Louie: ‘In the Woods’

'In the woods' es "una película" que sólo funciona realmente como parte de un serial. Para movernos a un léxico más asociado al cine, es una "precuela" de los episodios anteriores. 
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Daniel Krauze. Alonso y Luis dicen envidiarme porque esta semana me tocó empezar el intercambio. Yo les confieso que no quiero. ¿Cómo abordar un doble capítulo tan sui géneris; el momento en el que una serie abandona su formato por completo? A fe mía que ningún otro programa ha hecho lo que Louie intenta hacer aquí. Temo quedarme corto. Fallarle.

Empiezo así:

'In the woods' es una película.

Desde acá puedo ver a Ruvalcaba contener el bostezo y a Reséndiz preparar su réplica, pero eso pienso. Mi observación no va en detrimento del resto de la serie. No solo eso: creo que es útil para analizar el capítulo. Estoy seguro que abordarlo como una película le hace justicia y en un futuro permitirá que los espectadores puedan disfrutarlo sin tener que ver el resto de Louie. Déjenme, pues, analizar este doblete desde esa perspectiva.

Ya quisiera The Perks of Being a Wallflower o The Way, Way Back tener la naturalidad de los intercambios entre Louie y sus amigos, la matizada y rica relación del protagonista con su madre y, sobre todo, la sencillez del conflicto central: un niño solitario le roba equipo de laboratorio a su entrañable profesor de química para comprar droga y ganarse un lugar dentro de la escuela. Como coming of age story, es admirable la dureza con la que “In the woods” observa a los adolescentes y la honestidad –rarísima en este tipo de historias- con la que acepta no tener ninguna respuesta cómoda. El descenso amoral de Louie es un retrato exacto del descenso amoral que caracteriza tantas adolescencias. No hay motivos claros y, desde un tamiz adulto, los que hay parecen insuficientes: anestesiarse, divertirse, ser el organizador de las fiestas y (quizás la única motivación sólida) rebelarse contra el único hombre que parece confiar en su valía como ser humano. La levedad de los impulsos de Louie me parece acertadísima: así son los niños y los adolescentes. Por eso el final, cuando un simplón psicoanalista le recomienda culpar al divorcio de sus padres por sus delitos, resulta tan descorazonador. Al igual que Louie, nosotros sabemos que esa justificación es una idiotez: una prueba más de que, para un adulto, la niñez es una isla infranqueable.

Como en toda gran película sobre la infancia/adolescencia, y aquí incluyo a L´Enfance Nue y Mi Vida Como Un Perro (que siempre menciono), los impulsos son vagos pero concretas las consecuencias de los actos. En ningún momento queda más claro que en dos extraordinarias charlas, con el director del colegio (“esto que hiciste te perseguirá más adelante”, conmina, acertadamente) y con Jeremy Renner, en el mejor papel de toda su carrera. Ya le tocará a Reséndiz hablar de la destreza formal con la que CK narra. Por lo pronto, yo me quedo con los diálogos y, sí, la esencia de esos pasajes: vaya dolorosa entrada al universo de los adultos, a la exoneración que concede un mundo que no sabe de justicia, al castigo impartido por nuestras propias, endebles fibras morales.

En función de la serie, me pareció que “In the woods” es el primer capítulo donde se siente un peligro auténtico. Aquí, Louie deja de ser una comedia.

Porciertos:

-Recordemos la diatriba que Louis CK llevó a cabo a través de su twitter contra la educación en Estados Unidos. El personaje del profesor de química es la antítesis de todo lo que aborrece. Un maestro flexible, lúdico y noble. (Y trágico).

-Bemoles: el personaje del hermano mayor y todo su cursilísimo discurso: Mom is sick! You´re losers!. Meh. Louie es más sutil. Quizás también hubiera valido la pena bajarle unos decibeles al drama en casa. Mamá sola y triste frente al comedor es un cliché que CK debería saber esquivar. Lo mismo va para el enfrentamiento con el papá. ¿No te he visto en un mes y ahora vienes a decirme qué hacer con mi vida? Perdónenme, muchachos, pero me sonó a telenovela. CK es mejor escritor que eso.

-¿Qué onda con F. Murray Abraham interpretando al padre y al tío (y a otro personaje)? ¿Qué pasa? ¿Es una especie de botarga genérica de su subconsciente, como si todos los hombres incómodos de su pasado tuvieran el mismo rostro? Curioso. 

 

Luis Reséndiz. A diferencia de lo que cree Daniel, yo estoy de acuerdo con él: 'In the Woods' es un largometraje en forma. Uno de los más padres que he visto en este año, y una de las películas coming of age que más me han gustado.

¿Alguien más sintió que estaba viendo algo que podría haber salido de la mano del Gus van Sant que filmó Paranoid Park? Las tomas largas –otra vez, como ya es tradición–, el núcleo "criminal" del conflicto –relativizado en ambas–, la entrada al mundo "adulto" a través de acciones moralmente cuestionables. Hasta el Louis C.K. adolescente bien pudo estar casteado en esa cinta de van Sant, espigado como es. Algo, también, hay del Cameron Crowe de Casi Famosos, pero arrebatándole casi toda la cursilería y dejando el descubrimiento del mundo vía las drogas, el compañerismo y la música.

