1. Todo estรก siendo transmutado. Es simplista y terriblemente egocรฉntrico pensar que los mรกs afectados por la crisis sanitaria y econรณmica en 2020 y 2021 somos los artistas, especialmente los artistas escรฉnicos. Pero el golpe ha sido aterrador: el panorama es uno de desesperanza, sobre todo econรณmica pero tambiรฉn, digamos, logรญstica. Aun asรญ, este tiempo nos ha ayudado a pensar quรฉ es lo que hacemos. Queremos resolver una duda que, en tanto duda, solo puede enriquecer nuestro trabajo. En la ausencia de luz, las sombras empiezan a delinearse mรกs claramente. Es un reinicio feroz.
2. Los primeros meses de la pandemia, la web se llenรณ de productos artรญsticos liberados de forma gratuita que buscaban contribuir a que la gente se quedara en casa. Eran, sobre todo, videorregistros de obras pasadas: desde monumentales obras de kabuki que nunca habรญan sido mostradas masivamente, hasta modestas propuestas locales grabadas probablemente con un celular. Era una puesta en escena de la responsabilidad social del arte, de su fuerza civilizadora, incluso cuando no remuneraba econรณmicamente de ninguna forma (pero de ello nos dimos cuenta hasta despuรฉs, cuando la necesidad de responsabilidad acabรณ por extinguirse). Entonces resultรณ evidente el otro lado de la moneda: la crรญtica y curadora Zavel Castro le llamรณ โun brote de manifestaciรณn de angustia por parte de los hacedores, la revelaciรณn de su miedo a desaparecerโ. Seguimos haciendo teatro al mismo tiempo porque confiamos en su poder y porque sabemos que, si nos descuidamos tantito, el peligro de que nadie se acuerde de รฉl es tangible.
3. Quizรกs una de las ventajas mรกs grandes de esta liberaciรณn de materiales, algunos histรณricos y otros contemporรกneos, es la posibilidad de descubrir, en una disciplina que normalmente no lo permite, el linaje de referencias que no conocemos y que puebla nuestra creaciรณn porque las hemos heredado de nuestros maestros y nuestras visitas al teatro. Una herencia secreta: de eso estรก hecha nuestra labor creativa. Inconsciente e historia, memoria y estirpe. Una genealogรญa que de pronto se volviรณ visible.
4. En las notas para una historia del teatro 2020-2021, debemos mostrar la confusiรณn en la que nos encontramos. Es una confusiรณn general: ยฟquรฉ carajos estamos viviendo todos con la pandemia?, se preguntan los vendedores de casas encerrados en su casa tratando de vender casas, pero tambiรฉn una ofuscaciรณn gremial: el teatro de esta รฉpoca es, en gran parte, teatro pasado, un atentado contra los principios mismos de la escena. Es demasiado pronto para decidir la potencia estรฉtica, la relevancia cultural y la persistencia tรฉcnica del teatro no presencial, pero lo que es indudable es que vivimos un momento crรญtico.
5. Ver, por ejemplo, Las bacantes de Klaus Michael Grรผber, estrenada en 1974, tan solo la segunda obra en presentarse en el nuevo Schaubรผhne de Berlรญn: un jovencรญsimo Bruno Ganz transita en el espacio que transforma por completo el foro, para entender la raรญz de tantas actitudes alemanas hacia la ficciรณn, la plรกstica escรฉnica, el performance. Ver el primer elenco del primer montaje de La omisiรณn de la familia Coleman, la mรญtica obra de Claudio Tolcachir. Ver obras mexicanas, antiguas y nuevas, que creรญa perdidas irremediablemente en el pasado. Ver, sin estar en Munich, el Unheimliches Tal de Stefan Kaegi, donde el protagonista es un robot humanoide, o The Encounter, donde Simon McBurney define la ficciรณn en tรฉrminos tecno-sonoros. Ver todo, aunque sea con un afรกn arqueolรณgico. Aunque sea porque no hay teatro en ningรบn otro lugar.
6. Primero fue el teatro grabado. Despuรฉs naciรณ el teatro en Zoom, que permitรญa un acercamiento, al menos, en tiempo real. (El tema de la presencia virtual es demasiado complicado para abordarlo, pero digamos que la paradoja reside en el oxรญmoron que, al mismo tiempo, es completamente lรณgico para nosotros; para muestra, las redes sociales, el teletrabajo, el sexting, y todos los avatares de nuestra vida cyberpunk.) Es categรณricamente distinto, pero yo agruparรญa ambos โjunto con el teatro por telรฉfono, del que hay varios ejemplos excepcionales, incluyendo en Mรฉxico el trabajo de Isabel Toledoโ bajo la concepciรณn de teatro no presencial.
