LOS SIMPSON
Los Simpson es menos un programa de tele que un abono para la imaginaciรณn. De รฉl provienen bromas, frases hechas, memes, imรกgenes que repetimos en el mejor momento. Vรฉase, por ejemplo, este snowclone o lugar comรบn: “I, for one, welcome our new X overlords”, donde X puede ser:
I, for one, welcome our new bake sale overlords
I, for one, welcome our new robot overlords
I, for one, welcome our new bloated, bloodsucking, disease bearing overlords…
O, literalmente, miles de variaciones sobre el tema. ¿La fuente? Por supuesto que Los Simpson. (La referencia: Homero en el espacio exterior, T05E15; lo dice Kent Brockman: “I, for one, welcome our new insect overlords”.) Lo mismo para “No lloren por mรญ, yo ya estoy X”, proveniente de Poncachondas, la pelรญcula de Barney Gรณmez, “¿Alguien puede pensar en los niรฑos?”, clamor de Magda Alegrรญa, “Perfectirijillo”, que nadie podrรก robarle nunca a Ned Flanders… Los Simpson no estรก en los genes, pero casi. Bart, Lisa u Homero nos son mรกs familiares que muchos familiares. Despuรฉs de aรฑos sin verlos los reconocemos, asรญ sea como imรกgenes o reflejos un tanto deformes de nuestro recuerdo. Porque es cierto: a partir del aรฑo 2000, mรกs o menos, la primera generaciรณn de adictos –me incluyo– los excluyรณ de sus necesidades, tal vez con razรณn, cuando menos hasta la apariciรณn de la casi siempre lograda Simpsons movie en 2007. O acaso los Simpson nos abandonaron a nosotros: su humor bully comenzรณ por discrepar con el humor insano pero afectivo de las primeras temporadas y era tambiรฉn una forma de decir: Ya somos otros.
Estรก bien que asรญ sea. Los Simpson es menos un programa de tele que un organismo, una cosa que crece y vive con nosotros. Es tan vasto –en julio de 2012, su wiki tenรญa 8284 artรญculos– que es mรกs fรกcil ponderarlo por temporadas que por episodios. Aquรญ mi selecciรณn de la uno a la diez, en orden creciente:
1o. Temporada 1: Vista ahora: visualmente tosca, sin direcciรณn, sin la agudeza que รญbamos a terminar por esperar. Ya hay, sin embargo, el embriรณn de grandeza pop en capรญtulos como ‘Bart el general’ o el Bart ninja de ‘La cabeza delatora’.
9. Temporada 10. Como es sabido, esta es la temporada donde comenzรณ el รฉxodo de la primera generaciรณn. Pero un gran momento de la dรฉcima de Los Simpson –ejemplo: el jipismo de Homero en ‘D’oh-In’ in the Wind’– sigue siendo mejor que, digamos, todo el humorismo actual de la televisiรณn mexicana. De calle.
8. Temporada 9. Loca, rarรญsima y a veces francamente molesta. ¿El mejor gag de la temporada? Milhouse: “Tengo tanta hambre que comerรญa en Arby’s.” (‘El autobรบs’, perversiรณn de El seรฑor de las moscas.)
7. Temporada 7. Grandes capรญtulos (‘Bart vende su alma’, ‘Lisa, la vegetariana’) mezclados con un par de grandes errores (‘El mal vecino’, con George W. Bush, ’22 cortos sobre Springfield’: ambos, buenas ideas desperdiciadas).
6. Temporada 8. Delirio en full swing, locura, conversaciรณn directa con el televidente; ademรกs, Homero aรบn no es un patรกn irredimible. Dos joyas: ‘Bart de noche’ (el de la Maison Derriรจre y uno de los grandes nรบmeros musicales de la serie: We put the ‘spring’ in Springfield), ‘El show de Tomy y Daly y Poochie’.
5. Temporada 2. Los Simpson todavรญa no era Los Simpson pero estaba a punto de serlo. Ya estรกn los episodios entraรฑables –‘Bart reprueba’, ‘La guerra de los Simpson’–, la referencia pop –las escaleras de De entre los muertos en ‘El รบltimo tren’–; falta nada mรกs la perfecciรณn tรฉcnica.
