn miembro del 26 de Julioโ€“ y que agrupaba a varios intelectuales de renombre, entre ellos a Guillermo Cabrera Infante y Virgilio Piรฑera. En abril de 1961, Guevara aunรณ esfuerzos con Edith Garcรญa Buchaca para censurar el documental PM, realizado por Sabรก Cabrera Infante, hermano de Guillermo, y Orlando Jimรฉnez Leal. El filme documentaba una parte lรบdica y extravagante de la noche habanera, que permanecรญa desconectada del contexto de plaza sitiada y del discurso revolucionario del momento. La censura de este material desencadenarรญa acontecimientos cuya repercusiรณn serรญa muy negativa en la cultura cubana. En la entrevista Guevara confiesa que el asunto fue mรกs lejos de lo que รฉl habrรญa querido o imaginado. โ€œCon la experiencia que tengo hoy digo que no debรญ haberme prestado para eso, aunque yo no estaba de acuerdo con la distribuciรณn de PM porque estรกbamos en el preludio de Playa Girรณn; ya estaban las ametralladoras emplazadas en las azoteas y en las calles. Estรกbamos esperando una invasiรณn a Cuba. El problema es que el viejo partido se metiรณ de cabeza en el asunto y llevรณ las cosas mรกs lejos de lo que yo querรญa. Yo no tenรญa la experiencia que tuve despuรฉs, pude haber jugado mejor, pero no juguรฉ con toda la inteligencia. Pero aprendรญ a ser diabรณlico despuรฉs. Aunque asumo responsabilidad en el asunto, a lo que me neguรฉ fue a distribuir la pelรญcula en los cines, pero yo les entreguรฉ la copia.โ€

Un mes despuรฉs de nuestro รบltimo encuentro con Guevara, entrevistamos a una nonagenaria pero aรบn lรบcida Edith Garcรญa Buchaca en su casa, donde se encuentra recluida en prisiรณn domiciliaria desde 1964. De acuerdo con Garcรญa Buchaca, fue Alfredo Guevara quien se le acercรณ para manifestarle su preocupaciรณn por la exhibiciรณn de PM y solicitar su ayuda pues no querรญa prohibirlo รฉl directamente. Aunque ambos relatos no concuerdan en lo relativo a las cuotas de responsabilidad de cada quien, lo cierto es que Garcรญa Buchaca, con otros miembros del partido, convocรณ a una reuniรณn en Casa de las Amรฉricas para discutir el material y de esa reuniรณn saliรณ un documento que prohibรญa oficialmente, con la anuencia del ICAIC, la proyecciรณn y circulaciรณn del documental.

Sin embargo, la censura al documental PM fue solo el acontecimiento mรกs visible de una lucha que sucedรญa tras bambalinas por el control de los medios de comunicaciรณn. El propio Guevara da las pistas y cuenta tambiรฉn cรณmo asaltaron una de las televisoras mรกs importantes del paรญs, cuando el proceso de nacionalizaciones aรบn no habรญa sido planteado en la isla: โ€œMi problema con Franqui viene dado porque yo vi un interรฉs de รฉl en apoderarse de las televisoras; el Che tambiรฉn se dio cuenta de eso. Carlos Franqui sabรญa que aquel que dominara los medios podรญa obtener mucho poder y eso fue lo que tratรณ de hacer, pero gente clave de la Revoluciรณn comenzรณ a conspirar conmigo para adelantarnos a รฉl y asรญ fue. Asaltamos literalmente la televisora de Gaspar Pumarejo, que era el dueรฑo del Canal 12 que estaba en la calle Prado y tenรญa una salida por la parte de atrรกs. Ustedes me ven asรญ ahora pero yo era un joven calientico y con muchas posibilidades fรญsicas. Fui acompaรฑado de unos cuantos salvajes con mandarrias. Asaltamos aquello por la noche y en la maรฑana, cuando entraron las secretarias y el personal que trabajaba allรญ, se encontraron que yo era el nuevo Pumarejo. Ya tenรญamos dos televisoras. Esa noche me acompaรฑaron el Che, Ramiro Valdรฉs y el propio Raรบl. Esto lo estoy diciendo por primera vez.โ€

