Gramática de gorriones

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Los gorriones son ese tipo de gente

que perdió la guerra hace miles de años;

como castigo los despojaron a todos de su color;

cafés y beiges y grises se aferran a los esbeltos

tallos de carrizo en la ciénaga, y apenas y se ven

contra el oscilante pasto quemado.

Tengo que manejar dos horas a la costa,

cruzar los desnudos rastrojales de milpas pisoteadas,

las granjas desvencijadas y en ruina,

el agua en las acequias que está tan quieta y llena

bajo un cielo de octubre de dieciocho colores

–grises todos.

Cuando Emma dijo: “Me cambiaron los planes”,

y clavó la vista en sus manos; cuando Bethany dijo:

“Me quiere pero no bien”,

el día estaba siendo así en nuestros adentros: muy a destiempo:

Se-Renta-Casa, sin amueblar;

garaje con buzón destartalado;

café con vista al lago cerrado por razones personales.

Y los pájaros como soldados derrotados

ocultos entre matorrales que nos llegan al pecho.

Cuando los gorriones se alzan sin motivo aparente

y dan amplias y cortas vueltas contra el vasto cielo pálido,

¿qué tanta importancia puede tener?

Como si mi tristeza hubiese sido una especie amenazada,

como si mi ánimo fuera un área de humedales costeros

necesitados de protección federal,

un lugar en donde nunca se iría a planear un desarrollo,

pensado para siempre como un baldío.

Esto es lo que dejé atrás al ir hacia adelante.

Cada vez que siento que soy un bueno-para-nada

regreso aquí a pararme y a observarlo:

mojado y quieto como una huella en el lodo;

medio oculto entre los oscilantes ocres,

agachado como un asentimiento. ~

 

 

 

__________

Versión del inglés de Pedro Serrano.

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(Fort Bragg, Carolina del Norte, 1953) es poeta. Ha escrito, entre otros libros de poemas, Application for release from the dream


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