Arturo González Villaseñor retrata la vida cotidiana de las Patronas. Este grupo de mujeres proporciona alimentos a los migrantes centroamericanos que, a bordo del tren de carga conocido como la Bestia, pasan por Veracruz en su viaje hacia Estados Unidos. La cinta muestra que para ejercer la empatía no hace falta pedir permiso, y que la solidaridad cotidiana puede hacer un mundo de diferencia.