āAconsejamos a los visitantes de Curitiba que no se visiten, aunque no haya molestias en la casa que pretenden frecuentar, hasta que termine la epidemia en Rio de Janeiro; asĆ como que no concurran a lugares donde haya aglomeraciones de personasā
Sr. Dr. Trajano Reis. Director del Servicio Sanitario del Estado.
22 de octubre de 1918.
El fragmento que uso como epĆgrafe hace parte del libro O mez da grippe, del escritor ValĆŖncio Xavier, publicado originalmente en 1981. Xavier naciĆ³ en SĆ£o Paulo en 1933 y muriĆ³ en Curitiba en diciembre de 2008. ViviĆ³ parte de su juventud en Francia, donde conviviĆ³ con Marcel Duchamp, Hans Arp y otros exponentes del dadaĆsmo y el surrealismo. En su trayectoria profesional estuvo vinculado a medios audiovisuales como la televisiĆ³n y el cine, donde fue guionista y director, e incursionĆ³ tambiĆ©n en las artes plĆ”sticas y la literatura.
Su obra literaria se caracteriza por la mezcla de la narrativa con elementos visuales como fotografĆas, recortes de periĆ³dicos, diseƱos y collages. Xavier es considerado uno de los pioneros de la fusiĆ³n entre imĆ”genes y texto en la literatura brasileƱa. Dentro de su obra podemos mencionar tĆtulos como Maciste no inferno (1983), O Minotauro (1985), O mistĆ©rio da prostituta japonesa (1986) e Minha mĆ£e morrendo e o menino mentindo (2001). Hasta el momento, si no me equivoco, ninguna de sus obras ha sido traducida al espaƱol. Incluso en Brasil continĆŗa siendo un autor de culto, adorado por una parcela de fieles lectores pero desconocido para la gran mayorĆa.
O Mez da grippe estĆ” construido como una secuencia de recortes de periĆ³dicos de Curitiba del aƱo 1918, decretos municipales, fragmentos de informes mĆ©dicos y algunos testimonios de un personaje identificado como DoƱa LĆŗcia, que recuerda los hechos desde el aƱo 1976. La historia, contada en secuencias grĆ”ficas, alterna noticias sobre los meses finales de la Primera Guerra Mundial con otras relacionados con la pandemia de la llamada āgripe espaƱolaā, entre 1918-1919. Se estima que durante la guerra murieron 15 millones de personas, 9.2 millones de ellas en combate. No se sabe con exactitud cuĆ”ntos murieron por la gripe espaƱola en el mundo; los cĆ”lculos oscilan entre veinte y cien millones.
((Gina Kolata, Gripe: a histĆ³ria da pandemia de 1918, SĆ£o Paulo, Editora Record, p.17.
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Solamente en octubre de 1918 fueron notificadas 930 muertes de gripa en la ciudad de Rio de Janeiro.
((Adriana da Costa Goulart, āRevisitando a espanhola: a gripe pandĆŖmica de 1918 no Rio de Janeiroā. HistĆ³ria, CiĆŖncias, SaĆŗde – Manguinhos, Rio de Janeiro, v.12, n.1, p.101-142.
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Eso es casi el equivalente al nĆŗmero de muertes que la influenza A H1N1 dejĆ³ en todo Brasil en abril de 2009: 1,047.
En uno de los recortes seleccionados por Xavier se ve una pĆ”gina del DiĆ”rio da Tarde de Curitiba con un gran espacio en blanco. El autor explica en una nota al margen que se trataba de un artĆculo sobre la gripa espaƱola que fue censurado por las autoridades. De forma similar a lo que ha pasado en algunos paĆses en 2020, en un inicio los gobiernos intentaron controlar la informaciĆ³n, con el argumento de no generar pĆ”nico o de reducir la gravedad de la crisis.
A lo largo de la pandemia del Covid-19, el presidente Jair Bolsonaro ha afirmado pĆŗblicamente que la emergencia sanitaria es una āhisteriaā, y que si no lo habĆa matado la cuchillada que recibiĆ³ en la campaƱa presidencial, no lo iba a matar una simple āgripitaā. TambiĆ©n criticĆ³ algunas medidas, segĆŗn Ć©l āextremasā, tomadas por gobernadores de varios estados para controlar el contagio. Su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro, generĆ³ un conflicto diplomĆ”tico con China, el mayor socio comercial de Brasil, al culpar a su gobierno por la epidemia: āDe nuevo, una dictadura prefiriĆ³ esconder algo grave a exponerse al desgaste, pero que salvarĆa innumerables vidas. La culpa es de China y la libertad serĆa la soluciĆ³nā, escribiĆ³ el diputado en un mensaje de Twitter. Ejemplos actuales, entre otros, de gobernantes en el mundo que oscilan entre el narcicismo y la estupidez.
Es posible que las salidas en falso del presidente, sus hijos y miembros de su gobierno en torno a la actual pandemia hayan contribuido a desatar las protestas que se han hecho sentir en Brasil. Antes de la crisis por el coronavirus ya habĆan sido programadas manifestaciones en contra del gobierno en varias ciudades del paĆs, pero la epidemia las convirtiĆ³ en un cacerolazo realizado la noche del miĆ©rcoles 18 de marzo. AdemĆ”s del ruido de las cacerolas, desde las ventanas de mi barrio (un barrio tradicionalmente conservador de Rio) se escucharon gritos como āĀ”Fuera Bolsonaro!ā, āĀ”Fuera fascista!ā, āĀ”Fuera militar!ā, āĀ”Abajo la dictadura!ā y otros gritos que incluĆan insultos de diverso calibre.
