Canta, diosa, la cólera funesta
De Aquiles el pelida que causó a los aqueos
Dolores incontables y lanzó a los infiernos
Las vidas valerosas de muchísimos héroes
Y presa de los cuervos y los perros las hizo.
Ilíada I, 1-6. Traducción de Julián Hernández
Empezó la poesía
Con una maldición en cinco versos.
En el primero se habla de “cólera funesta”.
En la línea tres surgen “dolores incontables”.
En la cuarta se arrojan “vidas a los infiernos”.
Llenan el quinto verso “los cuervos y los perros”.
Tenía que concluir en el desastre
Algo que se inició con mal agüero.
2. Frituras
Una sartén para freír pescado
Han hecho los cristianos con la estatua de Eros.
Aunque no fue su objeto nos vengaron:
Eros rampante siempre nos freía.
3. Declamaciones
Malhechor que destrozas mis versos indefensos
¿De qué te vengas si no te he hecho nada?
4. Ingeniosos
Admirar es el bien más alto.
El sarcasmo fomenta el odio.
Sin embargo, hablar mal de nuestros amigos
Se considera ingenio.
5. Historia de la humanidad
Del Caos salimos para hacernos polvo.
6. La farsa trágica
El mundo es teatro, nuestra vida farsa.
No la tomes en serio: aprende a actuar.
O si no paga el precio.
7. Vanidad de la codicia
Nací desnudo, moriré desnudo.
No tiene objeto codiciar riquezas.
8. El rastro
La Tierra es un inmenso matadero.
Allí aguarda la muerte a su rebaño
Lamentable: nosotros.
9. La ola
Duermas, comas, te alegres, te entristezcas,
Atrás de ti la ola se prepara
A hundirte para siempre.
10. Luto
No llores nunca a un muerto:
Logró escapar de la vida.
Tras la muerte el dolor no existe.
11. Fin de mundo
Los dioses ya no están.
Todo se quiebra
Cada día un poco más.
Hay en las bocas
Rumores mentirosos y verdaderos
De feroces mañanas
Y no obstante, lo peor
Jamás se anuncia.
12. Espectros
¿En la profunda noche estamos muertos
O en el sepulcro nos soñamos vivos?
Somos quizá los últimos vivientes
Pues ya todo
En el abismo se hunde,
Muerte es la vida y ya está muerto el mundo.
13. Nuevo día
En cada amanecer nuevamente nacemos.
Nuestra existencia toda ya se ha ido.
Lo que hicimos ayer está muy lejos.
El resto de la vida empieza hoy.
Con todo, no me duelo por mis años.
Los que se fueron ya no son mis años.
14. El cónsul de los muertos
Pasé la vida entera conversando
En la paz de los libros con los difuntos.
Traté de propagar la admiración
En una época desdeñosa.
Del principio al final tan solo he sido
El cónsul de los muertos. ~
Epigramas de la Antología griega. Aproximaciones de José Emilio Pacheco.
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Páladas de Alejandría, poeta del fin del mundo
Páladas nace y muere en Alejandría, en algún momento entre los años 309 y 430 de la era cristiana. Es un griego de África que ve aniquilada la cultura helenística, un pagano que sufre la imposición brutal del cristianismo, un alejandrino que observa cómo la ciudad fundada por Alejandro Magno para ser la síntesis de Oriente y Occidente desaparece bajo la nueva barbarie y poco a poco se hunde en el mar entre las ruinas de los dioses vencidos.
Atestigua otra destrucción de la Biblioteca de Alejandría, el martirio y asesinato de Hipatia, “estrella inmaculada de la sabiduría”, por el odio del salvaje patriarca a quien Roma canonizó como “san Cirilo”, la irrupción de los hunos (mongoles) y la entrada en Roma de los visigodos (germanos).
Páladas, en suma, es para nosotros el poeta actualísimo de otro fin de mundo. ~
– José Emilio Pacheco