ยญPuestos de artesanรญas, lecturas de tarot, comidas de Europa del Este โborsch, salmรณn, carne secaโ y carteleras escritas en alfabeto cirรญlico son algunas de las cosas que pueden verse en la popular feria Aurora, que se realiza los รบltimos domingos del mes en el barrio de Colegiales, en Buenos Aires. El evento, dicen los organizadores, busca reunir a โla nueva comunidad libre de habla rusaโ de la capital argentina. En una ediciรณn reciente hubo tambiรฉn una banda de mรบsicos que desplegaron sus artes sobre un escenario, asรญ como familias y jรณvenes sentados sobre bloques de paja o charlando en su lengua natal alrededor de una fogata. Sabores de hogar. Lazos que se mantienen. Estrategias para sobrevivir y, a la vez, aplacar la nostalgia. Todo eso que conforma una porciรณn de Rusia en Buenos Aires: la pequeรฑa Moscรบ.
Segรบn la รบltima encuesta Anual de Hogares de la Direcciรณn General de Estadรญsticas y Censos, se estima que 12% de los 3 millones de habitantes de Buenos Aires son migrantes. El Departamento de Asuntos Econรณmicos y Sociales de las Naciones Unidas destaca que el total de migrantes internacionales equivale al 5% de la poblaciรณn de Argentina, lo que supera el promedio mundial. Si bien casi la mitad de ese porcentaje pertenece a paรญses lรญmitrofes, de un tiempo a esta parte la migraciรณn que mรกs se observa en las รกreas urbanas donde residen las clases medias y altas es de poblaciรณn rusa. De acuerdo con la Direcciรณn Nacional de Migraciones, solo este aรฑo ingresaron 29,372 rusos a la Argentina, mientras que la web oficial de BA Colectividades revela que en el paรญs vive la mayor comunidad rusa de Amรฉrica Latina, con 300 mil personas, incluyendo descendientes.
Los rusos han emigrado a Amรฉrica Latina en distintos momentos de la historia. Tras la Revoluciรณn rusa, la llegada de mรกs de 120 mil rusos los convirtiรณ en el tercer grupo europeo mรกs importante de Argentina, despuรฉs de los italianos y espaรฑoles. Tambiรฉn se produjo un ingreso masivo luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando en 1948 el presidente Juan Domingo Perรณn dictรณ una ley que permitรญa la admisiรณn de 10 mil inmigrantes rusos. La รบltima gran emigraciรณn del siglo XX coincidiรณ con la Perestroika y el ingreso masivo de personas que llegaron a la Argentina en busca de trabajo y residencia permanente.
El inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, en 2022, dio inicio a la oleada migratoria mรกs significativa en lo que va del siglo XXI. El hecho de no requerir visa de ingreso y la facilidad tanto para radicarse (2,390 casos en lo que va del aรฑo) como para obtener la nacionalidad, son grandes atractivos para los extranjeros. En 2023, de hecho, Argentina emitiรณ 3,750 visas de residencia a ciudadanos rusos, diez veces mรกs que antes de la guerra.
โVinimos hace dos aรฑos con mi mujer. Mi hijo naciรณ aquรญ. รl es argentino, y mi mujer y yo ya tenemos la nacionalidadโ, cuenta Mikhail Krasavin, desarrollador tecnolรณgico de 34 aรฑos al frente de Burรณ รrbol, un bar que funciona como epicentro de la comunidad rusa del barrio de Palermo. Mikhail mantiene su trabajo a distancia de manera online (en su caso, para Moscรบ), mientras tiende redes locales para llevar a cabo nuevos emprendimientos. Por la diferencia horaria, comienza a trabajar a las 5 de la maรฑana y sigue el resto del dรญa en Burรณ รrbol, donde cuenta con la ayuda de su mujer en la parte administrativa. En breve, su hijo comenzarรก las clases en un jardรญn de infantes bilingรผe: โLo conseguimos a travรฉs de un grupo de Telegramโ, comparte Mikhail.