Al final, Alfredo Guevara acudiรณ directamente a Fidel Castro y cuenta: โ€œEntonces yo hablรฉ con รฉl y le planteรฉ mi preocupaciรณn con respecto a โ€˜Lunes de Revoluciรณnโ€™. Mi posiciรณn era que ellos no podรญan seguir hablando en nombre de toda la juventud intelectual del 26 de Julio y Fidel hizo lo que le dio la gana y convocรณ a las reuniones en la Biblioteca Nacional y dio el discurso famoso que se conoce como โ€˜Palabras a los intelectualesโ€™.โ€ Dicho discurso, cuya sentencia mรกs conocida es โ€œdentro de la Revoluciรณn todo, fuera de la Revoluciรณn nadaโ€, estableciรณ pรบblicamente el marco que, hasta la fecha, no solo ha regido el campo de la cultura sino tambiรฉn el de la polรญtica mรกs general. Guevara, no obstante, insiste en que Fidel solo buscaba dirimir las diferencias internas de miembros del 26 de Julio que se disputaban el campo cultural y, de paso, menciona que las ideas socialistas en Fidel se remontaban a mucho antes de 1959: โ€œPara mรญ โ€˜Palabras a los intelectualesโ€™ es una acciรณn de Fidel para tratar de mantener la unidad de la Revoluciรณn a un nivel superior; pero desde luego que ese es mi punto de vista. Todo esto es un enredo, no vayan a creer que esto fue fรกcil. Fidel no aceptaba ni acepta que dentro del movimiento 26 de Julio hubo divisiones internas. Y sรญ las habรญa, porque no todos en el 26 de Julio aceptaban las ideas socialistas. Fidel tenรญa las ideas socialistas incluso antes de embarcarse en el yate Granma, pero no las transmitรญa. Fidel era el cemento de todos nosotros, y tenรญa una idea clara de lo que debรญa ser la unidad, por eso las divisiones en el 26 de Julio nunca afloraron, nunca se supieron.โ€

Durante las primeras dรฉcadas de la Revoluciรณn, Alfredo Guevara supo navegar con acierto en las turbulentas aguas del poder. Al parecer, su cercanรญa a Fidel Castro lo mantuvo a flote ante las embestidas de algunos miembros del Partido Comunista en los aรฑos sucesivos. Sin embargo, en 1981, un altercado con Antonio Pรฉrez Herrero, quien supervisaba el campo de la cultura desde el burรณ polรญtico del Comitรฉ Central del partido, lo hace salir del ICAIC. Cuenta Guevara que el pretexto del altercado fue una polรฉmica que se dio a partir de Cecilia, una coproducciรณn cubano-espaรฑola que demandรณ grandes sumas de dinero: โ€œSe decรญa que yo habรญa dilapidado el presupuesto del ICAIC para producir esa pelรญcula y eso era mentira, porque esa pelรญcula recuperรณ la inversiรณn incluso antes de terminarse. Todo fue un montaje. En ese montaje estaba metido Antonio Pรฉrez Herrero; habรญamos tenido broncas tremendas que el propio Fidel conocรญa. Yo me reunรญ en un momento dado con Pรฉrez Herrero y le dije que no aceptaba los mรฉtodos que estaba utilizando en el รกrea de la cultura y le dije que si continuaba haciendo eso iba a provocar un problema para la Revoluciรณn. โ€˜Voy a tener que matarteโ€™, le dije en una ocasiรณn y saquรฉ mi pistola. Antonio Pรฉrez Herrero le llevรณ calumnias a Raรบl de mรญ, y Raรบl me llamรณ la atenciรณn y me dijo que Pรฉrez Herrero tenรญa unas grabaciones que me perjudicaban. En ese momento le dije a Raรบl que exigiera la grabaciรณn completa del material que รฉl habรญa recibido. Esa fue una de las causas que me llevaron a Parรญs… Fidel me pidiรณ que saliera del ICAIC y que no hiciera comentarios, que se supiera inmediatamente que me iba para la unesco.โ€

