¿Cómo decidió escribir este libro?
Descubrí a Orwell cuando leí Que no muera la aspidistra, en mi juventud. Una de las razones es que yo me habría enamorado de un personaje como Gordon en esa época. Luego el personaje de Rosemary ha crecido. Empecé a leer mucho más Orwell y al final recorrí los veinte volúmenes de obras completas que ha editado Peter Davison, leí la mayoría de las cartas. Y leía y veía que en las biografías aparecía poco. Me preguntaba: ¿con qué tipo de mujer se quiso casar? Era un tipo raro. Y luego trabajaba con Christopher Hitchens en Vanity Fair. Él, claro, era muy fan de Orwell y le pregunté dónde había una biografía de Eileen. Me dijo: No hay. Deberías escribirla.
Eileen estudió literatura en Oxford, estaba haciendo un doctorado en psicología. Aunque deja su carrera cuando se casa.
Sí, iba sacándose el título sin mucho interés. Decidió claramente que esa sería su vida. No querría trabajar como psicóloga en Londres. Detestaba Londres, le encantaba el campo. Habla de eso: ir al campo, leer poemas. Era una mujer atractiva de 29 años, podría haberse casado e instalado, o podría haberse casado con otro investigador universitario. Pero le gustaba la idea de irse al campo y no depender del dinero. Él se enamoró de ella cuando escribía el libro de la aspidistra. Probablemente piensan en esa idea y en cuidarse el uno al otro, sin trabajos.
En las cartas que se conservan de ella hay sentido del humor, precisión en las descripciones, también en anotaciones en Marrakech…
La gente conservaba sus cartas. La madre de Orwell no guardaba las cartas de su hijo y las de Eileen sí. Lees las cartas de Orwell, y te habla de cuánta leche ha dado la cabra hoy, cosas así. Eileen tenía un toque ligero en lo que escribe. Es una pena que él no guardara sus cartas, es una tragedia. Las tiró. Y ella las de él.
Hay unas de Eileen dirigidas a su amiga Norah Myles que aparecen en 2005.
Fue un milagro. La gente que escribió las biografías de Orwell en 2003 no las tenía. Dan mucha información sobre quiénes eran, la cantidad de tiempo que estaban enfermos, es asombroso que pudieran hacer lo que hicieron.
Uno de los asuntos del libro es la influencia de Eileen en la carrera de su marido. Señala cómo la obra mejora tras el matrimonio, en 1936.
Sí. La gente dice: su escritura cambia, y buscan explicaciones. Pero un factor es que ella editaba, era una buena editora, había estudiado literatura en Oxford. Creo que mejoró su escritura. No estaba en 1984, claro.
Aunque usted especula con la idea de que Orwell pudo tomar el título de un poema de Eileen, “1984, end of the century”, que no se redescubrió hasta 2001 y que aparece en el libro.
No todo el mundo lo cree. Bernard Crick dijo que es una tontería. Pero tampoco tienen otra idea. Lo mejor que se les ocurrió fue decir que había una inversión, y que Orwell había convertido 1948 en 1984.
También fue muy importante en España, donde acompañó a Orwell en la Guerra Civil.
Charles Orr, un joven con el que coincidió allí, pensaba que era amable, gregaria y nada pretenciosa, y le caía mejor que Orwell, que a veces parecía más impreciso. Ella también era importante como persona que le ayudaba socialmente.
Tuvo una participación decisiva en Rebelión en la granja.
Cuando escribí el libro fui a ver a gente de la familia. Los tres contaban la misma historia: que era idea de Eileen que fuese una fábula. Nadie quiere creer eso porque nadie quiere creer que Orwell no fuera brillante él solo. Pero Quentin Kopp (el hijo del comandante Georges Kopp), Richard Blair (hijo adoptivo de Orwell) y Catherine Montagu me confirmaron eso. Orwell quería escribir un texto contra Stalin y ella es la que propone la forma.
En su vida hay episodios tensos y peligrosos, como en Barcelona. También hay infidelidades. Y un final triste, con ella muriendo joven en una operación mientras él está en Alemania…
Los dos parecían bastante libres de los celos sexuales. Eso podría ser otra razón de por qué estuvieron juntos tanto tiempo.
¿Cuánto tiempo le llevó escribir el libro?
Empecé en 2011. Cuando fui a Inglaterra a ver a D. J. Taylor, que había escrito una biografía en 2003. Y me habló de las cartas que se habían encontrado. Me presentó a Peter Davison y luego me puse en contacto con Richard Blair. Me invitó a su casa, le sorprendía que alguien estuviera interesado en su madre. Me enseñó fotos, me contó historias de su niñez. Tenía el apoyo de la familia. Trabajaba en Vanity Fair, así que no podía dedicar todo el tiempo al libro. Fui a España, a Inglaterra. Más o menos lo tendría en 2016. Y luego mi agente no encontraba un editor normal porque decían que no les interesaban las mujeres de gente famosa. Fui a Unbound.
Es llamativo el desinterés. Ella tuvo una vida agitada, influencia sobre él. Ahora diría que hay cierto interés por saber de esas parejas.
Los escritores inteligentes son gente brillante y normalmente se casan con mujeres brillantes. Quieren alguien con quien puedan hablar. No es raro que escogiera a alguien así. En mi generación es similar. Mi marido era semiconocido. Pasé gran parte de mi tiempo ayudándole, ni se me ocurría que yo podía hacer algo por mí. Publiqué algún artículo. Pero no pude escribir un libro como este mientras vivió.
Orwell se casó dos veces. Fueron dos matrimonios muy distintos. En el primero es un joven que quiere escribir, en el segundo es un escritor conocido que sabe que le queda poco de vida.
Hay muchos odiadores y enamorados de Sonia Orwell. Personalmente, siento mucha simpatía hacia ella. No creo que se casara con por la fama o el dinero. Él le dijo que ella prolongaría su vida. Creo que lo pensaba de verdad. Sonia dijo cosas muy amables sobre Eileen. Hilary Spurling, que escribió The girl from the fiction department, cree que Julia de 1984 está basada en Sonia.Yo no. No sabemos que hubieran tenido un affaire, mucho menos que Orwell estuviera enamorado de ella. La gente cree que está basada en ella porque lo dijo esta mujer. Pero creo que Julia se basa en varias novias. La pequeña casa, donde los dos hacen el amor, para mí es una referencia a la casa encima de la pequeña tienda con su dormitorio en el piso de arriba en lo que supuestamente era el momento más feliz de su vida. Para mí tiene todo el sentido.
Dice que hay partes de la casa donde el techo era demasiado bajo para él.
Sí. Fui a esa casa finalmente. Tres o cuatro veces lo intenté. Arriba podía estar de pie, en el estudio y el dormitorio. Pero abajo no. No lo considero un masoquista. No creo que quisiera sufrir. Parece disfrutar de muchas cosas. Hacer un gallinero le gusta, aunque no lo hace muy bien. Cocinar, en una época, cree que se le da bien pero los comensales discrepan (y luego la que cocinaba era Eileen). Mucha gente dice que era físicamente bastante torpe. No era un buen jinete, aunque llevó a Eileen a montar a caballo. ~
Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) es escritor y editor de Letras Libres. Su libro más reciente es 'El padre de tus hijos' (Literatura Random House, 2023).