El 4 de agosto, el tenista suizo Stan Wawrinka anunciaba su retirada para el resto de la temporada debido a una lesiรณn de rodilla que requerรญa pasar por el quirรณfano. El anuncio llegaba casi un mes despuรฉs de su รบltimo partido, en Wimbledon, y casi dos despuรฉs de su รบltima victoria, en las semifinales de Roland Garros. A los 32 aรฑos y pese a no competir de facto durante los รบltimos cinco meses del circuito, Wawrinka consiguiรณ clasificarse en noviembre para las ATP World Tour Finals de Londres, es decir, para el torneo que reรบne a los ocho mejores jugadores del aรฑo. Media temporada le habรญa valido para acabar como nรบmero siete del mundo, aunque su renuncia obligada a participar le haya hecho caer al nรบmero nueve.
Es un hecho paradigmรกtico de lo que ha sido la temporada: la generaciรณn de los ochenta y primeros noventa โDjokovic, Murray, Nishikori, Berdych, Raonic, el propio Wawrinka- ha sufrido una plaga de lesiones de la que, curiosamente, solo se han salvado dos de sus miembros mรกs veteranos… y con matices: Rafa Nadal solo pudo disputar un partido en las citadas World Tour Finals antes de retirarse con el tendรณn rotuliano destrozado y Federer ya habรญa tenido un verano negro despuรฉs de lesionarse la espalda en Montreal que probablemente le costara ser tan poco competitivo en el US Open.
ยฟHan sabido los jรณvenes tomar el relevo? La victoria de Grigor Dimitrov en Londres podrรญa indicarlo asรญ: el bรบlgaro ha acabado como nรบmero tres del mundo con Alexander Zverev y Dominic Thiem pisรกndole los talones. Los tres nacieron en los noventa. Otra cosa es que este triunfo, como los del propio Zverev en Roma y Montreal, la final de Nick Kyrgios en Cincinnati o el excelente torneo final de David Goffin, que logrรณ imponerse a Nadal y a Federer en apenas cinco dรญas, signifiquen realmente un relevo. Mรกs que un triunfo por mรฉrito deportivo ha sido una mera cuestiรณn de supervivencia: casi todo el mundo estaba con muletas y Roger Federer y Rafa Nadal -67 aรฑos entre ambos- no podรญan ganarlo absolutamente todo…. aunque cerca estuvieron.
Y es que, entre tanta desgracia, los nombres del suizo y el espaรฑol destacan sobre todos en una temporada gris tirando a negro. Nadal ganรณ dos torneos del Grand Slam para un total de seis en el total del aรฑo mientras que Federer se impuso en los otros dos grandes y sumรณ siete tรญtulos, sobre un total de doce torneos disputados. Las dos leyendas han acabado, por supuesto, en lo alto de la clasificaciรณn mundial con una diferencia sobre el tercero que recuerda a las de 2005, 2006, 2007 o 2008, cuando ambos estaban en su plenitud fรญsica y podรญan afrontar cada torneo del circuito con garantรญas de victoria. Como โrelevoโ se queda un poco corto.
En cualquier caso, aparte de la victoria de Grigor Dimitrov y el excelente torneo de David Goffin, lo que ha llamado la atenciรณn en Londres esta semana han sido unas declaraciones de Andre Agassi en las que afirmaba que Federer no podรญa considerarse el mejor jugador del mundo porque Nadal le habรญa ganado demasiadas veces en sus enfrentamientos directos. El argumento no es nuevo, Agassi lo lleva repitiendo desde hace varios aรฑos, pero su insistencia le ha valido de repente unos cuantos titulares. Puede que una personalidad con tendencia al tormento como la de Agassi โya lo vimos en su magnรญfica autobiografรญa Open– no haga sino proyectar aquรญ su propia incapacidad para ganar a Pete Sampras, por mucho que pรบblico y crรญtica insistiera en que Andre tenรญa mucho mรกs talento.
Discutir sobre quiรฉn es el mejor de la historia en cualquier disciplina es muy complicado, y en tenis resulta directamente imposible por los numerosos cambios fรญsicos y de equipamiento. En cualquier caso, pelearse en este debate por Federer o por Nadal es un poco absurdo porque probablemente el mejor jugador de la historia sea el australiano Rod Laver, el รบnico en ganar los cuatro torneos del Grand Slam en una misma temporada y capaz de hacerlo incluso en tres ocasiones: dos como amateur y una como profesional.
