To ve(gan) or not to ve(gan)

Hay razones de peso para seguir una dieta libre de proteรญnas animales, entre ellas el impacto social y ambiental de la industria agrรญcola y ganadera, del que no se habla suficiente.
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Aunque nos cueste reconocerlo, hay razones de peso para seguir una dieta libre de proteรญnas animales, entre ellas el impacto social y ambiental de la industria agrรญcola y ganadera del que no se habla suficiente.

Consideremos que se requieren 2,365 litros de agua para producir una sola hamburguesa –el equivalente al agua que se consume en dos meses de duchas –1,800 litros para producir una libra (o 450gr) de huevo y cerca de 3,400 para la misma cantidad de queso; que el desarrollo de animales domรฉsticos para consumo humano es la principal causa del deterioro de los ocรฉanos, la contaminaciรณn del agua, de la extinciรณn de especies y que la destrucciรณn del hรกbitat se debe principalmente al sobrepastoreo y a la agricultura para consumo animal.

Datos como estos son arrojados por Cowspiracy: The Sustainability Secret (2015), un documental que subraya los graves efectos de esta industria frecuentemente ignorada como una de las principales causas del deterioro ambiental. La cinta documenta la bรบsqueda de un ambientalista, converso a partir de An Inconvenient Truth (2006), por saber quรฉ detiene a organizaciones como Greenpeace de incluir a la agroindustria dentro del debate medioambiental, y entre mรกs indaga mรกs sorprendente resulta la omisiรณn.

Cowspiracy afirma que el impacto que la industria ganadera tiene en el medio ambiente es mayor que el de cualquier otra, incluidos los biocombustibles fรณsiles y la electricidad. Una de sus fuentes, el reporte “Livestock´s long shadow” de la Organizaciรณn de las Naciones Unidas para la Alimentaciรณn y la Agricultura (FAO) de 2009, asegura que la agricultura animal es responsable del 18% de la emisiรณn de gases de efecto invernadero  –aunque otros estudios afirman que la cifra se acerca mรกs al 50%–, lo que representa mรกs que los gases que generan todos los sistemas de transporte juntos. La deforestaciรณn de las selvas avanza a un ritmo de una hectรกrea –o un estadio de futbol americano– por segundo, abriendo paso al pastoreo y la cosecha de soya genรฉticamente alterada para consumo animal. El Amazonas es de las selvas mรกs afectadas, y se le atribuye el 91% de su degradaciรณn a esta misma causa. Mรกs aรบn, se estima que si dejรกramos de usar biocombustibles, gasolina o aceites en su totalidad, seguirรญamos excediendo nuestro mรกximo de emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030, solo por el desarrollo industrial y consumo de animales.

¿Por quรฉ entonces quienes luchan por la preservaciรณn del ambiente ignoran a la ganaderรญa como una de las principales causas de su deterioro? Entre las razones que se asoman en la pelรญcula estรกn los lobbies, o grupos de cabildeo, que ejercen su poder para defender sus intereses. Una segunda posibilidad es que para la mayorรญa de la gente que la consume, la carne es esencialmente una fuente de placer, mientras que las fรกbricas, refinerรญas y en general la industria que requiere combustibles fรณsiles para su funcionamiento representa una intrusiรณn en el medio ambiente, que nos empuja a modificar conductas que requieren de poco o nada de nuestros esfuerzos.

Hablar de veganismo, de la protecciรณn del medio ambiente y los derechos de los animales frecuentemente se presenta como una preocupaciรณn burguesa de la que solo pueden darse el lujo las poblaciones favorecidas en paรญses desarrollados, que tienen resueltas situaciones mรกs urgentes. Y esto en parte estรก en sintonรญa con los patrones de consumo. Estados Unidos, el paรญs mรกs carnรญvoro, consume tres veces mรกs que el resto del mundo. En promedio, un estadounidense consume el equivalente a 322 hamburguesas al aรฑo (a 2,365 litros de agua por hamburguesa). Estados como California, que atraviesa una de las sequรญas mรกs severas registradas en la historia, ya resienten las consecuencias. California destina mรกs de un millรณn de hectรกreas al cultivo de alfalfa para consumo animal, alfalfa que en su mayorรญa se exporta a Asia para satisfacer la creciente demanda de carne en ese continente mientras adopta la dieta del “primer mundo”.

Lo mรกs preocupante es que al ritmo de consumo de proteรญna animal global que tenemos hoy, para poder satisfacer la demanda de la poblaciรณn mundial en el aรฑo 2050 se tendrรญa que producir el doble de la que se produce actualmente. Las 7 mil millones de personas que habitamos este planeta consumimos al dรญa 5.2 mil millones de galones de agua y 21 mil millones de toneladas de comida, que no es nada si se compara con los 45 mil millones de galones y 135 mil millones de toneladas de comida que consumen las 1.5 mil millones de vacas de manera cotidiana.

Cierto, la idea de una vida sin productos animales resulta para algunos por demรกs aburrida, pero si consideramos que al dรญa una persona vegana ahorra 4,160 litros de agua, 20.5 kg de grano, 9 metros cuadrados de bosque y el equivalente a 20 libras de CO2, la forma en que comemos se presenta como una pequeรฑa acciรณn polรญtica en un escenario ciertamente catastrรณfico. Quizรกs valga la pena repensarse esa hamburguesa. 

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Es directora de comunicaciรณn de la Colecciรณn Patricia Phelps de Cisneros en Nueva York. Vive en Brooklyn.


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