Bicicletas

A medida que el costo social de usar el automóvil se ha puesto en evidencia, los méritos de la bicicleta se han vuelto más obvios.
AÑADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

La bicicleta se inventó en el siglo XIX como una curiosidad de lujo para adultos. Luego fue un vehículo de paseo. Después, un deporte de espectáculo en velódromos o carreteras, como el Torneo de Francia. Finalmente, ha sido un medio de transporte urbano, muy eficaz.

Según las tablas de la Wikipedia (“Energy efficiency in transport”) la bicicleta es el medio de transporte terrestre más eficiente. Las calorías usadas para recorrer un kilómetro en bicicleta son la mitad que caminando y trece veces menos que al moverse en un Toyota Plus.

Sin hablar del notable espectáculo que dan los autos rebasados por bicicletas en una congestión. Ni de los pasajeros que dejan su taxi para llegar más pronto a pie.

La bicicleta es además un pequeño capital creador de empleo. Hay anuncios que solicitan “muchacho con bicicleta”. Tema que Vittorio de Sica llevó a Ladrones de bicicletas.

Hay microempresarios ambulantes, como los afiladores de cuchillos y tijeras, que usan su bicicleta como una máquina herramienta. O los triciclos como tienditas que van ofreciendo su mercancía.

El invento maravilloso tuvo una gran demanda desde el principio. Según la Wikipedia (Histoire du vélo dans la société française), había en Francia 6,000 bicicletas en 1869; que aumentaron a 50,000 en 1890, un millón en 1900, 10 millones en 1939 y 27 en 2012. El precio de una bicicleta (medido en horas de salario obrero) bajó de 625 en 1891-1895 a la mitad (333) en 1906-1910 y a la décima parte (63) en 1930-1935.

Hay quizá 1,000 millones de bicicletas en el mundo; y cada año se producen 100 millones más. En México, en proporción a la población, serían 16 millones y una producción anual de 1.6 millones.

En México, abundan las bicicletas urbanas que cuestan entre $3,000 y $5,000: menos de un mes de salario mínimo; aunque hay bicicletas de carreras o de montaña que llegan a costar cien veces más.

Según el INEGI (Encuesta de origen – destino en hogares de la Ciudad de México, 2017), el 44.2% de los hogares tenía uno o más automóviles, el 14.9% bicicletas y el 4.4% motos. Pero sólo el 1.2% de los viajes se hacían en bicicleta.

Algo cambió en 2023 (a partir de la covid-19 y el temor al contagio en las aglomeraciones del transporte público), porque según la encuesta mundial en línea de Statista Consumer Insights (2023) sobre cuántas bicicletas se usan al menos dos veces por semana, el primer lugar le corresponde a Holanda (53% de las bicicletas) y el quinto a México (32%).

Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Bicicletas, la producción nacional ha venido a menos por la entrada al mercado de bicicletas chinas. En 2022 hubo una recuperación atípica, pero esperan para 2023 una producción de un millón de bicicletas de sus miembros y un tercio más de los no miembros.

Se atribuye a Henry Ford el sistema de producción en serie, pero ya existía en la producción de bicicletas. La verdadera aportación de Ford, señalada por Peter Drucker, fue diseñar un auto tan barato que sus obreros pudiesen comprarlo. No previó el costo social de tan generosa idea: la congestión y contaminación urbanas.

A medida que ese costo social se puso en evidencia, los méritos de la bicicleta se han vuelto más obvios. En 2022, la ONU acordó que el 3 de junio cada año se celebre como Día Mundial de la Bicicleta.

La bicicleta tiene limitaciones y problemas: La intemperie. Baja capacidad de carga. Vulnerabilidad en accidentes. Los automovilistas.

Muchos miden a las personas por el tamaño de su vehículo. La bicicleta y los peatones salen perdiendo. Peor aún: La bicicleta tiene un aire libertario. El automóvil da una sensación de poder, y al poder le ofende la libertad.

Muchos activistas han presionado en favor del ciclismo, en particular las ciclovías. Algo se ha hecho, pero falta mucho: más ciclovías, estacionamientos, alumbrado público.

Una buena iniciativa del gobierno de la Ciudad de México: Ecobici, un sistema de transporte público en bicicleta para usuarios registrados en línea (ecobici.cdmx.gob.mx). Se toma la bicicleta en una cicloestación y se deja en otra. La suscripción anual cuesta $521.

Hacen falta luces y reflectores delanteros, traseros y laterales que hagan más visible la bicicleta. Cornetas o timbres más sonoros. Aprender a frenar sin derrapar ni volcarse. Casco. Collarines Hövding, que se inflan al impacto como una bolsa de aire y protegen el cuello y la cabeza. ~

Publicado en Reforma el 25/VI/23.

+ posts

(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


    ×

    Selecciona el país o región donde quieres recibir tu revista: