En las afueras de Edimburgo, sobre las suaves lomas de Midlothian, se localiza un castillo del siglo XIII, adquirido en el siglo XVII por el conde William Drummond de Hawthornden. Inventor y poeta, llegรณ a ser conocido en el medio literario por su pluma educada y calidez como anfitriรณn en su magnรญfica propiedad, a pesar de haber sufrido una terrible pรฉrdida amorosa que ensombreciรณ su carรกcter. La zona tiene enorme valor arqueolรณgico e histรณrico para los escoceses. Aquรญ se ocultaron a fines del siglo XIII junto con algunos seguidores William Wallace y Robert the Bruce, quienes luchaban contra el rey Eduardo I de Inglaterra.
Hawthornden no es sede de una enorme fortaleza, el bosque alrededor del peรฑasco donde se levanta el castillo es lo que captura nuestra atenciรณn por su belleza indescriptible. Se conserva el casco centenario, perteneciente en algรบn momento al rey Charles I, el mismo que serรญa decapitado por los Parlamentarios en 1649. Originalmente fue propiedad de un barรณn medieval y se halla montado sobre dicho peรฑasco, cuya pared cae setenta metros al pie del rรญo Esk, la fuente acuรญfera que surte a Edimburgo desde tiempos inmemoriales.
En el acantilado de Hawthornden se detuvieron el 14 de septiembre de 1842 a contemplar esta regiรณn de sus dominios la joven reina Victoria y el prรญncipe Alberto, acompaรฑados por una nutrida comitiva. Pero debido a que la familia Walker Drummond habรญa salido del paรญs, la visita fue breve. Un cuadro en la Galerรญa Nacional de Escocia en Edimburgo recuerda la ocasiรณn. El autor, Sir William Allan, prefiriรณ tomar distancia del peรฑasco, asรญ que las figuras humanas se ven muy pequeรฑas allรก arriba, destacando la magnificencia del lugar. Hoy en dรญa es un retiro consagrado a la creaciรณn y la reflexiรณn literarias.
La fachada principal es de cantera rosa, asรญ que la piedra se ilumina al atardecer. Hay รกrboles gigantescos, de troncos enormes, con trescientos o mรกs aรฑos de edad. Uno de ellos es un sicomoro, el cual ofrece la รบltima sombra antes de pisar el carnac que delata nuestra presencia frente a la puerta.
Nos detenemos aquรญ, pues hace 400 aรฑos, un dรญa de invierno de 1618, el afamado escritor isabelino, Ben Johnson, se apersonรณ por estos lares. Venรญa de realizar una larga caminata de varias horas desde la ciudad de Edimburgo, a invitaciรณn expresa del dueรฑo, quien se habรญa encontrado con William Shakespeare y el mismo Johnson en Londres tiempo atrรกs, quizรก en 1610, probablemente en la famosa taberna Mermaid de Cheapside, al noreste de la ciudad, sitio frecuentado por artistas y dramaturgos, entre ellos Johnson, Christopher Marlowe y, a veces, Shakespeare. รste no se encontraba ahora con ellos porque habรญa fallecido en 1616. En cambio el autor de El Alquimista finalmente se habรญa animado a llevar a cabo el viaje.
Johnson caminรณ desde Londres a Edimburgo en una รฉpoca en que los caminos eran infames, Ademรกs, tenรญa 46 aรฑos de edad, y llevaba una vida sedentaria. La razรณn era que el rey Jaime I, quien habรญa visitado un aรฑo antes su natal Escocia, le habรญa pedido escribir un libro sobre las antigรผedades del reino al norte de Inglaterra, asรญ que Johnson se acordรณ de William Drummond, cuyo padre habรญa sido ujier-caballero de la corona inglesa y su madre, consorte de la reina.
Al pie de dicho รกrbol centenario se encontraba ya el anfitriรณn, esperรกndolo, expectante, mientras el autor de la nota introductoria que precede la primera ediciรณn de las obras de Shakespeare remontaba el sendero. Hacรญa frรญo, la escarcha cubrรญa el pasto.
โ ยกWelcome, welcome, royal Ben! โdijo William Drummond, al tiempo que estrechaba con efusividad su mano sin quitarse los guantes, pues la ventisca arreciaba.
Johnson respondiรณ con una rima cortรฉs, apelando a lo que los escoceses llaman su โdenominaciรณn territorialโ:
โ ยกThank ye, thank ye Hawthornden!
Enseguida entraron por el pequeรฑo portรณn de grueso roble y remaches de hierro forjado que da acceso al castillo y conduce a una terraza, desde la cual se observa el fondo de la profunda caรฑada que la reina Victoria pudo gozar por unos instantes y se extiende por kilรณmetros hacia el norte de Escocia. Drummond de Hawthornden y Johnson se detuvieron junto al pozo, donde empezaron a disfrutar del placer de una conversaciรณn que se prolongarรญa durante varios dรญas. La nieve comenzรณ a caer y prefirieron continuar en el interior del castillo, junto a la confortable chimenea del salรณn.
Un tema obligado fue la obra del finado Shakespeare, en particular sus golpes de timรณn, lo imprevisible que resultan las acciones de varios de sus personajes y las frases sin sentido que aparecen aquรญ y allรก. Quizรก era su manera de expresar lo que sucedรญa a su alrededor: no sรณlo registrar el pulso de una sociedad viva, transitoria, sino el de un mundo, de hecho, un universo cambiante.
Arqueรณlogos britรกnicos encontraron restos de cannabis en el jardรญn de una propiedad del dramaturgo. Hubo quienes lo relacionaron con una referencia, en el soneto 76, a una โyerba notableโ. ยฟQuiรฉn fue Shakespeare?, ยฟun cruel especulador, un astuto empresario, un prolรญfico dramaturgo y poeta, aficionado a los humos embelesantes? ยฟFrecuentaba las casas de citas en Southwark, amaba a su familia? ยฟOdiaba a Philippe Marlowe por haber escrito Doctor Fausto tan joven? ยฟSabrรญa de su vida oculta como espรญa o de sus preferencias sexuales? ยฟHabrรก sentido compasiรณn por su alma cuando fue apuรฑalado en 1593? ยฟCompartiรณ con รฉl y con Ben Johnson la curiosidad por el demonio dispuesto a negociar con los mortales?
escritor y divulgador cientรญfico. Su libro mรกs reciente es Nuevas ventanas al cosmos (loqueleo, 2020).