Antonio Ortuรฑo
La fila india
Mรฉxico, Ocรฉano, 2013, 232 pp.
Leo La fila india cuidando que sus pรกginas no se caigan de mis manos: el mensajero que me trajo el libro a casa (imaginativo, el hombre) lo lanzรณ al garaje sin previo aviso y el libro fue atropellado un par de horas mรกs tarde. Sobre la portada, rojo sangre, se ven las muescas de la llanta que rompiรณ el sobre en que venรญa el ejemplar y sobre el pegamento plรกstico del lomo yacen las peores consecuencias.
Por suerte, me digo, soy el segundo lector del ejemplar que me mandaron: lo sรฉ porque el texto viene subrayado y no creo (aun a pesar de los errores de ediciรณn, que incluyen una estampa encimada en la solapa) que estos trazos y seรฑales vengan de la imprenta. ¿Pero por quรฉ digo: por suerte? Porque en el mar de libros que hoy en dรญa se publican es un alivio, casi un suceso, encontrarse y leer una obra como la mรกs reciente novela de Antonio Ortuรฑo (Zapopan, 1976). Una novela que atropella la conciencia y que amerita que cada ejemplar sea leรญdo por al menos dos o tres lectores, una novela que –como hace solo la literatura destinada a perdurar– desarticula el mรกs simple presente y lo reconstruye dando pie a una historia de presente que serรก siempre continuo.
Una historia de atropellos, La fila india, que narra la tragedia a que se enfrentan los migrantes centroamericanos en su intento por cruzar Mรฉxico para llegar a Estados Unidos, donde los aguarda una quimera que termina, casi siempre, en una nueva pesadilla. Un libro que seรฑala, acusa y desnuda el odio, la violencia y la rabia con que los mexicanos que entran en contacto con los migrantes del sur del continente se comportan y manejan (igual da si hablamos de polleros, pandilleros, policรญas, burรณcratas, trabajadores sociales, curas, periodistas u oenegeros). Una obra que exhibe y que ventila, ademรกs o sobre todo, la hipocresรญa, la falsedad y la doble conciencia con que el resto de nosotros, los biempensantes, observamos y juzgamos la tragedia que estรก ahora, todo el tiempo, sucediendo: una tragedia ante la cual no hacemos nada que no sea acaso glosarla, “la รฉtica de hacer lo que se pueda hasta donde se pueda”.
Antonio Ortuรฑo, el autor que sorprendiera con El buscador de cabezas, que confirmara sus capacidades narrativas y su ira a lo Shiva –constructiva y destructiva a un mismo tiempo– con Recursos humanos, el autor que demostrรณ con รnima que tambiรฉn sabe expandir los lรญmites de lo normalmente aceptado para adentrarse en los terrenos donde el estilo es invenciรณn y riesgo y que ha exhibido siempre un talento inigualable para las distancias cortas, ha escrito una novela perdurable: fina y elegante en la forma, y รกspera y bruta en el fondo. Y lo ha hecho, ademรกs, volviendo a expandir los lรญmites que envuelven a los gรฉneros: La fila india es un thriller pero un thriller contenido, sobrio, inteligente y ambicioso en mitad de un medio que, en general, no entiende ni de contenciรณn ni de sobriedad ni de inteligencia ni de ambiciรณn (o no, cuando menos, literaria).
A caballo entre la novela negra y la puesta en escena puramente literaria (se mezclan varias voces, todas bien logradas, se alarga y se acorta el tiempo como si este fuera en el libro un asunto diferente del humano, se imponen giros siempre inesperados pero a la vez siempre inevitables), La fila india (cuyo tรญtulo, ademรกs del motivo que podrรญamos denominar aquรญ evidente, emana de la idea de que “un burรณcrata que no encabeza la fila india de sus acรณlitos es un burรณcrata condenado”) aborda, ya lo dije, la historia del holocausto que sucede en la frontera de Mรฉxico con Belice y Guatemala, y lo hace, esto no lo habรญa dicho todavรญa, como todo libro perdurable debe hacerlo: a partir de un suceso que se va de a poco convirtiendo en metรกfora de una realidad mucho mรกs amplia y, acaso, mucho mรกs profunda.
El suceso: la matanza de migrantes en un albergue de gobierno (cuyo nombre es el de una gran batalla histรณrica) a manos de un grupo criminal que, por supuesto, actรบa con la venia de los burรณcratas y los polรญticos mรกs corruptos del sistema y, por eso tambiรฉn, mรกs comunes y corrientes. La conversiรณn de a poco del suceso: tras la matanza, el gobierno central envรญa a una trabajadora social para ocuparse del destino de los sobrevivientes y es a travรฉs de esta trabajadora social, de lo que a ella le acontece, que esta historia va volviรฉndose una grieta mediante la cual podemos ver nuestras miserias. Irma, la Negra (asรญ se llama la trabajadora), llega a Santa Rita (asรญ se llama el sitio en que acaeciera la matanza) acompaรฑada de su hija pequeรฑa, quien pierde un viaje a Disneylandia que le habรญa comprado su padre (que encarna nuestra mรกs falsa conciencia), y con el paso de los dรญas y las distintas influencias que en ella ejercen Vidal (vocero de la Comisiรณn Nacional de Migraciรณn), Joel Luna (periodista “de izquierdas”) y, sobre todo, Yein (joven inmigrante que sobrevive a la matanza y que no desea otra cosa que vengarse) va adentrรกndose en la penumbrosa y peligrosa realidad que la rodea y va tambiรฉn de esta manera comprendiendo lo que estรก realmente sucediendo, al tiempo que va ella misma transformรกndose y sacudiendo su conciencia.
La cercanรญa con Yein y la relaciรณn que con ella establece, como tambiรฉn las relaciones (teรฑidas de sexo) que establece con Vidal y Luna, habrรกn de poner en grave peligro a la Negra y a su hija, quienes mรกs pronto que tarde descubrirรกn (nos acercamos asรญ a la consecuciรณn de la metรกfora) que no pueden, madre y niรฑa, confiar en nadie, pues nadie es lo que parece: ni siquiera las cosas, los dรญas o los hechos (pero esto, como hablamos de un thriller, no puede aquรญ tratarse mรกs a fondo). Sรญ puede, en cambio, aquรญ decirse que todos los peligros y las falsas pantallas de la realidad que habitan La fila india y que van envolviendo a la Negra son tambiรฉn las falsas pantallas de la realidad que nos envuelven a nosotros y que son, ademรกs, los mismos peligros que no queremos ver (porque somos todos biempensantes), pero que habremos, sin duda alguna, de ver enfrente nuestro cuando aparezcan de repente, cuando hayan ya llegado a nuestro lado y a espaldas, muy probablemente, de aquel en quien mรกs confianza habรญamos puesto, de aquel en cuyo fondo no quisimos meter nuestra mirada.
Y aquรญ, como en La fila india, aquel no es una persona: es un paรญs que hace frontera, al sur, con Belice y Guatemala y, al norte, con Estados Unidos de Amรฉrica. Un paรญs que o empezamos a mirar o volverรก una y otra vez a atropellarnos. De ahรญ la metรกfora certera. De ahรญ la novela perdurable. De ahรญ el Ortuรฑo en plenitud con su obra mรกs lograda. ~
(ciudad de Mรฉxico, 1978) es escritor y politรณlogo. Ha publicado la colecciรณn de relatos Arrastrar esa sombra (Sexto Piso, 2008) y la novela Morirse de memoria (Sexto Piso, 2010).