En O Mez da grippe, las noticias sobre casos de contagio y de muertes por la epidemia se van haciendo poco a poco mĆ”s frecuentes. AsĆ tambiĆ©n se expiden diversos decretos municipales que implementan medidas de precauciĆ³n como el cierre de los cines y otras ācasas de diversiĆ³nā. Dice el testimonio de DoƱa LĆŗcia: āFamilias enteras, no hubo casa que no tuviera alguien enfermo. ParecĆa la ciudad de los muertosā. Hasta el dĆa de hoy, Rio registra 170 muertes por Covid-19. Es la segunda ciudad con mĆ”s fallecimientos despuĆ©s de SĆ£o Paulo, que ya registra 588. En total hay 22,720 casos confirmados en el paĆs, 2,855 en Rio. El gobernador ordenĆ³ estrictos controles en las fronteras terrestres. La terminal de autobuses se encuentra prĆ”cticamente paralizada y los aeropuertos han visto su trĆ”nsito restringido. Aunque muchas personas han seguido las recomendaciones de confinamiento en casa, aĆŗn se observa movimiento en las calles y parte del comercio de la ciudad continĆŗa en funcionamiento.
Otro de los aspectos que destaca ValĆŖncio Xavier en O Mez da grippe es el conflicto entre la razĆ³n y la ciencia, la religiĆ³n y la supersticiĆ³n en casos de crisis como estos. Anuncios de remedios milagrosos para evitar el contagio o curar la gripa, asĆ como defensas de la homeopatĆa, el espiritismo y las hierbas como armas eficaces contra la epidemia. Entre los anuncios que componen su narrativa encontramos remedios como el Bromil, que ācura todas las enfermedades del pecho, pulmones y gargantaā; el Jarabe de Grindelia, āĆŗnico que curaā, o el BĆ”lsamo Santa Helena, ādesinfectante, analgĆ©sico y enemigo del mal aliento, disponible en todas las farmaciasā. En la crisis actual, algunas iglesias brasileƱas ofrecen un milagroso alcohol en gel que prometĆa proteger del contagio por la pequeƱa suma de 500 reales (casi 100 dĆ³lares a la tasa de cambio de hoy). Con respecto al afĆ”n de lucro, Amazon Brasil tuvo que controlar el aumento abusivo de los precios de artĆculos en amplia demanda, como mascarillas, alcohol en gel y guantes, que violaban sus polĆticas de āPrecio justoā. El propio presidente Bolsonaro grabĆ³ un video para las redes sociales el sĆ”bado 21 de marzo hablando de la cloroquina, sustancia utilizada contra la malaria, el lupus y la artritis, tambiĆ©n mencionada por Trump recientemente como posible tratamiento contra el Covid-19. No obstante, las propias autoridades sanitarias brasileƱas advierten que no se ha demostrado de forma concluyente el efecto de esta sustancia para tratar el nuevo coronavirus y llamĆ³ la atenciĆ³n de los consumidores para evitar perjudicar a los pacientes que necesitan el medicamento para sobrevivir.
En 1918 como registra ValĆŖncio Xavier, las iglesias seguĆan las recomendaciones de salud pĆŗblica y cerraban sus templos: āAtendiendo los consejos de la InspectorĆa de Higiene, la Iglesia EvangĆ©lica Presbiteriana de la calle Comendador Araujo resolviĆ³ no realizar maƱana, domingo, los cultos de costumbreā, anunciaba el DiĆ”rio da Tarde del 26 de octubre de 1918. MĆ”s de cien aƱos despuĆ©s, algunas iglesias brasileƱas no parecen seguir criterios tan sensatos. El pastor Silas Malafaia, lĆder de la Asamblea de Dios Victoria en Cristo, y leal partidario de Bolsonaro, instigaba a sus seguidores a no temerle a la pandemia de coronavirus, negĆ”ndose a las recomendaciones para suspender cultos y misas que promuevan aglomeraciones de fieles. En su argumento citaba el salmo 91: āEn nombre de JesĆŗs, ningĆŗn mal te sucederĆ” ni plaga alguna llegarĆ” a tu casaā. TambiĆ©n el obispo Edir Macedo, lĆder de la Iglesia Universal del Reino de Dios, se rehusĆ³ a interrumpir los cultos presenciales en el paĆs, afirmando que la epidemia es inofensiva y se trata de āotra tĆ”ctica de SatanĆ”sā.
Las autoridades de salud brasileƱas estiman que los casos de contagio irĆ”n en aumento, alcanzando un pico hacia finales de abril, y que la crisis podrĆa extenderse hasta septiembre del presente aƱo. Si dependemos del ejemplo del presidente y de algunos lĆderes religiosos con amplio poder y seguidores, principalmente entre la poblaciĆ³n mĆ”s pobre y vulnerable del paĆs, las expectativas no parecen muy optimistas.
Agradezco a mi amigo historiador y antropĆ³logo AndrĆ© LourenƧo por las indicaciones de bibliografĆa histĆ³rica sobre la pandemia de 1918 en Brasil.
es escritor, crĆtico literario y traductor. Desde 2016 coordina la editorial PapĆ©is Selvagens EdiƧƵes en Rio de Janeiro.