Escribe Fabrizio Mejรญa Madrid en La Jornada del 2 de julio pasado: “La idea de considerar a Adolf Hitler como una excepciรณn y a su โsoluciรณn finalโ como una anomalรญa en la historia, permite, paradรณjicamente, que se repita. Me refiero al comunicado firmado por el Comitรฉ Central de la Comunidad Judรญa en Mรฉxico del 29 de junio, que establece: โLa comunidad judรญa de Mรฉxico rechaza el uso del tรฉrmino hitleriano para referirse a cualquier persona. Toda comparaciรณn con el rรฉgimen mรกs sanguinario de la historia es lamentable e inaceptableโ.โ
A continuaciรณn aclara Mejรญa que el comunicado responde al juicio del presidente, que calificรณ de โhitlerianoโ a un publicista de origen judรญo que es crรญtico de su gobierno.
Mรกs adelante, insiste: “…lo que me interesa es la idea de la excepcionalidad hitleriana, es decir, de su reducciรณn a la soluciรณn final como algo que es tan raro que resulta incomparable con los genocidios en Ruanda o Bosnia. Algo fuera de la historia.”
Ciertamente, no parece que Mejรญa estรฉ realmente interesado en analizar este รบltimo punto, sino en justificar el adjetivo utilizado por el presidente Lรณpez Obrador. ยฟComo lograrlo? Banalizando el mal, al dar licencia a la idea de que todos lo hacen y no es nada especial que no haya ocurrido mรบltiples veces.
Ante esta idea, habrรญa que decir, primero, que todo genocidio es excepcional, sin excepciรณn alguna.
Pero, a pesar de su manifiesta convicciรณn de que el Holocausto nazi de judรญos, gitanos y otras muchas vรญctimas es uno mรกs entre otros genocidios, llamar hitleriano a un judรญo tiene connotaciones especiales, que Mejรญa tal vez deberรญa ponderar.
Aunque el publicista Alazraki no sea cรฉlebre por su prudencia y simpatรญa, pertenece a un colectivo que llegรณ a nuestro paรญs en busca de refugio tras perder a gran parte de sus familias, incluyendo una fracciรณn de los 1.5 millones de niรฑos judรญos asesinados en las cรกmaras de gas junto con sus padres y abuelos, luego de bajar de trenes de transporte de ganado.
Como si se tratara de un problema industrial, durante aรฑos los nazis implementaron nuevas tรฉcnicas de transporte, manejo y control de productos quรญmicos como el Zyklon B, experimentaron con sus vรญctimas como animales de laboratorio, desarrollaron nuevas metodologรญas de exterminio y optimizaron sistemas para esta gran industria de la muerte. Aun cuando la guerra estaba perdida, los nazis seguรญan transportando a toda prisa a los judรญos hรบngaros, italianos y balcรกnicos entre otros. Desde bebรฉs a ancianos, a todos. Los escasos trenes, vitales para transportar a la desbandada militar alemana desde Rusia, Ucrania, Bielorusia, Estonia y Lituania, eran requisados para su uso exclusivo en esta “soluciรณn final”.
El objetivo nazi de la guerra no era ya el “Lebensraum“, la expansiรณn de su espacio vital, sino la eliminaciรณn de la faz de la tierra de todos los judรญos y otras “razas inferiores”, incluyendo a personas con un solo abuelo judรญo. Los hornos de Auschwitz-Birkenau,ย Sobibor, Majdanek, Treblinka, Belzec y Chelmno trabajaban a marchas forzadas, dรญa y noche.
Los nazis asesinaron tambiรฉn sistemรกticamente y muchas veces por razones polรญticas a miles de catรณlicos, masones, socialistas, anarquistas, comunistas, intelectuales, homosexuales, demรณcratas antinazis y otros, de mรบltiples nacionalidades. Por fortuna exceptuaron de llevar a los hornos a los hijos de los prisioneros que no portaban la estrella amarilla, tal vez porque no existรญan ni existen niรฑos masones o comunistas, o niรฑos disidentes o militantes antinazis. No tuvieron asomo de piedad, sin embargo, con los niรฑos judรญos y gitanos. Con helada imperturbabilidad y utilizando con gran eficiencia su avanzada tecnologรญa, condujeron a sus vรญctimas a su prematura muerte.
El quรญmico Primo Levi, gran escritor e integrante de las brigadas de la resistencia italiana, fue capturado en febrero de 1944, lo que le dio la oportunidad de constatar cรณmo los presos eran rรกpidamente reducidos a esquelรฉticas sombras sin dignidad, haciรฉndolos perder todo rastro de humanidad. En su libro Si esto es un hombre describe con notable desapego cรณmo el hambre llega a abarcar por completo el universo de los sentidos. Esta era la nueva normalidad de los lager, los campos de exterminio. El verdadero infierno sobre la tierra.
No es Hollywood quien ha inventado el infierno nazi. Son los prejuicios, la ignorancia y el fanatismo. Es la cobardรญa y la deshonestidad, la complicidad de la gente comรบn, de los cientรญficos e intelectuales que apoyaron a Hitler. La ausencia de solidaridad de otros paรญses que fingรญan no saber lo que ocurrรญa. Es el desolador pensamiento รบnico que aborrece las diferencias y las condena a desaparecer.
(Monterrey, Nuevo Leรณn, 1951) es un fรญsico, investigador, catedrรกtico y acadรฉmico mexicano, especializado en fรญsica nuclear y molecular. Es miembro de El Colegio Nacional.โ