4. Temporada 6. El primer ascenso de la serie hacia las montaรฑas de la locura –n ejemplo: el capรญtulo de los Magios (‘Homero el Grande’), con sus excesos de irrealidad– pero aรบn con un pie en la capacidad afectiva –ejemplo: el encantador ‘Lisa sobre hielo’, con las guerras de hockey entre Lisa la portera y Bart el delantero.
3. Temporada 4. Una temporada redonda, sin aristas o baches. ‘Kampo Krusty’, con su escapada al lugar mรกs divertido del mundo (Tijuana, para quienes no lo sepan), ‘Un tranvรญa llamado Marge’, ‘Homero hereje’, donde Dios le revela la verdad del universo a Homero, ‘Don Barredora’, con el mejor peor rap de la Historia.
2. Temporada 3. Una de las cosas mรกs conmovedoras y divertidas que se han visto en televisiรณn –mejor dicho: en cualquier arte. ‘Papรก estรก loco’ (con Michael Jackson), ‘El perro de Bart reprueba’, ‘El dรญa que cayรณ Flanders’, ‘Llamarada Moe’, ‘Bart, el amante’ (el de Krabappel y la gran lรญnea para el truene: “Bienvenida a Botadero. Poblaciรณn: Tรบ.”). El catรกlogo: una carcajada y una ruptura del corazรณn.
1. Temporada 5. รchense este trompo a la uรฑa: ‘La รบltima tentaciรณn de Homero’, ‘Lisa contra la Beibi Malibรบ’, ‘Homero va a la universidad’, ‘Homero en el espacio profundo’, ‘El oso de Burns’, ‘Homero y Apu’, ‘Cabo de miedosos’ y, sรญ, ‘El cuarteto de Homero’. Aquรญ es donde Kent Brockman dice: “I, for one, welcome our new insect overlords.” Una temporada perfecta: รญntima, musical, juguetona, chiflada.
Dice Borges de Shakespeare que es menos un literato que un literatura. Parejamente, Los Simpson es menos un programa que una televisiรณn completa: con su comedia, su horror, su gรฉnero criminal, su drama y su melodrama.
COMMUNITY
Community, ya lo hemos dicho en este blog un par de veces, es quizรก la mejor serie de comedia que se estรฉ transmitiendo actualmente. Su ascenso, aunque irregular, ha sido meteรณrico: de una comedia con algunos chispazos y simpatรญa se convirtiรณ en un enorme y entraรฑable artefacto narrativo con referencias y meta referencias hacia todo lo que hayamos podido –o no– ver en el cine y la televisiรณn desde… ¿siempre?
Varios argumentos podemos esgrimir para defender a Community, aunque quizรก la serie no necesite una defensa tan construida. A diferencia de Los Simpsons, Community no conoce –¿aรบn?– el declive: sus brevรญsimas tres temporadas apenas le han dado tiempo para mostrar algunos de los alcances de su potencial. Cierto: la serie es un poco hija de la obra de Groening, pero no en un sentido negativo: por el contrario, toma sus aportes y los expande, los maximiza. Ya en Los Simpsons estaba la parodia hacia cualquier parte, el uso desenfrenado del aporte popero; Community lleva todo esto un paso mรกs allรก.
La serie ha logrado construir episodios enteros a partir de un solo referente: Modern Warfare es quizรก el mรกs logrado a la fecha. Una autรฉntica gozada, Community se regocija en sรญ misma y sus referentes. Y si hay una cosa que impresione de ella es su erudiciรณn, sรณlo comparable con dos series: Los Simpsons y, una que se mantiene en un triste sitio de desconocimiento popular: Spaced. Esta fue la primera incursiรณn notable de Edgar Wright –el director de Scott Pilgrim y Shaun of the dead, obras cumbres de los referentes–, sus parodias, argumentales y narrativas, establecen de alguna forma la continuaciรณn de Los Simpsons y el precedente de Community. El progreso de la serie fue gradual pero constante; el primer episodio no da muchas seรฑas acerca del rumbo que tomarรก. Asรญ, mientras el piloto establece que Jeff Winger serรก el gandalla galรกn del grupo, Abed el raro obsesionado con la televisiรณn o Shirley la cristiana afroamericana, los episodios posteriores toman cada una de estas caracterรญsticas y las extrapolan a grado tal que se convierten en el leitmotiv de uno –o varios– capรญtulos.
