Si se escribe una palabra larga con Times New Roman (por ejemplo: Tipografía) y la misma palabra con Arial en el renglón siguiente, salta a la vista que Arial parece más legible, pero ocupa más espacio. Y que los rasgos de las letras en Times New Roman (a diferencia de Arial) tienen ancho variable y rematan con adornos.
A) Los adornos son llamados en México patines. La Wikipedia los llama gracias, serifas, remates o terminales. Se usaron por primera vez en los letreros monumentales de la antigua Roma, grabados con cincel. Dicen que se originaron como límites marcados al artesano para no excederse al cincelar. Pueden verse en Google Imágenes bajo “Inscripciones romanas”.
B) Las letras sin patines se llaman de palo seco o de palo bastón, según la Wikipedia. En inglés se llaman sans-serif, que suena a francés, pero no se sabe de dónde viene, porque en francés se llaman linéales. En italiano el nombre es larguísimo: caratteri tipografici senza grazie (caracteres tipográficos sin gracias). El nombre en alemán acentúa la falta de gracias: Grotesk.
Las letras impresas sin patines son del siglo XIX. Fueron vistas como anómalas en la tradición tipográfica, pero hoy se usan hasta en alfabetos no latinos: griego, ruso, árabe, chino, japonés (pueden verse en www.1001fonts.com).
El arquitecto inglés John Soane (1753-1837), de gran influencia en el arte neoclásico, usó letras sin patines en sus planos. El lingüista francés Valentin Haüy (1745-1822), creador de la primera escuela para ciegos, inventó la escritura con relieve para ser leída con los dedos, y eliminó los patines para facilitar la identificación de cada letra. Su discípulo Louis Braille mejoró el invento transformando cada letra en una configuración de puntos: la escritura táctil que hoy lleva su nombre.
En el siglo XIX, hubo docenas de inventores de máquinas de escribir. En 1886, Ottmar Mergenthaler inventó el linotipo: una máquina de escribir con fundición de plomo que usa los tipos móviles, no para imprimir directamente, sino para formar renglones de una sola pieza de plomo, con los cuales se imprime. En la composición manual, el tipógrafo forma los renglones con letras pepenadas de los respectivos cajones, con gran rapidez, pero no tanta como la de teclear. Eso limitaba el número de páginas que podía tener un diario.
El linotipo facilitó el desarrollo de la gran prensa y la multiplicación de alfabetos tipográficos. Fueron los periódicos los que iniciaron el uso de las letras sin patines, aunque no en el texto de los artículos, sino en los titulares y anuncios. Todavía hoy, las letras sin patines son de uso periférico: encabezados, anuncios, carteles, etiquetas y señales de tráfico. Un libro impreso con tipografía sin patines no parece libro. Pero el uso se ha impuesto en la Wikipedia, Google y muchas otras cosas de la web.
Se ha dicho que los patines hacen la letra más legible. Carmen Moret-Tatay y Manuel Perea (“Do serifs provide an advantage in the recognition of written words?”, Journal of Cognitive Psychology, 23:5, 619-624, marzo de 2011) hicieron un experimento que demuestra lo contrario. En su opinión, los patines producen una especie de ruido visual que dificulta la lectura.
C) El ruido empeora si las letras, en vez de ser negras sobre fondo blanco, como es lo común, son amarillas sobre fondo blanco, por la falta de contraste. Y también si son blancas sobre fondo negro, porque tendemos a ver el blanco como fondo, no como forma. Esta “elegancia” ha proliferado en periódicos y revistas: la escritura blanca calada en plastas negras o de color que llaman la atención.
D) La escritura blanca calada es aún menos legible cuando la letra es chica y tiene patines. Parece que baila, que está borrosa, sucia o mal impresa. ¿Cómo explicar esta experiencia visual?
Quizá por un fenómeno de resolución óptica. A gran distancia, de noche, en carretera, las luces de un coche que se acerca se confunden, como si fueran una. A medida que se acerca, empiezan a distinguirse como dos. Pero, de lejos, no se sabe si viene un coche o una motocicleta.
Sucede lo mismo con el ancho variable de los rasgos de una letra con patines. Las partes finas son menos visibles, como si estuvieran más lejos. Las partes gruesas parecen estar más cerca. Debido a esto, las variaciones en el ancho de los rasgos se vuelven variaciones de la distancia necesaria para distinguir las partes finas con la misma claridad que las gruesas. De ahí resulta la imagen sucia, que parece moverse. Es como enfocar y desenfocar constantemente, como oscilar entre acercamientos y alejamientos.
E) Las letras sin patines no producen ese efecto, porque el ancho es uniforme y la distancia de resolución óptica es la misma en cualquier parte del texto.
Un diseño gráfico despiadado para el ojo lector usaría letras con patines blancas, pequeñas y caladas sobre fondo amarillo. Sin llegar a ese extremo, las páginas con plastas vistosas, pero ilegibles, son ahora comunes. ¿Por qué?
Quizá porque no todos los diseñadores gráficos son grandes lectores como Vicente Rojo. Muchos diseñan para el ojo que hojea, no para el ojo que lee. Arman páginas bonitas de ver (como carteles llamativos), pero difíciles de leer más allá de las fotos y los titulares.
Pero hay una gran diferencia entre leer un artículo y hojear páginas de una revista o periódico. No es lo mismo diseñar para el vistazo que para la lectura. ~
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.