7. Ya desde antes de la pandemia, igual que la Compaรฑรญa Nacional de Teatro en YouTube, Martรญn Acosta y Luis Mario Moncada habรญan hecho un esfuerzo claro por liberar el registro audiovisual de varias de sus obras. Ver los fragmentos disponibles de Cartas a un artista adolescente despuรฉs de oรญr a varios de mis maestros plantear la definitiva influencia de esa obra para las teatralidades en Mรฉxico ha sido un faro, especialmente con la apariciรณn y el afianzamiento de la โnarraturgiaโ en el paรญs, que significรณ un revuelo estilรญstico para el teatro: una forma de escribir para la escena que se acerca a los recursos de la narrativa โomnisciencia, monรณlogo interior, maleabilidad espaciotemporal, y un largo etcรฉteraโ para romper con el principio realista que atravesรณ al teatro mexicano del siglo pasado. Lo que hizo la obra de Acosta y Moncada fue encarnar la posibilidad de una actoralidad adecuada y vigorosa para este tipo de dramaturgia, y que, por eso, servirรญa como base para las puestas en escena de los textos reformadores de LEGOM y Edgar Chรญas, e instituirรญa un lugar comรบn, o al menos una forma probada, con el รฉxito de Alejandro Ricaรฑo. Asรญ, en video, un punto de referencia que de pronto se ha iluminado para darle claridad al viaje propio. Ambos creadores ya intuรญan lo que ahora, al relativo final de la pandemia, sabemos como cierto: el registro audiovisual expande la idea del teatro hacia un lugar donde su historia es mucho menos evanescente. En otras palabras, la historia del teatro durante unos meses se pudo ver, no solo leer.
8. El teatro en Zoom, la asistencia que requiere de los actores a la funciรณn, volviรณ sensato cobrar por los contenidos. Una nueva taquilla se abriรณ: la del teatro en lรญnea. Grandes compaรฑรญas de todo el mundo lo hicieron con funciones grabadas. En Mรฉxico, con el pudor de quienes se saben a punto de cruzar la raya, lo hicimos en vivo. Esto abre una pregunta con dos caras: (1) ยฟdebemos cobrar por algo que sucede fuera del medio en que nos movemos con capacidad? ยฟDebemos insertar nuestra propuesta en el mercado, aunque sea con calzador y con una competencia brutal, protagonizada por Netflix? (Esta pregunta era, acaso, una pregunta del 2020: 2021 se ha encargado de comprobar que no hay nada que el mercado โy sus crisisโ no estรฉn dispuestos a tomar como propios; vid. la cartelera de Ocesa y similares.) Y (2), si no se puede lucrar con ello, si pasa a formar parte del patrimonio cultural nacional o internacional porque el mercado no estarรญa interesado en ello, ยฟpor quรฉ no volverlo pรบblico? ยฟPor quรฉ no volver accesibles los archivos de todas las compaรฑรญas, directores, dramaturgos, productores de relevancia histรณrica?
9. Es decir, ยฟcuรกnto del recelo profesional de los artistas escรฉnicos sobrevivirรก a la pandemia?
10. Quizรก la prueba de que se trata de una reacciรณn intempestiva sea su falta de indagaciรณn estรฉtica. โEl pedo no es si lo que estamos intentando hacer es o no es teatro. El pedo es que nos estรก quedando bien culeroโ, escribiรณ Sixto Castro Santillรกn, y tiene razรณn: independientemente de lo que estemos diciendo, el cรณmo lo decimos muestra una incapacidad, una falta. El teatro no es un arte particularmente tecnolรณgico, no por conservador, sino por su propia naturaleza de aparato social. Sea tรฉcnico, creativo, o emocional, este dรฉficit marca la distancia de nuestra labor โel escenarioโ con lo que la coyuntura nos ha obligado a hacer. En pocas palabras, no tenemos las tablas.
11. Al menos sabemos que, en cuestiรณn de voluntad, el teatro no estรก muriendo. Y no es poca cosa.
12. Me divierte mucho pensar que lo que estamos haciendo los artistas escรฉnicos durante la pandemia es, como un รกvido instinto de supervivencia, lo que (supuestamente) nos permite no perder relevancia. Streaming: fluir. En eso estamos, con todo y la ironรญa. ยฟSignificarรก eso un cambio en la forma en que haremos teatro despuรฉs de la pandemia? Imposible saberlo. (Si algo ha mostrado esta รฉpoca es la arrogancia intelectual de la profecรญaโy su estandarte, tristemente, fue la reacciรณn teรณrica de Agamben, precipitada y primeriza.) Fluir con las posibilidades del medio que nos acoge sin pensar en alteraciones medulares a nuestra profesiรณn, sin nuevos cรกnones imaginarios. Yo, por mi parte, recelo del augurio. Seguimos vivos.
(Ciudad de Mรฉxico, 1989) es escritor, director de escena y traductor. Actualmente es becario del programa Jรณvenes Creadores del exFonca.