Luego de una dรฉcada en Parรญs, Fidel Castro le pide a Alfredo Guevara que regrese a dirigir el ICAIC, pero Guevara encuentra un nuevo escenario. Habรญa ya caรญdo el Muro de Berlรญn y, con รฉl, el gobierno cubano habรญa perdido sus principales socios econรณmicos, comerciales y polรญticos. En ese nuevo panorama de los aรฑos noventa, aquel viejo marco binario โ€“que redujo la cubanidad a estar dentro o fuera de la Revoluciรณnโ€“ comenzรณ a fracturarse. Una vez de regreso, Fidel Castro le pide que trabaje junto a รฉl en una nueva polรญtica dirigida a los emigrados cubanos en Miami para tratar de incentivar el consumo de estos en la isla.

Casi al finalizar la segunda entrevista, Guevara se veรญa ya un tanto fatigado. Convino que tocarรญa un tema mรกs, las reformas de Raรบl Castro, y luego harรญa una pausa hasta un prรณximo contacto, que nunca llegรณ a ocurrir. Se mostrรณ optimista ante las reformas, aunque realizรณ una extensa crรญtica al papel del Estado en Cuba: โ€œYo creรญa, incluso mucho antes de estos cambios que se estรกn dando y de la convocatoria al Congreso del Partido, que si se empezaba el desmantelamiento de un Estado que usurpa a la sociedad โ€“porque el Estado que ha sido creado en Cuba es usurpador de la sociedad, y la desburocratizaciรณn es un modo de desmantelarlo de modo realistaโ€“ resurgirรก entonces una sociedad civil que ya existe pero que estรก aletargada. Con eso se puede crear una sociedad civil que presione al Estado.โ€

Desde su posiciรณn muy cercana a Fidel y Raรบl Castro, Guevara confirma las versiones de quienes creen que las reformas no se han acelerado debido a la cautela que ha mostrado el general presidente, no solo para no cometer errores estratรฉgicos, sino para no incomodar a su hermano Fidel. Sobre esto dice: โ€œYo soy muy optimista, sigo creyendo a veces que de verdad vamos a cambiar. Y Raรบl es amigo mรญo personal y conoce a mi familia tambiรฉn, venรญan aquรญ a cenar y a estar con nosotros. Mi hijo siempre me interpela diciรฉndome que lo que yo le digo se lo he repetido muchas veces y que nada cambia, y tiene razรณn; pero yo sigo optimista, porque conozco muy bien a Fidel y a Raรบl. Creo que con Raรบl llegรณ el momento en que se pudiera transformar esta sociedad. Pero es que Fidel le tiene tanto miedo al capitalismo, a que toda su obra se desmorone, que Raรบl no quiere contradecirlo. Raรบl tiene que ir arrancando los cambios. Yo creo que ya รฉl arrancรณ tanto, tanto de lo que parecรญa mรกs difรญcil, que tal vez, si logra dar algunos pasos mรกs, ya los cambios que se necesitan puedan venir mรกs rรกpido. Yo se lo he dicho muchas veces a la cรบpula del gobierno, a la direcciรณn, ya no movilizamos a nadie porque la gente no se siente protagonista.โ€

Tambiรฉn se refiere a la inmovilidad de las estructuras del Partido Comunista, al que compara con la Iglesia: โ€œYo no veo diferencia alguna entre un cristiano y un socialista aquรญ en la Tierra; en el cielo, veremos […] ยฟCuรกl es la diferencia entre la organizaciรณn estructural de la Iglesia y la del partido? La pregunta me hace pensar en las cruzadas y en la Revoluciรณn tambiรฉn, porque la Revoluciรณn es el proyecto de imponer o propagar una idea en la conciencia de un individuo o de una colectividad. Ahรญ estรก la clave de que el proyecto socialista no haya funcionado, porque una cosa es proponer una idea al otro y otra cosa es imponerse al otro.โ€