El giro mรกs interesante del show debe ser aquel en el que, de alguna forma, el espรญritu referencial, obsesivo y meta ficticio de Abed tomรณ control de alguna forma de las lรญneas argumentales. Estos aportes se reflejaron como pocos en la tercera temporada. Si antes de eso Community era una serie con episodios aislados, que funcionaban como parte de un todo a veces sรญ y a veces no, en la temporada reciรฉn terminada. Bellos momentos de la serie: el episodio del videojuego en 8 bits, el episodio de La ley y el orden, las siete lรญneas temporales de Remedial Chaos Theory. Al contrario de Los Simpsons, que pueden entenderse como piezas aisladas de un todo que funciona perfectamente aรบn en ausencia de uno de esos elementos, Community comenzรณ a refinar su narrativa, su argumento; se alejรณ de ese modelo de televisiรณn que se inclinaba por el capรญtulo como un divertimento y nada mรกs y se acercรณ a la nueva televisiรณn: una serie cuya รบltima temporada cuenta con un gran arco –Evil Abed, la locura del seรฑor Chang– y donde cada capรญtulo representa un avance hacia la culminaciรณn de ese arco.
Community tiene contra Los Simpsons dos ventajas: la primera, ya explicada, es dar el siguiente paso narrativo de la serie de televisiรณn, refinรกndose y haciรฉndose mรกs compleja; la segunda es que sus personajes crecen. A diferencia de la serie de Matt Groening, protagonizada por dibujos animados y con un mรบltiple equipo de guionistas que en algรบn momento decidieron mantener a los personajes con la misma edad por siempre –salvo pequeรฑos momentos o intertextos en los que no es asรญ–, Dan Harmon y el equipo de Community optaron por crecer, por permitir que el tiempo y las vivencias que pasen sobre cada uno de sus personajes dejen sentir su efecto en cada uno de ellos. Asรญ, el Abed del รบltimo episodio de la tercera temporada es claramente distinto de aquel que apareciรณ en el primero: cosas le han pasado y cosas lo han hecho cambiar. No se puede decir eso con tal firmeza de Homero: es verdad, no es el mismo, pero el cambio no representa necesariamente un avance o un retroceso palpable: es sรณlo otro Homero, distinto; las acciones, traumas, aventuras y festejos que ha vivido y padecido no han hecho mella en รฉl. Es otro Homero no por acciรณn del crecimiento o la memoria, sino porque ha cambiado de guionistas –y esto es notorio.
Podrรญa parecer aventurado y hasta sacrรญlego afirmar categรณricamente que Community es mejor serie que Los Simpsons: en los recuerdos de todos estรกn esas temporadas perfectas –la quinta, la tercera–, pero la memoria es selectiva y tramposa y hace que el cariรฑo que le tenemos empaรฑe los recuerdos de episodios mรกs recientes; nos hace olvidar el clarรญsimo declive que ha sufrido de forma casi ininterrumpida, sin escalas. Sus creadores se han negado prolongadamente a terminarla y han arruinado, asรญ, una obra que pudo considerarse en conjunto como perfecta.Community, por otra parte, estรก por comenzar su cuarta temporada despuรฉs de una tercera que fue casi perfecta. Si detuviรฉramos en este momento ambos shows e intentรกramos pesar en una balanza sus mejores y peores episodios, Community saldrรญa ganando: su brevedad y consistencia pesarรญan mรกs que la incapacidad para detenerse de los propios Simpsons.
GANADOR: Los Simpson, por supuesto.
Escritor. Autor de los cรณmics Gabriel en su laberinto y Una gran chica (2012)