Ilustraciones: Niklas Elmehed. © Nobel Media AB 2018

Dos mujeres con premios Nobel en ciencias no bastan

A pesar de los merecidos reconocimientos a Frances Arnold y Donna Strickland, la participación de las mujeres en los Nobel, y en las ciencias en general, es increíble e injustamente reducida.
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Antes del anuncio de los premios Nobel, Elizabeth Gibney escribía en Nature acerca de lo que están haciendo (y dejando de hacer) los premios Nobel para fomentar la diversidad. Para Gibney el argumento de que estos premios tienden a reconocer el trabajo de una época en que la representación de las mujeres y los investigadores no occidentales en la ciencia era incluso más baja que en la actualidad, no se sostiene ante los muchos estudios que muestran los sesgos sistémicos que hoy día existen en las ciencias.

Para cuando Gibney escribió este texto (antes de que se anunciaran los premios de este año), solo 18 mujeres en física, química y fisiológia/medicina habían recibido este reconocimiento.  

Esta semana, esos números cambiaron ligeramente. En física Donna Strickland (junto con Arthur Ashkin y Gérard Mourou) fue premiada por sus investigaciones sobre el láser que permitieron desarrollar herramientas utilizadas en la industria y la medicina. Strickland es la primera mujer en 55 años en ganar el Nobel de Física. Marie Curie lo ganó en 1903 y Maria Goeppert-Mayer en 1973. (Algunas biografías de Goeppert-Mayer parecen decididas o no dejar que su vocación científica la afee, como esta por ejemplo: Maria Goeppert-Mayer: La belleza de Göttingen).

En química, Frances Arnold (junto con George Smith y Gregory Winter) recibió el galardón por sus investigaciones sobre las estructuras de las enzimas y cómo pueden utilizarse en la elaboración de biocombustibles y nuevos productos farmacéuticos. Pero, ¡claro!, como mutar enzimas seguro también afea, en NBC News prefirieron llamar la atención sobre los logros de Arnold, señalando que “esta ganadora del Nobel sobrevivió a dos maridos, la pérdida de un hijo y el cáncer. Así tenemos lo mejor de todos los mundos: un Nobel y ¡el inicio de una telenovela!

A pesar de estos ¿logros? ¿merecidos reconocimientos?, la participación de las mujeres en los Nobel y en las ciencias es increíble e injustamente reducida.

Y sin duda, investigadores como Alessandro Strumia –quien piensa que “la física fue inventada y construida por hombres, no es por invitación“–no hacen sino mantener las barreras para que solo 28% de los investigadores existentes en el mundo sean mujeres (en México son el 33%). Pero, hay también en cada una de nosotras una inercia al estereotipo del que debemos escapar. Yo por ejemplo, esta semana, mientras me sumaba acaloradamente al #womeninSTEM[1] #womeninscience, convocaba a puras mujeres a hablar de un proyecto de niños. ¿Por qué? ¡Por inercia! Porque estando en el vórtice del estereotipo no te das cuenta de que estás ahí. Es entonces cuando necesitas que alguien te recuerde que: “los hombres también tienen hijos”; y que, así como no hay “temas con sensibilidad femenina”, tampoco hay “carreras de hombres”, que las niñas también son buenas en las matemáticas y que, si se te da la gana, puedes ser plomera, electricista o física, a la edad que sea, cuando sea.

 

 

[1] STEM: Science, Technology, Engineering, and Mathematics

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Es politóloga, periodista y editora. Todas las opiniones son a título personal.


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