Ciรฑรฉndonos a la รบltima dรฉcada larga de rivalidad habrรก quien prefiera el juego sistemรกtico, ordenado y corajudo de Nadal y quien prefiera la genialidad y vistosidad de Federer. Llevamos demasiados aรฑos discutiendo esto como para continuar por ahรญ. Lo que no tiene mucho sentido es apelar a los enfrentamientos directos justo el aรฑo que Federer le ha ganado los cuatro disputados a Nadal. Es cierto que el mallorquรญn sigue teniendo una ventaja de 23-15, pero esa ventaja se cimenta solo en los partidos jugados sobre tierra batida, donde Nadal es, sin duda, el mejor que se haya visto jamรกs. Tanto en pista dura como en hierba como en indoor, el suizo domina la comparaciรณn y es normal que asรญ lo haga porque en esas superficies es mejor y no pasa nada por reconocerlo.
Lo curioso es que una lรณgica muy parecida ha llevado a muchos seguidores de Federer a asegurar que el suizo ha sido el mejor de esta temporada pese a acabar como nรบmero dos del mundo. Sus argumentos: Federer es el que mรกs torneos ha ganado y el que mรกs puntos por torneo se ha llevado de media. Si solo jugando doce ha quedado a mil puntos de Nadal, dicen, ยฟquรฉ habrรญa pasado si hubiera disputado dieciocho, que viene a ser la media entre los grandes jugadores? Ademรกs de todo eso, apelan al citado 4-0 en los enfrentamientos entre ambos, obviando que las cuatro victorias llegaron โen casaโ, es decir, que el suizo no se atreviรณ a pisar la tierra batida en todo el aรฑo, superficie sobre la que, muy probablemente, Nadal se habrรญa impuesto de enfrentarse.
No, Federer no ha sido el mejor tenista de 2017 porque no ha tenido la regularidad exigible para esa distinciรณn. A los 36 aรฑos, ha tenido un aรฑo sensacional, maravilloso, con solo cinco derrotas en cincuenta y ocho partidos… pero ya no tiene edad para dominar de enero a noviembre, disputar tรญtulos mes a mes y hacerlo en superficies adversas. Al mejor hay que exigirle que juegue siempre y en cualquier lugar ante los mejores. En ese sentido, habrรก que ceรฑirse a la estadรญstica y reconocer que el que realmente merece el tรญtulo honorรญfico es el que mรกs puntos ha conseguido a lo largo del aรฑo.
Parece una obviedad pero no es solo eso: Nadal compitiรณ en Australia llegando a la final, tuvo una buena gira americana con finales en Acapulco y Miami, arrasรณ en la temporada de tierra y solo cayรณ en Wimbledon despuรฉs de cinco agรณnicos sets, con 15-13 en el quinto. Despuรฉs de un cierto bajรณn en Montreal y Cincinnati, ganรณ el US Open y no vale refugiarse en la mediocridad de sus rivales: lo ganรณ y punto. Cuando incluso Federer preveรญa un descanso para el balear, Nadal quiso viajar a Asia, ganรณ Pekรญn y fue finalista en Shanghai. Ya completamente cojo, le forzรณ tres sets en Londres a David Goffin, posterior finalista del torneo.
El estado fรญsico y la edad de Federer le exigen competir โa la cartaโ y suficiente mรฉrito tiene, pero esa circunstancia hace mรกs complicado evaluar su aรฑo. No estuvo en ningรบn torneo de tierra batida y en cuanto sintiรณ la mรกs mรญnima molestia, prefiriรณ descansar. Es lo mรกs inteligente que puede hacer en este momento pero no vale despuรฉs proyectar quรฉ habrรญa pasado sin ese descanso. Nadal no descansรณ y acabรณ el aรฑo entre gestos de dolor, pero en el primer puesto del ranking. Si les gusta que eso sea asรญ o no, es una cosa. Que es algo merecido y ganado sobre la pista, no deberรญa ponerse en duda.
(Madrid, 1977) es escritor y licenciado en filosofรญa. Autor de varios libros sobre deporte, lleva aรฑos colaborando en diversos medios culturales intentando darle al juego una dimensiรณn narrativa que vaya mรกs allรก del exabrupto apasionado.