Pero, aunque Guevara intenta presentarse como un miembro mรกs crรญtico y lรบcido de la รฉlite en el poder, su distanciamiento de la realidad de la isla se hace evidente y lo lleva a negar y relativizar el empobrecimiento que han sufrido grandes sectores de la poblaciรณn como consecuencia de la crisis de las รบltimas dos dรฉcadas: โ€œAlgunas veces, personas cercanas a mรญ me reclaman que nosotros no vemos la miseria, y no se dan cuenta que antes de la Revoluciรณn sรญ habรญa miseria. Me viene a la mente ahora un restaurante que estaba al costado del Capitolio, en esa cuadra que estรก entre el Gran Teatro de La Habana y las ruinas del Campoamor, donde les vendรญan a los niรฑos abandonados los cartuchos de las sobras de los platos en cinco centavos. Eso sรญ es miseria y entonces ahora le llaman miseria a la gente que vive en edificios de microbrigada con las tendederas en la calle y la gente medio en cueros. A mรญ no me pueden decir que esa miseria existe.โ€

Mucho mรกs sorprendente, por su descarnada franqueza, es su visiรณn del โ€œpuebloโ€, aquel en nombre del cual dirigiรณ instituciones, escribiรณ borradores de las primeras leyes revolucionarias y obtuvo una silla en el parlamento. Guevara, como Raรบl Castro en su discurso del 8 de julio en la Asamblea Nacional, sentรญa una gran decepciรณn del pueblo cubano y sus cualidades: โ€œDe todas maneras, y me lo creo, soy portador de una visiรณn casi mรญstica de mi paรญs y de mi pueblo, pueblo en el que no creo, no creo que mi pueblo valga la pena. Creo en sus potencialidades pero no en su calidad. A nosotros siempre nos han querido meter en el molde de la Uniรณn Soviรฉtica. Conversando con un intelectual francรฉs sobre las particularidades de Cuba en una ocasiรณn, yo lo querรญa convencer de que รฉramos muy diferentes y ese dรญa lo convencรญ, porque le dije: โ€˜Sal a la calle. ยฟTรบ crees que con esos culos y con esas licras alguien puede entender Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofรญa clรกsica alemana? ยฟTรบ crees que es posible eso?โ€™ Acto seguido se rio y me entendiรณ. Hay que tomar en cuenta el trรณpico, dios mรญo. En el trรณpico no se pueden aplicar ni siquiera las fรณrmulas mรกs puras de Carlos Marx.โ€

Sin embargo, a pesar de sus crรญticas y dudas, el anciano Guevara se resiste a hablar del fracaso del socialismo en Cuba. Puesto a juzgar, en definitiva, su propia vida, Alfredo Guevara prefiere creer que la Revoluciรณn y con ella algo de su propio legado tendrรก cabida en la Cuba del futuro: โ€œNunca ha existido el socialismo, tampoco en Cuba. En Cuba lo que hay es una sociedad mรกs solidaria, mรกs preocupada por lo social. Nuestro proyecto original ha sido deformado y la รบnica esperanza que nos queda es que tengamos la fuerza para cambiar, no la imagen sino la esencia estructural del proyecto. Si me equivoco, entonces habrรฉ perdido toda mi vida y serรก una novela como la he soรฑado, pero trรกgica. Porque lo รบnico que merecerรญa mi vida es que me suicidara.โ€ ~

*Vรฉase Raรบl Castro, โ€œInforme ante el Comitรฉ Central del partidoโ€, en Verde Olivo. ร“rgano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, aรฑo IX, nรบm. v, 4 de febrero de 1968, pp. sup. III-XV.

 

NOTA DE LA REDACCIร“N: En el siguiente reproductor pueden escucharse algunos fragmentos de la entrevista, gentilmente otorgados por los autores. 

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(Matanzas, Cuba, 1976) es ensayista, investigador, catedrรกtico y crรญtico. New York University.


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