No es el รบnico dato que circula de esa forma. โLos rusos casi no usamos WhatsAppโ, asegura Kseniia Romantsova, al frente de otro restaurante en alza, llamado Musgo. โNuestra principal app es Telegram, hay muchos grupos para intercambiar informaciรณnโ, dice Romantsova, que tuvo a su hija en Buenos Aires y buscรณ asesoramiento en el grupo โParto en Argentinaโ. Otros grupos reรบnen a madres y padres que comparten instituciones educativas, barrios para mudarse, problemas frecuentes en el proceso de adaptaciรณn y lugares para realizar compras.
Detrรกs de cada inmigrante ruso hay una historia compleja: gente que no domina el idioma y a veces debe renunciar a su formaciรณn de origen para encontrar formas alternativas de subsistencia. โNunca hubiera imaginado terminar trabajando de estoโ, dice Kseniia Kolesnikovo desde su puesto de la feria Aurora, donde ofrece borsch, sopas y otras delicias. En Moscรบ era organizadora de eventos y traductora de inglรฉs, tajante opositora al gobierno de Putin, al punto de que llegรณ a solicitar viajar como voluntaria a Ucrania para ofrecer ayuda. Su primer impulso, cuenta, fue irse a vivir a Espaรฑa, pero residir legalmente en Europa es complicado, asรญ que optรณ por pedir el estatus de refugiada en Argentina. Como Kseniia, la mayorรญa se ayuda con traductores online o intercala frases en inglรฉs, ya que aprenden el idioma sobre la marcha, interactuando con gente o, si tienen disponibilidad, a travรฉs de cursos de espaรฑol para refugiados, migrantes y peticionantes de asilo que ofrecen en forma gratuita instituciones como el Laboratorio de Idiomas de la Universidad de Buenos Aires en convenio con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Fundaciรณn Comisiรณn Catรณlica Argentina de Migraciones (FCCAM).
Andrei Afanasev es un fรญsico nuclear de 38 aรฑos recibido en la Universidad Estatal de Moscรบ. Hizo su carrera en biotecnologรญa y se convirtiรณ en director cientรญfico en Petrovax, una empresa farmacรฉutica rusa. โMe fui del paรญs despuรฉs de la invasiรณn a Ucraniaโ, cuenta. โVivรญ en Serbia, Israel y Espaรฑa, pero en 2023 lleguรฉ a Argentina buscando un lugar donde vivir tranquilo. Ahora estoy trabajando como venture partner para el fondo de inversiรณn en biotecnologรญa Sky High VCโ. En Buenos Aires, en tanto, Afanasev organiza โcharlas de ciencia popularโ para sus compatriotas: conferencias en ruso sobre tema tan diversos como vacunas contra el dengue [enfermedad en ascenso en la Argentina], usos de redes en anรกlisis de datos, investigaciรณn sobre migrantes y gestiรณn basada en evidencia. โSuelen venir 20 0 30 personas, lo hacemos cada dos semanasโ, describe.
En las conversaciones que sostuve, el rechazo al gobierno de Putin emerge de distintas maneras como la razรณn para abandonar Rusia; ya sea por el miedo de miles de hombres jรณvenes, como Andrei o Mikhail, que se oponen a la guerra y no quieren ser reclutados, por el malestar de las familias que se niegan a criar a sus hijos bajo un clima social violento, o por los crรญticos de la persecuciรณn encabezada desde el poder a todos los que se manifiesten en desacuerdo o suscriban al movimiento LGBTQ. Este รบltimo es el caso de Egor Utkin, de 36 aรฑos, que llegรณ a Buenos Aires en octubre de 2023. Utkin naciรณ en Siberia, pero los รบltimos diez aรฑos viviรณ en Moscรบ, donde desarrollรณ su negocio de industrias creativas. Hoy, desde el barrio porteรฑo de Monserrat, donde vive con su marido (se casaron hace un aรฑo), mantiene su trabajo de manera virtual. โDejรฉ Rusia en 2022, cuando entendรญ que la gente queer no era bienvenida: ese fue el aรฑo en que se expandieron las polรญticas anti LGBTQโ, comparte en inglรฉs, ya que aรบn no domina el espaรฑol. โTampoco estoy de acuerdo con la invasiรณn a Ucraniaโ, agrega.