Gabriel Zaid comentó en alguna ocasión sobre los Avatares barrocos del romance (de Góngora a Sor Juana), ¡de 93 páginas!, "¿Qué le pasará a Alatorre, que para publicar un libro lo disfraza de artículo?" (1) Lo mismo podríamos increparle a Louis C.K.: ¿Qué le pasará a Louie, que para estrenar una película la disfraza de serie? Y una respuesta posible sería pensar en que esa acción, junto a la división en seis partes de 'Elevator' (algo que yo solo había visto en series animadas), está reventando el formato televisivo. 'In the woods' vuela alto, pero ya mejor ni digo que es "el punto más alto" o "el mejor momento": eso dije de 'Elevator' y, un episodio después de su final, me veo obligado a callarme la boca.

Porciertos:

1) De acuerdo con Daniel: enorme Jeremy Renner. Su actuación tiene detalles muy ricos: la voz pletórica de texturas, la maña del dealer experimentado. Gran personaje –lástima que, seguramente, no lo volveremos a ver. Lo bueno dura poco.

2) La manera de filmar la conversación del 'Fuck you' convirtió en monólogo el desplante de Louie; aunque no es del todo extraño, me pareció curiosa la ausencia de reaction shot: una inteligente y económica decisión.

3) Rodrigo Rothschild (@Rotch, para los cuates) nos recordó esta escena en twitter: Louie, fumador de mariguana desde la primera temporada. "Yo fumaba mucho hasta que crecí, dice": la hilación entre ese momento y 'In the woods' nos hace reconsiderar la continuidad de la serie: clic. Y bueno, de botanita: 'Smoking Pot', la pieza de Live at Beacon Theatre donde Louis C.K. –el actor que interpreta a Louie C.K.– habla de la mota.

(1) Alatorre relata la anécdota en la introducción a El sueño erótico en la poesía española del siglo de oro.

 

Alonso Ruvalcaba. Dos puntos. El primero: todo recuerdo es, al menos en parte, ficción. Muchas veces decimos: no sé si recuerdo el hecho o recuerdo la última vez que lo recordé. El presente es un instante que inmediatamente pasa a convertirse en pasado y (para los seres humanos) en recuerdo y por tanto, al menos en parte, en ficción. Nuestra mente trabaja los recuerdos, los modifica, los recontextualiza siguiendo sus propios sesgos. La cuarta temporada de Louie ha decidido investigar, entre al menos dos grandes asuntos más (la opresión de las mujeres por los prejuicios masculinos, el deplorable estado de la educación en Estados Unidos), esos límites de ficción, realidad, recuerdo, sueño.

Creo que una de las formas innovadoras en que CK lleva a cabo esa investigación es en el casting e 'In the woods' es donde hemos podido ver más clara y sorprendentemente los resultados de este trabajo. No es desatinado, creo, el símil de Krauze: F. Murray Abraham sí parece una suerte de botarga mental, subjetiva, que representa (especulo nomás) menos "los hombres incómodos" que la extrañeza con que Louie ve a una parte oscura, ominosa de su familia. Abraham nunca ocupa en Louie el semblante melancólico de su persona –al que recurre tan agudamente en The Grand Budapest Hotel de Wes Anderson– sino su perfil siniestro, con algo como salido del ocultismo –al que recurrió, por ejemplo, para construir las primeras apariciones de su personaje en Homeland, Dar Adal. 

Josh Hamilton aparece en la primera temporada de Louie como el vecino forever, pachequísimo, y en 'In the woods' reincide como un trabajador social que sabe que la mota no va a matarlo. Amy Landecker había interpretado tanto a un ligue como a la madre de Louie (episodios: 'Bully' y el impresionante 'God'). Acá regresa como su madre. CK dijo alguna vez que no estaba asociando al ligue y a la madre con su elección actoral, y puede ser que no mintiera. Pero el hecho es que esas dos mujeres son idénticas, y esa identidad contribuye rareza, subjetividad, cualidad onírica a la textura –de por sí neblinosa– de 'In the woods'.

Lo cual me lleva al segundo punto: sí, 'In the woods' es "una película" pero una película que sólo funciona realmente como parte de un serial. Digamos, para movernos a un léxico más asociado al cine, que es una "precuela" de los episodios anteriores. Los detalles mencionados de casting sólo son relevantes si responden a las temporadas pasadas. El casting mismo del joven Louie se sirve de la serialización: uno de los placeres de ver al estupendo actor Devin Druid es la puntería con que da en el blanco de ciertos modales del viejo Louie. 'In the woods' es una película, un episodio de una serie y probablemente otras cosas. Si tiene imitadores, podría ser un punto de giro para la historia de la televisión.

Porcierto:

·David Lynch es un nombre que hemos mencionado más de una vez en estos recaps. Le toca mención también aquí pues él ha estado investigando los límites del casting al menos desde Lost highway. En Mulholland Drive (2001), recordarán, actores y actrices cambian de personaje según la zona de subjetividad en que se encuentran. Incluso el nombre de la protagonista es desplazado en algún momento.

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