Seguir viviendo en medio de la violencia

Seguir Viviendo, tercer largometraje de Alejandra Sánchez, mezcla el documental y la ficción para abordar la corrupción y la violencia en Ciudad Juárez. 
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En el año 2006 Alejandra Sánchez y José Antonio Cordero estrenaron el documental Bajo Juárez: La ciudad devorando a sus hijas, que se convertiría en un trabajo fundamental para tratar de entender la historia de los feminicidios en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, dando la pauta para el que ahora es el tercer largometraje de Sánchez, Seguir viviendo (2014).

Durante la filmación de Bajo Juárez, la directora conoció a la activista Norma Andrade, madre de una mujer asesinada. Al sufrir un atentado contra su vida, Andrade envió a sus nietos, Jade y Kaleb, a la Ciudad de México a resguardarse mientras disminuye el peligro; el refugio en la Ciudad de México fue la casa de la cineasta Alejandra Sanchez. En Seguir viviendo, la directora recrea el recorrido de los hermanos Jade y Kaleb desde Ciudad Juárez hasta la capital del país, acompañados por una periodista, quien a su vez sufrió la pérdida de su hijo fallecido en un accidente automovilístico.

Si desde hace una década muchos directores de cine latinoamericanos se desplazan sobre la delgada línea entre el cine de ficción y documental – ejemplo claro es el cine del prolífico mexicano Nicolás Pereda, quien conjuga ambos géneros de manera constante- en Seguir viviendo Sánchez mantiene una postura clara ante los géneros: la cinta comienza con material de archivo de la infancia de Jade y Kaleb, recurso que se utiliza en otras ocasiones, y además realiza entrevistas con los actores y verdaderos protagonistas de la historia (los actores son los reales Jade y Kaleb). La directora presenta estos hechos con claridad. En este largometraje, la línea que divide el cine documental y de ficción es muy evidente, recurso narrativo empleado también en la cinta británica Camino a Guantamano (Director: Michael Winterbottom, 2006) y que sirve como referente.

Seguir viviendo no utiliza el morbo como instrumento narrativo a pesar de tenerlos a la mano: feminicidios, corrupción, y lo que Ciudad Juárez trágicamente significa. La directora decide recrear en esta road movie una oda al exilio forzado al que están expuestos los activistas sociales en México, y lo logra de manera inesperada para un espectador que siempre espera lo peor. Jade y Kaleb son enviados a la Ciudad de México con una periodista llamada Martha (interpretada por Nora Huerta, quien obtuvo el premio Ariel como actriz revelación por esta cinta). Durante el trayecto, los tres viven su luto de manera diferente, ellos con rencor ante un futuro inmediato incierto (su abuela hospitalizada baraja la posibilidad de sacarlos del país), y ella en silencio.

En Seguir viviendo nunca llega a pasar algo terrible, porque lo terrible ya sucedió -la cinta comienza justo después del atentado a Norma y no se recrea-; o porque lo terrible sucede a diario en un país impune, pero el camino que construimos para seguir viviendo es lo que queda.

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Gestor cultural y periodista. Director del Vancouver Latin American Film Festival.


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