En paralelo a su trabajo, Utkin comenzรณ a organizar las Fiestas Utrennik en Buenos Aires, que empiezan a las 19 horas y finalizan a las 23. โSon para quienes se van a dormir temprano y no pueden esperar hasta las 2 o 3 de la madrugada, que es cuando las verdaderas fiestas comienzan en esta ciudadโ, dice. โUtrennik se convierte en un espacio donde puedes conocer gente nueva, escuchar la mรบsica del pasado que te trae nostalgia y sentimientos acogedoresโ, cuenta. Las fiestas llegan a tener hasta cien participantes, en su mayorรญa, de habla rusa. โVienen expatriados y refugiados que fueron llegando a Buenos Aires durante los รบltimos dos aรฑos y medio, y por oleadas de inmigraciรณn anterioresโ, dice Egor. En cuanto a la mรบsica, comenta, pasan disco internacional, funk, y el pop โque escuchaba nuestra generaciรณn o la generaciรณn de nuestros padresโ. De a poco, fueron sumรกndose argentinos, โamigos de amigosโ seducidos por la propuesta: โRealmente queremos ser parte de la comunidad localโ, asegura Egor.
Al mismo tiempo, hay manifestaciones artรญsticas que ya tienen sede propia, como Medias Lunas Theatre, en el bar Faro. Desde las mesas, es posible apreciar obras en ruso y para rusos, aunque hace poco incursionaron con subtรญtulos en espaรฑol para atraer al pรบblico argentino. La mentora del proyecto es Aleksandra Polonik, mรบsica y actriz de 42 aรฑos, nacida en Moscรบ y llegada al paรญs hace dos aรฑos โpor razones obviasโ.
Aleksandra llegรณ embarazada a la Argentina (su marido, director de televisiรณn que se desempeรฑaba como artista y administrador de teatro, vino con ella) y con el nacimiento de su hijo le llegรณ el clic. โCuando me encontrรฉ aquรญ con un bebรฉ en brazos, pensรฉ que la รบnica opciรณn para volver a subir a un escenario era crear mi propio lugarโ, cuenta Aleksandra, tambiรฉn en inglรฉs. Asรญ fue como inaugurรณ un laboratorio de actuaciรณn con el que estrenรณ la obra Retratos de mujeres brillantes y siguiรณ adelante con el proyecto.
La importaciรณn de la cultura moscovita se ramifica en otro tipo de costumbres, como el spa y el sauna. โLa banya rusa es un lugar tradicional para la salud, basado en la combinaciรณn de altas temperaturas y alta humedad. En la banya suele haber varias habitaciones: la sala de vapor (que puede alcanzar entre 70 y 100ยฐC, con una humedad del 100%), las salas de descanso y una piscina de agua frรญa o una baรฑera para contrastar temperaturasโ, asegura Illia Gafarov, de 36 aรฑos, quien naciรณ en la ciudad de Vladivostok y viviรณ los รบltimos seis aรฑos en Moscรบ. Llegรณ hace un aรฑo a Buenos Aires, junto a su mujer y sus dos hijas, y abriรณ hace solo tres meses Gafarov, el primer sauna y spa ruso de Buenos Aires. Una de las caracterรญsticas principales de la banya es el uso de ramas de abedul o de roble, con las que se golpea al cliente para mejorar la circulaciรณn sanguรญnea y relajar los mรบsculos dentro de las โsalas calientesโ. Luego hay que pasar del calor al agua frรญa de la pileta o a la baรฑera de madera llena de hielo, que ayuda a estimular el sistema inmunolรณgico y acelera el metabolismo. โLa banya en Rusia no solo se usa para limpiar el cuerpo, sino tambiรฉn como un espacio para socializar y descansar; queremos que cada vez mรกs porteรฑos se sumenโ, describe Illia.
Asรญ, la comunidad rusa tiende redes y reafirma sus bases: entre la nostalgia y la apuesta al futuro, una nueva cultura se amalgama a la sociedad argentina.ยญ ~
naciรณ en Buenos Aires, Argentina. Es licenciada en Letras, escribe ficciรณn (Los aรฑos que vive un gato, Sueรฑos a 90 centavos, Desmadres) y trabaja como periodista. Ha colaborado en diversos medios (Radar, Rolling Stone, Anfibia) y actualmente se desempeรฑa como editora en el diario La Naciรณn.